uNa RosSa éS UnA rOSsa...

Creo que por primera vez en mi vida desde que debería tener uso de razón (que no quiere decir necesariamente que la tenga), no he regalado ninguna rosa por Sant Jordi. Primero, porqué no tengo ningún objeto de deseo amoroso-sexual que me motive lo suficiente (almenos, a este lado del océano, y si no contamos becarias de 21 añitos con las que hoy haya vuelto a tontear); y segundo, porqué el dia hiperajetreado de arriba pa'bajo y de abajo pa'rriba me ha impedido comprarle la rosa que siempre le regalo a la santísima que me llevó 9 meses a cuestas (a la hora que he salido de currar, lo más parecido a una rosa que me he encontrado por la calle han sido los semáforos en rojo). 

Un fenómeno curioso es el que me lleva a no soportar San Valentín, con sus parejitas de tortolitos insufribles, el puto Corte Inglés y la madre que parió a ese día, pero en cambio, me encanta la Diada de Sant Jordi. La encuentro una fiesta preciosa, por la de vida que se hace en la calle, el ambientazo que genera, el sol y el calorcito, y el detalle de las rosas y los libros. Así como el primero me pone de una mala hostia increíble, el segundo me provoca un buen rollo y un 'lust for life' sensacional. 

Dejando de lado el stress de hoy, he podido disfrutar del nuevo disco de Jarvis, de un nuevo descubrimiento llamado Dreamdate, de Fanfarlo y del enorme gustazo de poder ir en camiseta de manga corta por la calle (otra cosa es en el metro, donde tienes que ir con jersey, bufanda y edredón nórdico). Además del sufrido placer de contemplar tanta belleza andante (como me decía ayer un compañero, 'es dura esta época en que se quitan el burka')

Y para rematar la jornada, ahora mismo me pienso cascar un Cacaolat bien fresquito...