dimarts, 7 de novembre del 2017

fAsCisTaS y tRiLeRoS




En estos tiempos convulsos de emociones, extremos, catetismos y mentiras (muchas), pienso en autores que me recomendaban en la facultad (las dos a las que fui) o que he conocido a posteriori: Chomsky, Bauman, Lippman... cualquiera que ayude a desarrollar el pensamiento crítico con TODO y TODOS es bienvenido. La propaganda es la nueva Guerra Fría, y las noticias falsas, las nuevas balas. Todo vale con tal de arrastrar a la masa hacia tu trinchera. Porqué al final, se trata de eso. De una guerra de juegos sucios entre estrategas y profesionales de la comunicación/manipulación de masas, echando carnaza emocional a gente que no quiere o no puede utilizar el pensamiento racional, porqué no tienen el escudo del sentido crítico. Cuestionarlo todo es derecho y deber del ser humano, porqué sólo el ser humano sabe a qué niveles de miseria y bajezas morales es capaz de llegar. Todos estamos expuestos a ello, tanto en el papel de víctima como de verdugo. El ser humano es miserable y merece la extinción.

El sainete de estos últimos días me provoca muchas reflexiones. Una, que la justicia belga es justicia, en contraposición a esta farsa que tenemos en España y que se guía por el sentimiento de venganza y voluntad de humillación que tiene la derecha que todo lo mueve (ya no sólo por las detenciones de medio Govern, o el humillante trato que recibieron en el traslado, sino por la escandalosa colección de irregularidades de todo el proceso judicial). Ante la desfachatez y la impunidad de políticos de derecha y de jueces y/o fiscales, el papel de la supuesta izquierda española está siendo lamentable. Y evidentemente cuando hablo de izquierda no me refiero al PSOE (que tiene de socialista lo que yo de campesina de la estepa siberiana). Hay silencios cómplices, inacciones, equilibristas ambigüedades electorales, y maneras de hacer intervencionistas que hablan por sí solas. Con mayor o menor acierto, pero el independentismo catalán ha plantado más cara al neofranquismo en estos últimos meses que la izquierda española en 40 años. Otro tema es la vergonzosa impunidad de la violencia de ultraderecha (en todas y cada una de las manifestaciones unionistas pasa algo... y a la vez, no pasa nada: el sábado, paliza en Mataró entre gritos de "Viva Hitler!" a un chico que se negó a decir "Viva España"; esta noche en St. Cugat, un grupo de exaltados arrancando una pancarta del ayuntamiento que exigía la libertad de los presos políticos; una imagen vale mas que 1000 palabras...). Es todo una puta vergüenza. Eso sí, si El Jueves hace una portada mofándose de la policía, imputados. Si unos raperos hacen letras insurgentes, imputados. Si unos profesores hablan de la violencia policial del 1 de octubre, a declarar. Se están meando en la democracia y en nuestras libertades y derechos sin vergüenza alguna, y todos los que callan y no mueven un dedo al respecto son cómplices de ello. Hoy nos toca a nosotros, pero mañana quizás seáis vosotros las víctimas. Y a lo mejor ya será tarde. La situación es tan grave y escandalosa que debería estar toda España en la calle para echar a esa panda de delincuentes de Moncloa que colecciona imputados por corrupción y testigos muertos en extrañas circunstancias. Siempre digo que todos tenemos lo que nos merecemos. Y esta España (la xenófoba, pero también la pasiva) merece sobradamente toda esta mierda. No me extraña que un ex primer ministro belga llame "franquista autoritario" a Rajoy, o que la BBC se pregunte si España es un estado fascista.


También tengo bilis para repartir a nivel interno. Hemos regalado autogobierno, Parlamento, Mossos, control de finanzas, la libertad de dos personas inocentes y de la mitad del Govern a cambio de una proclamación simbólica y ridícula de una República inexistente y sin estructuras de estado (o si existen, las tienen más escondidas que las urnas de el 1 de octubre). Unos nos quieren humillados y rendidos, y los otros, que no han hecho los deberes y quieren ganar más tiempo, nos levantan la camisa enviándonos a unas elecciones autonómicas convocadas de forma ilegítima por quien nos lo ha robado todo meándose en nuestra cara. Si nuestros políticos no se creen lo que aprobaron hace dos viernes, ¿por qué cojones lo hicieron? (este artículo de La Vanguardia sobre el jueves previo es tremendamente interesante y muy revelador. Y este otro de CTXT es irónico, mordaz y divertido). El único activo real que tenemos es la enorme voluntad de cambio y las ansias de libertad de, al menos, 2.200.000 personas. Un enorme y valioso punto de partida, es cierto. Pero me temo que, hoy por hoy, insuficiente para hacer frente a la maquinaria de un Estado con tics neofranquistas y que tiene a su alcance y juega como quiere con prensa, jueces y la violencia impune de sus cachorros de ultraderecha. Y cuando los que tienes en casa son unos trileros expertos en el arte del escapismo por la tangente, mal vamos.

