dissabte, 28 de gener del 2017

iRRitACiONeS



Es curioso cómo me molesta las veces que el piso de abajo está ocupado. Es de unos franceses que viven en su país, y vienen 3 o 4 veces al año, y lo alquilan otras veces a otros franceses. A ver, que lo alquilen no lo tengo comprobado empíricamente; pero estoy convencido de ello, porqué suele ser gente diferente, siempre franceses, de perfiles distintos, está ubicado en una zona tan atractiva como es diSoRdErLand... el hecho en sí no me molesta, porqué allá ellos lo que hagan, y en su día me lo dejaron cuando a mi me estaban reformando el mío, y no me querían cobrar nada (auqnue yo les pagué algo y les hice un regalo de agradecimiento; qué menos). Pues eso, que no me molesta... mientras a mi no me toquen los huevos los visitantes con ruido ni demás molestias que tengan que ver con la presencia de otros humanos alrededor. Por suerte las ocupaciones temporales turísticas no son demasiado frecuentes, y en alguna ocasión en que el tema sonoro se iba un poco de madre, he bajado y la gente siempre ha respondido respetuosamente y parando el ruido en cuestión. Pero es cierto que la sola presencia de gente ahí debajo, el ruido de puertas, pasos, voces, etc. se me hace molesto. Quizás porqué estoy acostumbrado al silencio absoluto; quizás porqué con el paso de los años me he ido haciendo más intransigente con la mala educación y el poco sentido común de los demás. Pero ciertamente, me irrita esa primera vez en que oigo el ruido de la llave en la puerta y alguien ocupa esa casa por unos días. Puede ser que me esté convirtiendo en un grinch antisocial, cosa que me parecería lógica y razonable, visto el panorama deshumanizado de la mierda de país en el que vivimos. Lo de la misantropía lo asumo ya como algo perfectamente natural, lúcido y necesario. Es una acción-reacción. Un estímulo-respuesta. Algo perfectamente humano, vaya...

Ando bastante estresado últimamente con varios proyectos/percales abiertos. Esa sensación es un poco agobiante, porqué precisamente cuando dejé cosas y colaboraciones hace unos meses era precisamente para evitarla, y para recuperar vida personal y tiempo libre. Pero no sé cómo me lo hago, que me acabo metiendo nuevamente en la espiral, y eso me acaba afectando. Estoy más irritable, y más antisocial, y más nihilista. Cuando pase en un par de semanas una cosa que tengo entre manos, espero hacer un reset y volver a tomarme las cosas de otra manera más pausada y más melasudista. Es un ejercicio que me cuesta horrores, porqué cuando me involucro en algo, tengo un punto obsesivo que me lleva a querer a hacerlo bien. No puedo hacer las cosas a medias, de cualquier manera. Si se puede hacer mejor, no entiendo eso de hacerlas con un 'ya está bien así'. Y me desespera la desidia, o la pachorra, o la falta de implicación. Otro de los problemas de trabajar en equipo: una de las pocas ventajas que le veo es el hecho de repartir esfuerzos, pero si es reparto no se hace de manera equitativa, me toca mucho los huevos. No soporto que la gente se columpie. Soy muy exigente conmigo mismo, y lo acabo siendo con los demás. Y como cada vez me importa menos decir las cosas tal y como las siento, me acabo haciendo arisco, o brusco a veces.

Por suerte, la música acaba trayendo siempre ese algo de equilibrio para hacerlo todo más llevable. Hoy ha sido un gran viernes musical, porqué se estrenaban canciones de dos de mis bandas estatales preferidas. En general, no soy demasiado fan de los grupos de aquí. Me parece que hay buenas bandas, pero también muchísima morralla mediocre que nos quieren colar como algo brillante. Y me jode mucho el intento de engaño; y que la gente pique; y que ignoren a tantísimas bandas increíbles porqué no ven más allá de la frontera ibérica, o por los prejuicios hacia lo exterior y ese provinciano ombliguismo en el que se cae muchas veces. A mi una banda, o un libro, o una película, o cualquier expresión artística me gusta por la emociones que me provoca. Y me importa una mierda que el autor sea de aquí, de allí, blanco, negro, rojo, hombre, mujer, o papagayo. Lo que me importa es la obra en sí; y los detalles que la rodean son meros elementos para darle un contexto o un sentido, un significado... pero la obra en sí es lo que importa. Y cuando escucho canciones como éstas que llevo escuchando en bucle desde la medianoche de ayer, siento una luz ahí adentro y sonrío aquí afuera...




