Mesas fuera de sitio, ropa en el suelo, olor a semen (me gusta ese olor), y la música sigue sonando, aunque la casa esté algo más vacía que hace un rato. Ha pasado lo que no quería que pasara, porqué esto va así. Mientras escuchábamos al grupo de gente tocar y cantar en el bar, me había puesto el escudo, pero los pantalones se me han caído con la cerveza. Maldita cerveza. Y malditos pantalones de caída fácil. Quería sentirme fuerte, implacable ante la tentación, pero he sido incapaz. Lo habría conseguido en otras circunstancias, pero hoy necesitaba algo así. Más por dentro que por fuera, por pura supervivencia mental. Necesitaba una de las habituales venganzas vitales. Necesitaba un chute de autoestima. Necesitaba olvidar. Necesitaba tapar mis vacíos gruyere. Necesitaba escuchar cosas que otras que quisiera no me dicen. Aunque luego sienta de veras ser tan frío, y no responder como ella seguramente querría que respondiera. Pero ni puedo ni quiero hacerlo. Me niego a engañar a nadie. Por eso no quiero ir más allá en esta historia; porqué cuando le he preguntado si esto era también para ella un divertimento, me ha dicho que no. Sé lo que es estar en ese otro lado del ruedo, y no quiero provocar cosas que a mi me han hecho sufrir en otras ocasiones y con otras compañías. Por eso quería que no pasara otra vez. Pero por mucho que me niegue a vender humo ni a llenarme la boca con palabras de encantador de serpientes, sigue queriendo, y me dice que ya le está bien así. Aunque su mirada me dice otra cosa. Todo es tremendamente complicado, y somos grandes culpables; y mi vida sentimental es una auténtica mierda...
divendres, 18 de setembre del 2015
tOdO mE sALe aL ReVéS
Mesas fuera de sitio, ropa en el suelo, olor a semen (me gusta ese olor), y la música sigue sonando, aunque la casa esté algo más vacía que hace un rato. Ha pasado lo que no quería que pasara, porqué esto va así. Mientras escuchábamos al grupo de gente tocar y cantar en el bar, me había puesto el escudo, pero los pantalones se me han caído con la cerveza. Maldita cerveza. Y malditos pantalones de caída fácil. Quería sentirme fuerte, implacable ante la tentación, pero he sido incapaz. Lo habría conseguido en otras circunstancias, pero hoy necesitaba algo así. Más por dentro que por fuera, por pura supervivencia mental. Necesitaba una de las habituales venganzas vitales. Necesitaba un chute de autoestima. Necesitaba olvidar. Necesitaba tapar mis vacíos gruyere. Necesitaba escuchar cosas que otras que quisiera no me dicen. Aunque luego sienta de veras ser tan frío, y no responder como ella seguramente querría que respondiera. Pero ni puedo ni quiero hacerlo. Me niego a engañar a nadie. Por eso no quiero ir más allá en esta historia; porqué cuando le he preguntado si esto era también para ella un divertimento, me ha dicho que no. Sé lo que es estar en ese otro lado del ruedo, y no quiero provocar cosas que a mi me han hecho sufrir en otras ocasiones y con otras compañías. Por eso quería que no pasara otra vez. Pero por mucho que me niegue a vender humo ni a llenarme la boca con palabras de encantador de serpientes, sigue queriendo, y me dice que ya le está bien así. Aunque su mirada me dice otra cosa. Todo es tremendamente complicado, y somos grandes culpables; y mi vida sentimental es una auténtica mierda...
dimecres, 16 de setembre del 2015
La-cHicA-CoN-uNa-CH-eN-Su-NoMbRe
Anoche quedamos con todos sus amigos para despedirla. Fuimos de tapas, bebimos en una tasca súper auténtica que encontramos de casualidad, conversé con gente de Gales, Inglaterra, Michigan, Minnesotta, Boston, una rubia hippie californiana muy resultona a la que en otras circunstancias habría intentado seducir... bebimos, bailamos en la bodega hasta que la camarera nos pidió que parásemos, y me sentí parte de ese grupo de alocados amigos que nunca tuve en el Erasmus que nunca hice. Quizás eso habría solucionado muchos de mis problemas de comunicación dentro-fuera, o de introversión selectiva. El abrazo de grupo de la autodenominada The Secret Society que desembocó en saltos y cánticos, todos abrazados, en la entrada de la boca del metro, fue otro de esos extraños y mágicos momentos en los que gente que ni se conocía horas/días antes conecta y crea algo único, especial y con fecha de caducidad. Una fugacidad que aumenta la belleza del momento, y también el dolor de sentir que seguramente eso no se volverá a repetir nunca más, y se convertirá en un flash de memoria legendaria.