Se nos piden más y más actos de fe a cambio de nada. Y quizá sea por mi ateísmo convencido, pero yo los actos de fe sólo les regalo a cambio de realidades. Y la que veo frente a mí ahora mismo no me invita demasiado al optimismo. Muchos de nuestros políticos no están a la altura de la gente a la que representan. Soy totalmente contrario a participar en las elecciones del 21-D porque me parecen una trampa, tienen 0 legitimidad, son una incoherencia desde nuestra perspectiva, y lo dejarán todo exactamente igual a como estábamos hace 2 años: ligera victoria de los partidos independentistas ( si no los ilegalizan antes), y venga a marear más la perdiz. Pero como buen ser humano, estoy dispuesto a caer en la incoherencia y participar, si es la única manera de recuperar democráticamente la voluntad popular y trasladarla al Parlament. Y las ganas de escapar de tanta mierda y tanta caspa con olor a rancio franquismo pueden con todo y yo no me rendiré, pero empiezo a estar harto de que nos tomen por imbéciles. Unos y otros. Y también me siento un poco cansado de la ingenuidad de la Revolución de las Sonrisas. La Revolución Naïf. La Revolución twee-pop. O quizás sería mejor decir twit-pop...



2 comentaris:

NaoBerlin ha dit...

La independencia de los países bálticos y eslovenia se hizo con un abrumador 90% de apoyo social y por eso se pudo hacer unilateralmente (y bueno, porque estaban dentro de un situación de desmembración de la URSS y Yugoslavia) y por tener apoyos extranjeros; no es el caso de Cataluña. Sea como fuera con un 90% de apoyo popular contra esa fuerza no se puede hacer nada, y eso no lo tiene Cataluña, y por lo que estoy leyendo (incluso en diarios como el Ara y Nacionalcat [en años anteriores con polonia y ahora con esto estoy haciendo un curso acelerado de catalán que ya solo me falta el speaking para aprobarlo xD] ) y por declaraciones de ayer de Tardá y hace días de Mas Colell... que se han tirado un farol a lo grande, bueno a lo grande, a lo mastodónico. Y ahora qué? Ese es el tema. Yo me he mostrado contrario a este proceso porque me huelo la regresión que se trama en Madrid. De todas formas, si te tiras al monte te tiras de verdad no a medias. Os habéis adelantado un par de generaciones con el procés y habéis despertado al españolismo y eso no me emociona precisamente y me temo consecuencias con Galicia (llámame egoísta). En cuanto a lo del neofranquismo, ese tipo de actitudes te sorprendería verlas en Reino Unido durante el juicio de Gerry Conlon y los Guiford 4, o en Francia contra los corsos... Pero que tiene que haber una reforma de la judicatura no te lo voy a negar. En cuanto a la izquierda española, al igual que la catalana, es nacionalista, todos los somos, aunque hay grados.

dEsoRdeN ha dit...

Sí, sí, lo del farol parece evidente, y me provoca un sentimiento de rabia enorme. No han estado a la altura del pueblo al que representan. Es exactamente eso que dices: si te lías la manta a la cabeza, es para ir en serio y hasta el final, no para quedarte a medio camino o para ir de farol. Pero para eso, los convergentes son malos compañeros de viaje (sí, lo sé, me puede mi odio hacia ellos). Yo no creo que nos hayamos adelantado. Si ha surgido, es porqué el sentimiento de agravio y de intento de humillación está en la calle y tocaba sacarlo (y hay muchas razones racionales y objetivas para ello, más allá de los sentimientos nacionales que pueda tener buena parte del independentismo). Yo no me siento en absoluto culpable de haber despertado al españolismo, todo lo contrario: celebro haber conseguido que se les caiga definitivamente la careta, porqué es la única manera de hacerlo evidente y combatirlo. Y eso no es sólo cuestión de Catalunya. También le toca al resto de España mojarse el culo. Es momento de que la izquierda española dé un paso adelante, porqué es muy fácil ir de progre en situaciones de estabilidad y bonanza. Pero cuando pintan bastos y delante aparece el nacionalismo españolista más rancio y reaccionario es cuando hay que estar ahí para hacerle frente. Lo llevo diciendo desde hace mucho tiempo: esto se ha convertido en una lucha por libertades y derechos básicos, y nos afecta a todos por igual. Y ya va siendo hora de que España despierte y se eche a la calle como estamos haciendo aquí. Si hay que hacer 1000 manifestaciones, se hacen. Si hay que madrugar para defender un colegio electoral, se madruga. Y si hay que cortar carreteras o vías de tren, se cortan. Hoy recibimos nosotros, pero mañana será cualquier otra parte del estado: mira a Montoro interviniendo las finanzas del ayuntamiento de Madrid; la violencia policial en Murcia por las protestas del AVE; o las amenazas de 155 a Euskadi, Navarra o Castilla La Mancha... y mientras, Rajoy de rositas cuando el jefe de la UDEF admite en el congreso que cobró en negro (y no sale ni en las portadas, ni tampoco en TVE, claro; es escandaloso!). Vivimos en un Estado putrefacto, y tenemos dos opciones: o asumirlo de manera conformista y no hacer nada, o tener un poco de dignidad colectiva, desafiarles y dejarles claro que no vamos a tolerar más mierda, ni más corrupción, ni más abuso de poder. Basta ya de tanta impunidad de estos ladrones