dilluns, 23 de gener del 2017

tRuMPadELiC



El mundo tiene un nuevo dictador fascista y misógino en el poder. El ser humano tiene lo que se merece, ni más ni menos. Porqué no se atreve a ejercer todo el poder que tiene. Aunque tenga mucho menos del que le quieren hacer creer los que de verdad manejan todo el cotarro. Que, evidentemente, no son los políticos que salen cada día por TV. Todo es tan complejo que acaba siendo súper sencillo. O quizás sea al revés. Vuelvo a andar bastante liado, porqué me lío solo. Y si encima me rodeo de otras liantas, no os podéis imaginar qué embrollo. Sigo teniendo un conflicto entre mi YO y las renuncias del trabajo en equipo. Sigo llevando bastante mal los tempos desesperadamente lentos, y el ver que los demás no dan ni la mitad de lo que doy yo. Y el tener que hacer cosas diferentes a como lo haría yo, claro. La única ventaja que le veo al trabajo en equipo es el reparto de esfuerzos, pero sólo en el caso de que sea proporcionado. Y eso no suele pasar. Soy convencidamente individualista, y en eso nada ni nadie logrará hacerme cambiar. Un colectivo debería ser la suma de sus individuos en su máxima potencia, pero el mundo es incapaz de asumirlo, y lo que hace es rebajar el listón, y autoconvencerse erroneamente de que lo que hay que hacer son renuncias para adaptar las piezas. Y que estas encajen, aunque sea a base de amputarlas. Y una mierda pa todos. No me da la gana de rebajar nada. Quien me quiera seguir el ritmo, que se lo curre. Como las que tengan algún tipo de interés. A la mierda los roles de género. Lo he dicho y lo diré 1000 veces. Me los paso por el forro. Lo único que me interesa del 90% de las mujeres que me interesan es diversión recíproca, y eso le quita tanta presión a las relaciones que acaba produciendo destensión y desinterés. Me aburren bastante el 90% de ellas. Y del 10% restante, o no están disponibles o no tienen predisposición. No me salen las cuentas, pero yo es que siempre he sido de letras...



dijous, 12 de gener del 2017

yO LaS Vi pRiMerO




Esta noche he ido al teatro a ver esta divertida obra con mis padres. Ya hace unos años que uno de mis regalos navideños es comprar entradas de teatro para los tres. Suele ser casi la única obra que vamos a ver en todo el año, o al menos juntos. Me gusta el teatro, porqué como toda representación artística en directo, tiene una intensidad y una fuerza muy emocionantes. Pero quizás porqué lo encuentro caro, o porqué no tengo el hábito, no suelo ir mucho. De hecho, el precio es similar al de los conciertos, que no tengo problema en pagar, así que supongo que debe haber algo también de mayor o menor pasión al respecto, y que acaba influyendo en mi escasa asiduidad a las salas de teatro. Pero me gusta esta costumbre que hemos cogido en las navidades de los últimos años. Con el tiempo, y sobretodo desde que me fui a vivir solo hace ya un montón de años, aprendí a apreciar y saborear todavía más estos momentos con mis padres. Son, de sobra, las personas más importantes de mi vida, y me aterra pensar que haya un día en que ya no estén. Mejor no hacerlo...