Poco a poco nos fuimos dividiendo, a medida que cada uno encaraba su camino, hasta que nos acabamos quedando ella y yo. Aunque estaba cansada y quería irse a dormir pronto, la convencí para ir a compartir nuestra última copa. El florista de las frases hechas hizo acto de presencia, y fuimos dibujando nuestras últimas conversaciones con el cronómetro cuenta atrás apretando y rasgando esta no-historia de final amargo. La acompañé a casa, nos fundimos en abrazo y beso final, y le dije que me sentía triste. Sí, hasta ha conseguido que diga cómo me siento, la muy jodida. Y, efectivamente, al volver me sentía triste y enrabietado porqué la realidad siempre acabe siendo igual de decepcionante. Enseguida me envió un mensaje, y le volví a decir que me sentía triste, aunque alegre por ella, y que estaba convencido que todo le iría fantásticamente bien allí, y que si encontraba apartamento iría a verla. Lo último que podía y quería hacer era irme a casa, así que me largué yo solo al Sidecar, a ver si bailando se me pasaba. Al llegar, el local estaba extraña y completamente vacío, lo que acrecentó lo deprimente de la situación. Atacado por el alcohol, me largué a dar una vuelta mientras me decía a mi mismo que quizás le enviaría un mensaje a la rubia hippie californiana, o a I-Gafapasta, que me insistió el otro día para quedar (y hoy ha vuelto a hacerlo). Sí, seguramente fue algo mezquino querer usar a otras para olvidarme de ella, pero es lo que me salió de dentro en ese momento de frustración y rabia. Acabé volviendo al Side, que ya estaba lleno, y hasta me costó ponerme a bailar. Pero acabé haciéndolo, y conocí primero a una rubia borrachísima a la que intenté besar como venganza vital, y luego a S-Riccia, una italiana actriz y cantante muy guapa, que me hizo sorprendente caso. Bailamos de manera obscenamente preciosa, charlamos, bebimos (más), y nos dimos un largo paseo de vuelta a casa. No pasó de ahí, pero me vino muy bien para liberar la mente y el alma. Esta mañana el diSoRdEr's Palace tenía ese regusto extraño de las noches después, en que el recuerdo fresco de tus vivencias te hace verlo todo distinto, con otros matices, con un contenido que llena el vacío habitual. Todavía mareado y con alguna náusea de resaca, he visto que me había escrito un mensaje, y le he contestado deseándole un buen viaje. A estas horas ya debe haber aterrizado, a casi 2.000 km de distancia. He unido las dos ciudades en Google Maps para comprobar la magnitud de la tragedia. Un enorme agujero negro por el que se cuelan todas mis frustraciones y los recuerdos de mis no-historias de fatalismo dEsoRdeNado. Hacía un montón de tiempo que no sentía obsesión por alguien, qué cosas...
dimarts, 15 de setembre del 2015
MiNd tHe gaP...
divendres, 11 de setembre del 2015
mÁs dE Lo MiSmO
dijous, 10 de setembre del 2015
NoS FoLLamOs eL CeRebRo?
dimarts, 1 de setembre del 2015
sALvaJisMOs CoTidiANoS
Aspecto similar al de mi espalda ahora mismo...
