dimecres, 13 de maig del 2015

dEsaFecCióN...



Dicen que se puede cambiar de novia o de partido político pero no de equipo de fútbol. No lo tengo yo tan claro. Evidentemente, nunca me haré del Equipo del Mal, y si una cosa tengo clara en la vida, es que siempre seré anti-ellos. Pero curiosamente el equipo al que siempre había seguido y sentido más cercano ahora me parece que esté a 1000 años luz. Se clasifica para su octava final de Champions de una historia centenaria, y me quedo tan frío como una merluza de La Sirena. Aún suerte que tenía gente en casa para verlo y echar unas risas, porqué si no, quizás dejo de verlo (como tantas otras veces estos últimos años). De hecho, admito que en la ida quería que ganara el Bayern, y hoy con el 1-0 y con el 3-2 esperaba que los alemanes marcasen más goles. Me lo dicen hace años y no me lo creo. Pero claro, eso era antes de la utopía futbolística (y absolutamente extrapolable a cualquier otro ámbito de la vida) que nos hizo vivir Guardiola. Y también antes de que el equipo y el club en cuestión se hayan convertido en lo que se han convertido. Hemos pasado de la noche al día (y que cada cuál escoja la parte del día que quiera como sinónimo de positividad, y la otra como sinónimo de negatividad; yo tengo clarísima mi elección...). 

Ya sé que yo soy rarito, y como buen estúpido romántico, para mi es infinitamente más importante el CÓMO que el QUÉ (como he dicho 1000 millones de veces en este blog). E insisto que no hablo sólo de fútbol, sino de la vida en general, porqué como también he dicho otras 2000 millones de veces en este blog, el fútbol sirve para hablar metafóricamente de cualquier otro ámbito vital. Por eso me enamoré perdidamente en su día de aquella utopía balompédica que nos regaló Pep. Porqué me hizo reafirmarme en mi idea de que se pueden lograr resultados en la vida siendo tú mismo, atreviéndote a sacar lo mejor de ti con valentía y sin importarte quien tengas delante, respetando a los demás, dedicándote con total pasión y entrega, y aceptando que en la vida hay derrotas, y que te las tienes que tomar como algo natural y didáctico. Algo de lo que sacar provecho, aprender y hacerte más fuerte. Si te gusta una cosa, hazla. Si te gusta alguien, díselo. Si la cagas, admítelo y dale una patada en los huevos a tu estúpido orgullo. Si aciertas, no chulees ni te lo creas. Ten confianza total en ti mismo y en los que te rodean, pero sin cruzar la linea de la vanidad ni el egocentrismo. Disfruta el momento; disfruta las victorias como se merecen; pero también las derrotas con naturalidad, sin convertirlas en grandes tragedias griegas. Aprende a perdonar los errores ajenos, y a distinguirlos de las faltas de respeto. Y aprende también a no perdonar, o como mínimo a no olvidar, a quien haya querido pisarte con malas artes. La bondad no debe confundirse con estupidez, y creo que siempre hay que tener una reserva de mala leche para descargar sobre los que no jueguen a vivir con honestidad, empatía y respeto. Al fin y al cabo, somos animales, y también hay que asumir y saber canalizar nuestros instintos más salvajes, tamizándolos con eso que tenemos ahí arriba y a lo que le damos tan poco uso inteligente. 