Desde mi último cambio de salvapantallas, parece que han llegado días de más armonía y paz interior que con el anterior. Quien todavía no lo sepa, cada cambio de salvapantallas de mi portátil influye en mi vida llevándola hacia unos derroteros u otros. Eso es algo que también pasa cuando compro alguna nueva prenda de ropa (normalmente sólo compro en rebajas; como hoy una chaqueta muy chula y de estilo diferente al que solía llevar), o antes cuando me cortaba el pelo. Volviendo a mi portátil, no es un ordenador cualquiera; y aunque muchas veces de desesperante lentitud y cuelgue lo tiraría por el balcón, le tengo en gran estima. Son muchas horas compartidas, y muchísimos proyectos, conversaciones, frases, puyas, autoanálisis, y hasta momentos placenteros. Sí, claro, aquí también incluyo decenas, cientos, miles de canciones que han hecho de mi vida algo mucho mejor, y de mi mente algo más intenso y cultivado. Probablemente, después de mis padres, lo segundo más importante de mi vida sean las miles de canciones devoradas y sentidas. Me han enseñado y emocionado muchísimo más que un altísimo porcentaje de personas que he conocido. Quizás debería echarme de novia una canción. Sí, esa podría ser una gran solución a algunos de mis vacíos. Y siguiendo lo que decía recientemente acerca de mi personalidad de 'Novelty Seeking', la iría cambiando cada día. Poligamia musical. Satirismo sónico. Aquí van algunas de las muchas con las que me he pegado un revolcón las últimas semanas... yo las vi primero!







dimecres, 11 de gener del 2017

TitO ChaRLiE




¿Soy yo que lo odio, o este invierno hace un frío inédito en los últimos años? No recuerdo el año pasado haber puesto la estufa con los 3 botones de potencia. Tengo primeros síntomas de carraspera, y he hecho gárgaras de agua caliente, miel y limón para aliviar esta mierda de sensación. La noche anterior noté fresquito con doble edredón. Sí, ya lo sé; grandes dramas del primer mundo, mientras la mitad del planeta no tiene ni para dormir. Pero son mis problemas, y por tanto, los más importantes para mi, porqué sólo yo puedo y debo solucionarlos. No va a venir nadie a hacerlo. Tampoco lo espero. Como tampoco espero (ni pienso permitir) que nadie venga a imponerme lo que tiene que importarme o afectarme y lo que no. Si tú sientes o crees en algo firmemente, dedícate a ello apasionadamente e invierte tantas horas y esfuerzos como haga falta; pero no intentes imponerle a la fuerza tu pasión a los demás, porqué cada uno tiene las suyas; y son igual de válidas y lícitas que las tuyas. Hay mucha actitud intransigente e incluso dictatorial escondida en supuestos planteamientos de izquierdas. Ese querer señalar con el dedo a quien no actúa como tú, como si fueras alguna especie de visionario por encima del bien y del mal, para obligarle a hacer cosas que no le salen de dentro. ¿Hasta qué punto es lícito? ¿Realmente el fin justifica los medios? Siempre he creído que no. Es de los pocos refranes con los que no estoy de acuerdo en absoluto. De hecho, me parece puro fascismo. Y el único fascismo en el que creo es en el musical, porqué la gente escucha una de mierda que habría que meterles por un embudo discos de Billie Holiday, los Sonics, Stooges o Sonic Youth, hasta que les sangraran los oídos y se les abriera la mente...


...en el primer aniversario de su muerte, he recuperado el documental 'David Bowie: Five Years' que dieron el sábado en La Noche Temática. Me encantan este tipo de documentos para descubrir detalles e historias escondidas tras canciones y discos que has escuchado una o mil veces. Ya he superado un tercio del libro de Sonic Youth, y me he sentido bastante identificado con el Thurston adolescente mitómano. No sé si calificarlo como mito, pero desde hace mucho tiempo he sentido fascinación por la perversa historia de Charles Manson. De hecho, hice un trabajo final en la universidad sobre los asesinatos de Sharon Tate y el matrimonio Labianca. No sé por qué, pero me atrapa esa historia. Quizás por las múltiples conexiones musicales, porqué supuso el final de la estúpida ingenuidad hippie, por la eterna lucha entre el bien y el mal, y la ambigüidad para distinguir una cosa de la otra, más allá de las simples apariencias... por todo ello, desde que hace unos días se supo que estaba gravemente enfermo, no puedo evitar mirar cada día si Manson ha muerto o no. Y me sigue indignando que la prensa mundial le califique de 'asesino', cuando no mató a nadie. Se le podrá llamar 'criminal', 'inductor', 'autor intelectual de los asesinatos', 'pirado', 'psicópata' o de mil maneras más, pero calificarle de 'asesino' es de una falta de precisión y rigor periodístico que me irrita. Es curioso e intrigante el funcionamiento de la mente humana, que aún sabiendo de una manera racional las atrocidades que mandó cometer, siento una cierta simpatía/empatía hacia ese tarado. Quizás es una manera de proyectar de una manera inocua mi misantropía extrema. A lo largo del día, uno se encuentra con montones de situaciones y actitudes externas estúpidas, hostiles o irrespetuosas que despiertan sentimientos viscerales; pero lógicamente, a todos nos han enseñado a domesticar esos instintos más salvajes. Y quizás un personaje como éste sirve para proyectarlos de una manera abstracta y genérica, y sus víctimas acaban adquiriendo en tu mente la forma representada de tus objetos de odio. Supongo que ahí está ese punto de empatía hacia alguien que, racionalmente, se comporta de manera tan atroz y sádica. Supongo que por eso un tipo de personaje así también se acaba convirtiendo en un antihéroe contracultural. Me fascina el intrigante y a veces oscuro funcionamiento de la mente humana. Lo he dicho y lo diré mil millones de veces...