Llevaba cierto tiempo dándole vueltas al tema, pero siempre encontraba alguna excusa para postergarlo. Las razones? Una mezcla de pereza, y terror al dolor físico extremo que me parecía que iba a ser la experiencia. Tengo ultrasensibilidad en todo mi cuerpo y organismo, así que era imposible que fuera a ser algo inocuo o indoloro. Documentándome sobre el tema, se ve que en la era de las cavernas ya había técnicas con esta finalidad, y a juzgar por mi primera toma de contacto con el tema, veo que hoy en día no ha evolucionado demasiado: sigue siendo una salvajada equivalente al típico gag del dentista que anuda la muela del paciente a un cordel atado a una puerta. No veo ninguna diferencia entre esa atrocidad y aplicar cera ardiendo sobre la piel y arrancar el vello de cuajo con unas tiras pegajosas. Sí, claro, hablo de eso que la mayoría de lectoras conocerán sobradamente: la depilación
El caso es que de un tiempo a esta parte me empezó a salir vello en la espalda. Al principio eran 4 pelillos, pero se ve que corrió la voz entre la comunidad capilar de que mi espalda era un buen lugar para aposentarse y tener descendencia, y al cabo de un tiempo había una densidad que ríete tú de la noche del sábado en el Primavera Sound. En general siempre me ha crecido el pelo con facilidad, y estéticamente me la suda bastante; pero ése era precisamente el problema: el vello en la espalda empezaba a darme unos calores y sudores que resultaban bastante molestos; especialmente en épocas veraniegas, cuando te abrasas en la calle, y te congelas en transportes públicos, cines, restaurantes, oficina y cualquier lugar o espacio público gestionado por los mongolos de los seres humanos. Con esa decisión y prontitud que me caracterizan en estos temas de pereza máxima, apenas habré tardado unos cuantos años en tomar cartas en el asunto. Y hoy ha sido el día D. Ya sé que el inicio del verano habría sido un momento más lógico para hacerlo, pero a estas alturas de la película ya deberíais saber que yo no entiendo de lógicas, y más bien tiendo a orinarme en ellas (en las lógicas, hablo; no me refería a ningún episodio de lluvia dorada...). Así que a eso de la hora de comer, pensando en mi odio hacia las colas y esperas, me ha parecido que era una buen momento para coger el toro por los cuernos sin perder excesivo tiempo...
He ido cerca de mi casa, a un sitio que está abierto hace tiempo y siempre está lleno, lo que me han parecido signos de que la relación calidad/precio debía ser correcta. Había 3 chicas esperando, y unas cuantas más atendiendo. He cogido número y han ido saliendo más chicas que ya habían terminado. Alguna me miraba con extrañeza, una incluso me ha sonreído y saludado, y mi sensación era de "qué cojones hago aquí?", sintiéndome totalmente fuera de contexto. Era como un extraño, un infiltrado que estaba en un sitio que no me correspondía, invadiendo territorio enemigo para robarle secretos de estado y documentos confidenciales. Al cabo de un rato de espera, he empezado a sentirme algo mareado, medio de hambre, medio de ese calor/frío que siento con los putos aires acondicionados que pasan de tropical a siberiano en 0'0003 segundos. Mi impaciencia crónica empezaba a agobiarme bastante, y me ha pasado por la cabeza largarme a casa a comer, que era lo que tocaba. Pero así como a veces soy bastante indeciso, también soy muy cabezón (cosas de Tauro...), y hoy me había levantado convencido de que era el día y quería sacármelo de encima. Las dos chicas que me precedían debían haberse cansado de esperar, así que el 64 y el 65 han pasado de golpe, para llegar al diabólico 66; sí, el mío. Tenía la esperanza de que al menos me tocara la jovencilla rubia que me dio información cuando pasé la semana pasada, pero me ha cogido una señora de unos 50. That's life...
...me ha hecho pasar a una especie de habitación con una camilla, y le he dicho que venía a hacerme la espalda, remarcándole que ERA MI PRIMERA VEZ. He dudado de si era buena idea hacer la apreciación, porqué quizás mi intención de que fuera más cuidadosa se volvía en mi contra: quizás la señora estaba divorciada, o había tenido malas experiencias con los hombres, y su manera de vengarse de manera sádica era trabajando en hacer sufrir a los demás con la cera y las tiras? Ya no había vuelta atrás, así que habría que apechugar con lo que tuviera que ser. Me ha hecho estirarme sin la camiseta boca abajo, y no tenía muy claro tampoco si era mejor esa posición de no ver los instrumentos de tortura e imaginármelos (terror psicológico), o si hubiera sido mejor verlos y tomar conciencia de los que realmente me esperaba. Admito que mi táctica siempre en este tipo de experiencias que pueden comportar dolor físico (léase dentistas, pinchazos y similares) es imaginarme lo peor, para que luego la realidad no sea tan cruda y yo acabe con la sensación de que ha ido bien y no había para tanto. Pero digamos que con el primer contacto con la cera caliente-ardiendo ya he tenido la sensación de ser un pollo a l'ast, y el primer estirón me ha pillado completamente desprevenido y me ha provocado un escozor que ha traído el pánico a mi quijotera: voy a tener que aguantar muchos más como ése, señora...?