Todo esto que yo me creía en la intimidad, llegó Pep y lo puso bajo los focos de la atención mundial. Y como consiguió resultados, la gente se creyó la utopía a nivel masivo y la dio como realidad eterna. Y por eso yo me sentía tan extremadamente orgulloso e identificado con aquél equipo, que era mi YO ideal sobre una hectárea de hierba cortada y bien regada (un YO ideal que alguna vez incluso se hacía real, pero no muchas otras; lamentablemente, soy un puto ser humano...); y para acabar de rematar el mito, aquél equipo tenía su antítesis futbolística y vital en el Madrid de Mourinho (personaje que, curiosamente, siempre me ha despertado cierta simpatía punk, a pesar de que hizo cosas realmente mezquinas; contradicciones dEsoRdeNadas...). Ellos representaban todo lo que yo no quería ser: malas artes, mal perder, violencia, falta de respeto, orgullo soberbio, vanidad, excusas, falta de humildad y de autocrítica, no admitir lo obvio... seguramente algunas de estas cosas no hayan cambiado demasiado, pero otras se han suavizado gracias a la elegancia de su entrenador y a la llegada de algunos nuevos jugadores. Y aquí? Aquí resultó que la utopía tenía fecha de caducidad, y la carroza se convirtió en calabaza. A ver, que dentro de las calabazas, es una señora calabaza: robusta, con sabor y aroma singulares... pero calabaza, no jodamos. Que cuando uno ha probado la Nocilla, no se conforma con la Nutella. Y se la podrá comer un día sin que le dé ninguna indigestión, e incluso le encontrará gustillo, pero no es lo mismo. Y eso es lo que nos pasa ahora mismo a unos cuantos, que no sé si serán muchos o pocos (conozco unos cuantos), pero me da igual; yo voy a seguir pensando y sintiendo exactamente lo mismo. Todo lo que vibro y sufro con las victorias y derrotas de mi queridísimo equipo de barrio, se convierte en indiferencia absoluta cuando juegan los millonarios que tanto me hicieron disfrutar hace 4 días. O 4 años, concretamente, cuando ni tan siquiera me importaba que fueran tan asquerosamente millonarios. El gran artífice de aquél paraíso futbolístico-vital nos vendió una utopía que creíamos eterna pero tenía fecha de caducidad; y ahora es el gran culpable de nuestro desafecto por todo lo demás. Curiosa contradicción. Y ahora no puedo evitar pensar en E-Platónica. Y es que, como fútbol y vida siempre van de la mano, es evidente que aquél será para siempre nuestro equipo platónico; y estaremos condenados a llevar eternamente esa mochila...



6 comentaris:

Pio ha dit...

Ay Des mira que tienes más razón que un santo! creo que esa utopía queremos seguirla unos cuantos, porque es en el fondo la felicidad en si.

El fútbol, ha perdido la magia que tenía, así en general, lo tenemos hasta en la sopa, sacando temas fuera de lo deportivo, y al final todo cansa.

Sigue ese camino pequeño saltamontes :P

Paola Vaggio ha dit...

Pues yo me hice del equipo del mal después de ser del equipo del "bien" toda mi vida. En serio. Creo que fue para llevar la contraria. Ahora me da igual tanto el uno como el otro. No estoy en modo futbolero desde hace tiempo.

RuMBi ha dit...

Y yo que soy del Madrid... jajaja. Buena entrada por cierto ;).

Un saludo.

dEsoRdeN ha dit...

Y no sólo el fútbol, Pío; hay algo de la vida que también ha perdido magia. Hacerse mayor no mola...

No jodas, Paola Vaggio??? Podría llegar a tolerar que te hicieras del Opus, votante de UPyD, o fan del reguetón (bueno no, esto último no te lo pasaría...). Pero del Equipo del Mal nunca!! Y mira que coincidimos en eso de provocar/llevar la contraria/salir del rebaño...

Vaaamoss a llevarnos bien, Rumbi... ;D Merci, te chafardeo! :)

pellizcos

hiro ha dit...

És que el Barça de Guardiola va deixar el llistó mooolt alt! Amics que treballen a can Barça em conten que l'actual directiva ha acabat de rematar el poc que quedava d'aquell Barça dels valors...Sí, sembla que fins i tot les utopies tenen data de caducitat :(
Després de guanyar la Lliga, veig el segon triplet bastant possible :D

dEsoRdeN ha dit...

Aquest Barça és una merda, hiro (club i equip); no m'havia sentit tan allunyat ni quan, de petit, era un club que no guanyava ni al parxís. Ni vaig veure el partit de diumenge (estava vibrant amb la darrera jornada de Segona B... XD), i tampoc podré veure la final perquè estaré currant (i me la bufa bastant, la veritat; de fet, em faria ràbia que aquest Barça guanyés el triplet...). Sort de l'equip que tu ja saps, que aquest sí que em té il·lusionat com un nen petit amb les seves petites grans fites... :P