dissabte, 7 de gener del 2017

NoVeLTy SeEKiNg




Se me acabaron las vacaciones. Entre la baja, recuperación y navidad, he hecho el cálculo y he trabajado 3 de los últimos 47 días. Bueno, matiz importante: hablo de mi trabajo 'oficial', el que me da el sueldo que me permite vivir. Porqué cuando el cuerpo y la mente me lo han permitido, he currado un montón en mis proyectos personales, que son los que me dan ganancias anímicas. Por suerte este fin de semana serán sólo 2 días, que es una manera más suave de reentrar (aunque hacer el mismo curro en un día menos comporta día hiperestresante mañana seguro; hoy ya he avanzado lo que he podido desde casa para salvar el alud como podamos...). Estoy cansado, y no tardaré en irme a dormir. Pero es de esa fatiga con gusto, tras una divertidísima última noche de copas y bailes. Era la última noche en no sé cuanto tiempo que podía salir en horarios de gente 'estándard', y quise que fuera una despedida simbólica. Movilicé cielo y tierra para hacer la convocatoria, pero valió la pena el esfuerzo. Sesión sueca de DJs en rojo, y bailes en negro entre australianas, rubias de quitar el hipo con las que retorcernos encajando cuerpos como un puzzle hermético, o cañones de humo que me dejaron los ojos ardiendo.

Me he levantado pasadas las 16h, he hecho tareas domésticas, currar un buen rato en el ordenador, y poco más. De esos días que es un gustazo estarse en casa sin tener que hablar con nadie más allá de las conversaciones virtuales. Discusión incluída, por mi incompatibilidad con el trabajo en equipo y los sacrificios, desventajas y tardanzas que comporta. Me siento infinitamente más cómodo trabajando individualmente, controlando al 100% maneras de hacer y tempos. Y asumiendo simplemente mis propios errores, y no los de los demás. Me decía ayer La Chica Con Pelo De Chico que yo encajaba con la personalidad del 'novelty seeking'; alguien que busca siempre la novedad y la excitación que ello comporta. Me sentí totalmente identificado. ¿Y sabéis qué me he encontrado cuando he buscado algo de información al respecto? Que las 4 características (me identifico con todas) ligadas a esta patología son: excitabilidad exploratoria, impulsividad, extravagancia... y desorden. He flipado al leerlo. Como si todo cuadrara; como si cerrara un círculo; como si aquél pseudónimo más o menos casual que se me ocurrió un buen día de hace casi 12 años no fuera, en realidad, tan azaroso. Como si todo este sinsentido tuviera un dESoRdeNado sentido, vaya...



dimecres, 4 de gener del 2017

hE eMPeZadO otRO LibRo (y VaN...)