Atrapado en un callejón sin salida, he optado por otra táctica psicológica que aplico a veces en casos así: intentar concentrarme en pensamientos totalmente ajenos al dolor que se me está aplicando. Que si cosas del curro, que si hoy haré tal cosa o llamaré a éste o a aquella, que si tengo que comprar tomate y pan... la cosa ha funcionado bastante bien, hasta que la sádica ha llegado a la parte central de la espalda, donde tenía un corredor de pelo más frondoso y regular trazando una linea vertical entre cuello y espalda. Sí, seguramente ése ha sido el peor momento de todos, cuando me he sentido como si me despellejaran vivo, como hago yo con la capa de grasa de la pata de pollo antes de meterla en la plancha con aceite y sal. Joder, qué escozor! Me he imaginado detenido en una comisaría de los Mossos d'Esquadra, e incluso me ha parecido mejor plan una ronda de torturas policiales que seguir con el calvario de la cera y las tiras. Por suerte, la mujer ha ido por faena, y en cosa de 10 minutillos o así ha acabado. Envalentonado, le he dicho que sí cuando me ha dicho de hacer también los hombros, y el momento-cuello ha sido como cuando te hacían pasar por el pasillo de las collejas en el patio del cole. Todo muy normal, civilizado y propio de una sociedad presuntamente avanzada del 2015, vaya.
El Aloe-Vera que me ha puesto ha aliviado un poco la sensación de quemazón, pero la verdad es que ha sido casi peor lo de después que los 10 minutos de brutalidad aplicada a la piel (no digáis que soy un exagerado, porqué he leído un artículo de una doctora que confirmaba que la depilación masculina es más dolorosa que la femenina, por no sé qué de que tenemos el vello más fuerte...). Al salir de allí ya me sentía extrañísimo, acartonado, y con un gran escozor en la piel. Y al llegar a casa, la visión de la zona ha sido peor que leer artículos de chocheo del Señor X creador del GAL llamándome nazi por querer votar: la espalda estaba totalmente enrojecida y con un sarpullido desbocado por toda la espalda y los hombros que parecía alergia, y la sensación era de quemazón intenso, como si me hubiera quemado en la playa tras estar 4 días seguidos al sol y sin protector solar. Casi que prefería mi espalda de antes, aunque tuviera vello...
Cuando ya han pasado 12 horas, y tras haberme aplicado Aloe-Vera, after-sun y Talco, la espalda sigue pareciéndome papel de lija, y ya me veo que hoy tocará dormir de lado. El quemazón parece haberse reducido un poco, pero no tengo yo muy claro que mañana haya recuperado la normalidad en la zona. Y sí, creo que no queda ni un pelo, pero ahora mismo tengo dudas de que vaya a repetir la experiencia, y ya veremos si me decido por lo de la fotodepilación. De verdad que no sé cómo os dejáis torturar de esta manera, y menos las que lo hagáis por razones puramente estéticas. No quiero ni imaginarme cómo debe ser, en otras zonas del cuerpo incluso más sensibles, el dolor de esta atrocidad impropia de una sociedad avanzada...
dijous, 27 d’agost del 2015
qUé bONitAS, LaS cANciOneS...
dimarts, 25 d’agost del 2015
qUe eStOy VivO
Salir 8 noches de 9, Festes de diSoRdErLand, E-Platónica, La Rubia Risueña, amigos de Meet-Up, amigos del curro, La Danesa Misteriosa del gorro fashion, el peligroso encanto de Uma Caraloca, la sala de los 1000 bailes, otros tantos miles de fotos, 2 semanas de mensajes cruzados con una R-Yankee amiga de Canadian-J que se viene medio año a la ciudad, la parisina que pasaba la última noche aquí, la almeriense que se iba a Noruega, hacer el curro de 5, un trancazo de caballo por culpa de los putos aires acondicionados, el estómago dEsoRdeNado de excesos y medicinas... pero por ahora, sigo entre los vivos, aunque mi existencia últimamente haya sido más vampírica todavía de lo habitual...
dimarts, 11 d’agost del 2015
sAtáN dE VaCaciONeS eN eL PiSo dE AbaJo...
