divendres, 11 d’agost del 2017

AgRiO y TuRiSMofóBiCo




Ya es viernes, y eso es mierda. El que era mi día favorito de la semana se convirtió en mi día más odiado. No soporto tener que trabajar. No soporto esta y tantas otras estupideces de la vida humana. Estupidez, empezando por todos, que aceptamos el sistema sin rechistar ni tan siquiera plantearnos lo absurdo que es. Lo bueno de este viernes es que quedará menos para el domingo noche, cuando empezaré otra tanda de minivacaciones de 11 días. Ya he empezado a planear alguna cenilla y otros encuentros para Festes. Quiero sentir el verano en su máximo esplendor. La lluvia de ayer y este puto frío vespertino me han hecho darme cuenta de que en 4 días llegará el maldito otoño y se acabará la VIDA en mayúsculas. Ha sido como un toque de atención, como un susurro diciéndome "aprovecha, que esto se acaba, y luego te pondrás de mala leche cuando se te haya escapado entre los dedos". Como tantas otras cosas. Me siento algo agrio estos días. Rebotado. Pero tengo ganas de socializar, y de hacer cosas. No me da la gana quedarme sentado lamentando todo lo que me hace infeliz. Quien no me sepa valorar o apreciar, que se pudra. Tiendo a ser hiperbólico en mis amores y en mis odios, es lo que tengo. Y exagero mis expresiones como para demostrar claramente lo que me hierve dentro. Sea bueno, o malo.

Hoy he estado de batallón de limpieza en la cocina. Estaba hecha una mierda, y ahora al menos luce con cierta dignidad. Me he llevado un par de heridas de guerra en forma de piel desgarrada por la campana. Ha hecho la tarea más épica y heroica. Aunque me lo merecía, hoy no me he comprado 3 vinilos como premio. Tampoco tenía tiempo de pasar por ninguna tienda. No sé por qué siempre me da en esta época del año por reordenar la casa, tirar cosas y comprar otras nuevas. Es como si el verano, en todo su esplendor vital, me abriera los ojos cerrados durante el año por la hipnosis de la rutina. Haz siempre lo mismo, no pienses. No salgas de tu zona de confort, no arriesgues. Quédate en casa, se está muy bien. Mierda conservadora y consumista. De esa que nos meten los que ahora se sorprenden o se indignan (o lo hacen ver) por la eclosión pública de eso que han bautizado como 'turismofobia'. Como todo lo que llevan a primera plana, una ridícula simplificación de un problema real y muy serio.

Yo soy profunda y convencidamente turismofóbico (siguiéndoles el juego perverso de la etiqueta). Y eso no quiere decir que odie a los turistas. Yo también lo soy cuando viajo. Claro que odio a algunos turistas, pero no por el hecho de ser turistas, sino por el hecho de ser incívicos (los que lo son; no todos). De la misma manera que odio a mis vecinos incívicos. Son dos conflictos paralelos que se mezclan maquiavélicamente en el debate. Pero volviendo a la raíz, lo que odio es este modelo de turismo sobreexplotado, invasivo y agresivo que ha implantado, quién si no, el poder económico. Este modelo implantado no sólo por hoteleros, touroperadores o restauradores que pagan 4 duros a sus empleados sobreexplotados con indignos contratos basura (luego sale el subnormal de Rajoy a vender la moto que el turismo genera empleo; pero qué tipo de empleo, sinvergüenza...?). También hay mucho especulador de a pie, de esos que en su día compraban pisos para especular inflando los precios de los alquileres, y ahora hacen lo mismo con los apartamentos turísticos, con o sin licencia. Los que tienen 0 escrúpulos para echar a vecinos que llevan viviendo toda su puta vida en un piso en su ciudad y se tienen que ir a otras para poder sobrevivir, mientras el propietario miserable opta por alquilarlo por días o semanas a precios desorbitados, y sin importarle una mierda los problemas de convivencia que acaben generando (como los subnormales que siguen gritando y cantando a estas horas de la noche unos bloques más allá). Por no hablar de calles céntricas, y monumentos, y atracciones turísticas que se convierten en auténticas riadas de gente que acaban siendo un estorbo y una molestia para la vida normal de los vecinos, y también para los mismos turistas que no pueden disfrutarlas como se merecen de lo abarrotadas que están. Avaricia y abuso. Todo por la pasta. Total, desventajas y molestias para el ciudadano de a pie, y ganancias desorbitadas para los 4 de siempre. Los que luego ponen el grito al cielo por las acciones de protesta más o menos afortunadas. No defiendo ni me parece muy inteligente hacer una pintada a un autobús o pincharle las ruedas a las bicicletas de alquiler, pero hay que reconocer que han conseguido llamar la atención sobre el problema y llevarlo a la portada de los diarios. Aunque sea de manera manipulada por la otra parte, para vender esa realidad completamente inexistente que tanto les gustaría de violencia callejera o contra los turistas. El capitalismo tiene esta repetida tendencia hipócrita a vender como violencia las reacciones a sus agresiones previas. Juegan a la doble moral, y a hacer ver que son muy inocentes y que todo lo que hacen es muy lícito y ético, mientras por detrás se siguen lucrando del esfuerzo y las molestias de la gente de la calle. Y, rizando el rizo, se inventan conceptos y juegan al ruido y a la demagogia para generar debate entre la población, y que mientras nosotros nos peleamos, ellos puedan seguir saqueándonos hasta el fondo de nuestros bolsillos.




2 comentaris:

hiro ha dit...

Ja és diumenge! així que felicitats perquè ja estàs de vacances ;) (jo fins octubre res u_u). Just aquest migdia passejavem per la Vila i els carrers ja estaven quasi acabats. Quines ganes de festes!!

Jo també sóc turismofòbica, encara que com la paraula "feminazi", sigui una definició perversa i malintencionada amb la qual és vol dimonitzar un moviment de protesta.
He sentit tantes històries de pujades de lloguers express que ara visc amb la por de rebre un burofax.

dEsoRdeN ha dit...

Síííííííííí!! Gràcies!! El dia que vingueu m'ho dius, eh? Que en principi jo correré per aquí tots els dies. El capital i els seus gossets en forma de mitjans de comunicació (vergonya aliena) són experts en criminalitzar moviments i desviar atencions. Ànims! Si cal, muntem un búnquer a casa vostra!!