Me gustan las noches alrededor de una mesa, alcohol y/o comida, y una buena conversación. De aquellas más allá del tópico, que buceen un poco más, con naturalidad. Si puede ser, con elementos de provocación recíproca. Pinchar y ser pinchado, uno de los mayores placeres dEsoRdeNados. Así como hay chicas con las que prefiero quedar directamente para las copas, bailes o escarceos amorosos, hay otras con las que la excitación es previa y de palabra. Esas son las mejores noches, y ni tan siquiera es imprescindible que acaben en cama compartida. Son las de ponerle gasolina al cerebro, y recargar las baterías anímicas. Sacias el deseo con una tanda de besos de despedida, intentas por última vez que la noche se prolongue con preguntas pícaras que alimenten el hambre, y aunque luego te reconozca que le ha faltado una cerveza para invitarte a casa, respetas su voluntad cerebral (que no instintiva) por las esclavitudes del despertador. Es lo más justo: si era una expresión sincera, para no joderle las sagradas horas de sueño. Y si era fingida, por no haberse atrevido a expresarla abiertamente. Al fin y al cabo, la inhibición acaba alimentando y avivando el deseo. Y ha llegado un punto en que uno puede sentir prisa por vivir sin necesidad de hacerlo desesperadamente. Hasta en la anarquía hay signos de equilibrio. Aunque no haya que creerse que existe. Y ya estás acostumbrado a los inconvenientes de tus horarios salmón, y a la poca capacidad de los demás a sacrificarse como lo haces tú cuando eres al que le va a sonar el instrumento de tortura unas horas después.

Ha sido un día con ciertos elementos negativos, insatisfactorios o de conflicto. Mi actitud últimamente parece atraerlo. Parece como si la humanidad no tuviera la suficiente madurez como para aceptar que la cuestionen ni para tolerar posturas insumisas. Hay cada vez más tensión y hostilidad generalizada, y parece que todo el mundo esté más a la que salta. Posiblemente sean problemas de la globalización, el estúpido mundo de los egos 2.0 y las opiniones de mierda, y esa incomprensible mezcla de situaciones vitales desesperadas y el miedo a plantar cara. La supuesta crisis económica ha servido a la perfección para reimplantar el miedo y domesticar así a la masa, y eso hace años que nos lo venían advirtiendo muchos de esos sabios que no salen nunca en TV en prime time. Nada es casualidad. Todo está perfectamente atado. La Gran Farsa sigue funcionando a la perfección, como un reloj suizo (curiosamente...). Prometo que no he tomado corticoides. A veces la quijotera me funciona así, tal cual. Esta noche probablemente porqué me la han estimulado mientras cenábamos, y luego he empezado otro libro (y van...). Pero el mundo desaparece en cuanto empieza a sonar Sonic Youth...



dimarts, 3 de gener del 2017

AtROpeLLo




Todo lo que había callado gran parte de mi vida ahora lo digo de manera bastante directa. Incluso diría que abrupta, a veces. No sé si es eso que siempre había oído de 'estar de vuelta de todo'. Cualquiera diría que tengo 60 años, o que soy un filósofo erudito, o un sabio que controla todos los temas transcendentes del universo. Pero así como siempre había huído del conflicto (no lo soporto, y me incomoda horrores...) y había optado por la comodidad de algunas situaciones o silencios, ahora muchas veces me puede esa fuerza interna a negarte a callar lo que piensas. Es una especie de rebelión, un grito, un "mi opinión vale tanto o más que cualquier otra", y no tengo por qué callarla. Una espiral antisumisión. O quizás haya algo también de vanidad y de orgullo. Y de testar y retar a los demás. Hay momentos en que sería mucho más fácil pasar de todo. De hecho, a veces sigo haciéndolo. Eterna lucha entre las dos caras del dEsoRdeN. Contradicciones con patas, S.A. Nunca es fácil encontrar el equilibrio. Y menos desde el desequilibrio. Malabarismos, prestidigitaciones y cartomagias. Volcanes internos mal apagados. Conflictos del YO contra todo lo que odio de los demás. Como si los demás fueran un único ser abstracto que concentran todos los males humanos. Todos mis males. La buena señal es que sigo sintiendo la música muy fuerte. En los malos momentos parece salirme como un caparazón invisible que atenúa los sonidos, y lo convierte todo en algo monotono y monótono, sin vida. Como un espejo de mi mismo. Pero desde hace un tiempo retumba muy fuerte y emocionante. Algo que late dentro y que acentúa la percepción exterior. Algo increíblemente intenso. Esa es mi mejor señal, y también mi mejor salvación...