A veces lo que parece inicialmente un gran logro, acaba por ser una pesadilla. Lo puede ser cuando te ligas a esa chica que está ñam ñam y luego descubres que es una puta esquizofrénica, o también cuando te compras unas camisas chulísimas en las rebajas y, tras lavarlas la primera vez, te das cuenta de que son de las que hay que planchar. Cagonlaputa, en qué maldito momento decidí comprarme estos trozos de tela de mierda, o los pantalones que el día de la boda parecían tan frescos y cómodos, y ahora se asemejan a una mofeta con sarpullido y papada de octogenario. Luego hay quién se extraña de que vaya casi siempre con camisetas y tejanos. Aunque cuenta la leyenda que hay majaras que deben de estar tan aburridos con sus vidas que se planchan los tejanos... o hasta la ropa interior!! Lo veis como tengo razón cuando deseo la extinción de la raza humana? A veces también pasa al revés: lo que inicialmente parece equivalente a bañarse en una piscina de cal viva con la piel llena de heridas acaba por ser algo aceptable, o incluso que te hace feliz a ratos. Pero eso básicamente pasa sólo en las novelas de Corín Tellado, o en las odiosas películas con glucosa de Hollywood sugarglass.
Estos últimos días (para ser exactos, estas dos putas e interminables semanas pasadas; a ver si se les acaban las vacaciones y se vuelven a donde sea, mientras sea bien lejos...) se ha instalado en el piso de abajo una familia francesa en kit completo de papá-francés, mamá-francesa, niñita-francesa y bebé-francés. Éste último se supone que es hijo de papá-francés y mamá-francesa, si bien en mi interior tengo clarísimo que bebé-francés es en realidad retoño de Belcebú y la Pantoja de Puerto Rico, a juzgar por los berridos y llantos insufribles con los que nos deleita en horario Opencor, cada día a cualquier hora. De hecho, desde que llegaron, la escalera ha cogido cierto olorcillo a azufre. Evidentemente, las histéricas que envían fotos de gatitos por mail o facebook ahora saltarán con aquello tan manido de que pobrecito, es un niño, y seguro que tiene calor, o hambre, o le duele un diente. Pero que a nadie se le olvide que a esta pequeña sanguijuela caprichosa, cuando se pone insoportable y llora y da por saco a los demás, acaba con una teta en la boca, y problema resuelto. Encima eso. Cuánta injusticia, oh dios bastardo! La vida es una mar de lágrimas...
Esto me lleva a otra situación que me provoca más indignación que ver a Amaral en el cartel de festivales de música indie (no les perdonaré nunca el plagio blasfemo del 'That Was My Veil' de LA DIOSA. Ojalá el tipo acabe ahogado un día atrancado en su puto gorro y la tipa sufra lo propio ahogada en su propio ego de quiero-y-no-puedo). Hablo de esa estúpida ley no escrita (y seguro que ideada por un cenutrio de proporciones bíblicas...) que permite ser un puto incívico egoísta de tal hora a tal hora. Qué mierda es esa? Si el vecino es un desgraciado que tiene la TV al volumen de un reactor atómico y le suda que pueda estar molestando a las personas de alrededor (en 7 kilómetros a la redonda, concretamente...), por qué cojones no se lo voy a poder decir a la hora que sea? "Hombre, pero es que todavía no son las 22h..." Y????????? Hay alguna ley que permita ser un maldito cretino egoísta de 10h a 22h? Hay alguien capaz de darse cuenta que no todo el mundo tiene una vida estándard con horarios estándard, y no por ello tiene menos derechos que los demás? Verdad que yo me pongo los cascos y procuro no hacer ruido, pensando en los demás, cuando estoy por casa hasta que me voy a dormir a las 5h? Por qué cojones entonces los demás no pueden pensar en mi cuando intento dormir y descansar por la mañana, como he hecho yo con ellos? Por qué está socialmente permitido que un desgraciado tenga la música a todo trapo a las 5 de la tarde? Que un mongoloide entre y salga de su casa dando un portazo que hace temblar todo el edificio? Que una panda de aborígenes con cerebro de neanderthal parezcan celebrar una competición de a ver quién habla y ríe más fuerte en la terraza del restaurante bajo mi casa? No pueden simplemente hablar entre ellos como personas civilizadas? Y os aseguro que no soy un neurótico intolerante histérico que se pone nervioso con el grácil batir de unas alas de mariposa. Hablo de los ruidos EVITABLES con la simple aplicación del respeto y el sentido común. Que no vivimos solos en este mundo, cojones!! Y que suficientes capullos tenemos que torear ya en el día a día como para encima hacernos las cosas más difíciles los unos a los otros.
