La que ha liado un tuitero, en venganza por los recientes 129 despidos en El País... da para pensar muchas cosas. Como venganza tocacojones, me parece brillante. Especialmente por habérselo hecho a ese diario que hace años era referencia de periodismo de prestigio de izquierdas, y que ahora que sus dirigentes ya están montados en el dólar (o en el euro), actúa sin pudor como uno de derechas, con ERE's indecentes cuando el presidente del grupo Prisa cobra 13 millones de euros, según el Comité de Empresa del diario. Y todavía tienen los santos cojones de hacer editoriales criticando las impresentables reformas laborales del PP. Viva la coherencia. Desconozco si el vengador en cuestión es uno de los trabajadores afectados y sabía la contraseña de twitter del diario, o si simplemente ha hackeado la cuenta. Pero la ha liado buena, y no sólo en twitter; y es que parece que, una vez más (y no es el primer ni el segundo caso), algunos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia sin contrastarla antes. Los peligros de esta espiral de querer ser el primero en dar una noticia: y es que a lo mejor la noticia no existe. Mentira, fantasía, fake, timo, boicot... sea lo que sea, muchos quedan retratados. A ver, cualquier persona de la calle puede ver que el estado de salud del periodismo en este país es proporcional al estado de salud de la supuesta democracia. Terminal en ambos casos. Los medios de comunicación se han convertido en órganos de propaganda al servicio de unos determinados intereses económicos y/o políticos. La libertad y la independencia del periodista están en extremado peligro de extinción, y sólo hay que ver casos recientes de periodistas incisivos (vamos, lo que deberían ser los periodistas...) que han sido apartados de esa vergonzosa TVE que, mientras tanto, fichaba a Bertín Osborne... pa' mear y no echar gota, sí. El escaso periodismo de investigación parece cada vez más acotado y focalizado a encontrar cosas con las que echar mierda al enemigo. Porqué este es un país de enemigos y de enfrentamientos. O eres de un bando, o eres del otro. Sin matices, sin puntos medios. Y siempre ha sido así. Nacional o Republicano. Del PSOE o del PP. Del Barça o del Madrid. De Una Grande Y Libre por mis cojones o de Derecho a Decidir en libertad y democracia. Y mal vamos cuando los medios se posicionan en los extremos, de un lado o del otro, en vez de intentar situarse en un punto intermedio, sensato y mesurado, en busca de la verdad más rigurosa, equilibrada y justa (sabiendo que la objetividad absoluta no existe), sin casarse con nadie. Ya sé que es algo ingenuo, pero debería ser así. Y es asqueroso que no lo sea...
...como también es asqueroso gran parte del público que va a los conciertos. Lo he dicho una y mil veces, y lo vuelvo a decir con motivo de este artículo que me ha pasado Anna K y con el que estoy plenamente de acuerdo: estoy hasta los huevos de ese gran cáncer que son los plastas que van a los conciertos de tertulia (otro día hablaré de la subespecie a extirpar de las salas de cine...). Supongo que sólo les importa estar ahí, que les vean, la pose, luego poder explicar que estuvieron... pero a la música, a los músicos y al resto de asistentes que nos den por culo. El respeto, el civismo y el sentido común se quedan al otro lado de sus gafas de pasta, enmarañados en sus barbas de 4 días, atrapados en la gomina de sus peinados supercool. Los odio. Los odio con todas mis fuerzas, y siendo persona tranquila, positiva y pacífica (de entrada), les reventaría la sien a golpes con un bate de béisbol hasta que se les saliera esa lengua irrespetuosa por el hueco del ojo. No los soporto. Quien quiera mi respeto, que me respete primero...
...y ya que hablo de conciertos, últimamente los cuento más por los que no voy que por los que sí. Esta noche me habría gustado volver a ver a la que seguramente habría sido mi musa si yo hubiera nacido dos décadas antes. Y es que, seguramente, Polly Jean no habría sido la que es si antes no hubiera existido Patti...
*Cómo me pone esta canción...