Al margen de estas menudencias que provoca la convivencia forzosa con descerebrados, todo bien. Aunque entre sueños he vuelto a oír a la criatura satánica esta mañana, como no hacía tanto calor y he podido dormir con la ventana cerrada, enseguida he recuperado el hilo onírico-marmotil. Me he despertado sobre las 12h pasadas, he salido a tomar el sol al balcón, y por la tarde hasta he tenido un arreón to' loco para barrer, fregar, recoger la ropa y conseguir que mi palacio del caos ahora parezca simplemente una casa dEsoRdeNada y ya está. Lo típico que si viene alguien de forma inesperada puedes soltar aquello de "perdona el desorden, pero no esperaba visita", y cuela. Otro protocolo social bastante estúpido, porqué a mi nadie nunca me ha pedido disculpas cuando he ido a su casa y estaba todo asquerosamente ordenadísimo y reluciente y bucólico-pastoril. Si a mi eso molesta, por qué narices no me piden perdón y se arrodillan ante mi entre lágrimas y promesas de "no volverá a pasar, lo juro por Dionisos!!"? Maldito mundo de dictadores sin empatías atípicas...
dimarts, 4 d’agost del 2015
dE cANícULaS dEsoRdeNadas
Adoro el verano. Por el calor (aunque este año está siendo pelín excesivo hasta para mi), por la luz, por las vacaciones (que se me acabaron ya hace 2 semanas... :S), y por la cantidad de guiris que corren por la ciudad. No sé si será por el exotismo, por su predisposición y abertura de miras, o por la romántica y azarosa fugacidad de las historias que de ahí puedan surgir, pero me atraen infinitamente más que el habitual y rancio borderío local. Fuck you all, narrow-mindeds de la vida. Siempre hay excepciones, claro: hoy he quedado con E-Platónica, y no la cambiaría por todas las guiris del mundo (bueno, esto sería matizable en términos puramente hedonísticos; pero en términos de adorabilidad y capacidad de seducción y enamoramiento, y de hacerme reír, las apaliza a todas). Chateando ahora al respecto con La Nena Imantada, me he dado cuenta de que no paramos de tocarnos, ya sea para abrazarnos, besarnos la cara, cogernos, bailar en mitad de la calle... tensión sexual no resuelta? Mmmm... como decía Ovidio en el 'Ars Amandi', deséale todos los males del mundo a su amado. Lo sé, hijoputismo ilustrado. Yo ya intento alegrarme por ella si es feliz con otro, pero si eso me hace infeliz a mi, ¿no es humano desearle el mal al otro cabrón y querer demostrarle a ella que conmigo sería todavía más feliz? El ser humano siempre será contradictorio, lo quiera o no...
Mientras llega el día que E-Platónica se dé cuenta de que estamos hechos el uno para el otro, porqué tanta risa y tanto tocamiento no es normal, yo voy haciendo. El otro día quedé con A-Cosas-Claras-Pero-No-Tanto. Hacía un montón que no nos veíamos (lo que suele pasar cuando alguien se apareja; desaparece del mapa hasta que le dejan, y entonces vuelve a ti...). Se va a Estados Unidos a reflexionar sobre su vida y decidir para donde tira. Como habréis deducido por su apodo (que cuando la conocí tenía 3 guiones menos....), creo que le irá bien. I-Gafapasta me llamó hace un par de semanas o tres, con la excusa de que había encontrado curro gracias a mi fiesta de cumpleaños (por un contacto que hizo allí), y supongo que le diré de vernos para que me lo explique. Aunque no tengo muy claro si quiero que acabe como siempre acaban nuestros encuentros. Siempre me he sentido torpe e incómodo cuando le gusto a una chica más de lo que me gusta ella a mi, porqué no me querría sentir cabrón o aprovechado. Quizás sea empatía por las muchas ocasiones en que me he encontrado yo al otro bando. Véis lo que decía de las contradicciones? Siempre pregono a los 4 vientos que hay que vivir la vida sin pensar, que si Carpe Diem y no sé cuántas pollas más, y luego pongo el freno de mano en determinadas situaciones. Siempre será mejor el sexo con desconocidas, que ahorra malos rollos y dolores de cabeza innecesarios...
Subscriure's a:
Missatges (Atom)