
No sé por dónde empezar. Llevo 10 días tremendamente intensos, y de mucha actividad. Las crónicas al uso del Primavera Sound las podéis leer en cualquier blog, aunque os diré que me quedo con los conciertos de Pixies (me quedé literalmente sin voz de tanto cantar y gritar junto a hermano ficticio R), Pavement (benditos sean por existir), The Drums (lo van a petar con su notable disco de debut; palabra de dESoRdeN; tú y yo lo sabíamos...) y The XX y sus brumosas atmósferas. Que sí, que disfrute mucho también con Scout Niblett, con Wave Pictures, con Dum Dum Girls, con Beach House, con Hope Sandoval en el Auditori, con Los Campesinos!, Maika Makovski o First Aid Kit en el Apolo, con la súper sesión final de festival de Dj Coco... pero al final la sensación es la de 'mecagondiez qué estrés, que me estoy perdiendo 15 bolos más que también quería ver pero el aquí y ahora me tiene en esta parte del Forum con tal o con cuál y ya me está bien vivirlo a tope y así'. No sé si me explico, pero yo me entiendo. Pero es que he visto a tanta gente, queriendo o sin querer; he conocido a nuevas personas (nuevAs, con A mayúscula...); he disfrutado de amigos; y, sobretodo, me he sentido como pez en el agua en el caos y las 1001 improvisaciones y cambios de planes de este tipo de festivales. Me sentí muy feliz, como en una burbuja de invulnerable paraíso artificial que me protegía de este mundo que ni puedo ni quiero entender. Música, amigos, gente nueva, beber, comer, bailar, gritar, hacer fotos, dormir... y ya está, porqué en la vida no hace falta mucho más para sentirse lleno y feliz. Volver a ver a estos belgas que me recargan las pilas con sus locuras (y ellas 2 me recargan mi 'lust for life', lo admito); disfrutar de varios de mis mejores amigos con algunos de los artistas que le han puesto banda sonora a tantos años de amistad; que mi adorada fortuna me haya hecho conocer a una dEsoRdeNada interesante con la que estamos explorando nuestras químicas recíprocas (la podemos llamar M-Pop, por ejemplo); que en cuestión de días me hayan escrito la A lombarda, mi E platónica invitándome a Edimburgo, o la chica que conocí en el escenario del concierto de Port O'Brien; que me haya llamado mi sister-blogger para montar un reencuentro con el comando Almería; que de repente haya llegado el verano... fua! que tengo un volcán en erupción aquí dentro que me faltan vidas para hacer todo lo que me apetece. Y no hablaba de sexo, ni de mi pobre estómago que se quiere suicidar con la vida que le doy últimamente (Bueno, últimamente y siempre...)

Y desde la vuelta a la asquerosa realidad tampoco he parado: jornadas laborales de 12 horas, partidos de fútbol, visitas al hospital que alteran mis planes veraniegos, cenar con mis papis, comidas con amigos, revelar fotos, comprar carretes, de cañas con M-Pop, más cañas con coleguita G Faltón, mañana cena macho-man con amigos de toda la vida sin sus novias, trabajar todo el finde... todo aderezado con una bella coyuntura de decenas de personas de mi empresa que ayer supieron que se iban a la puta calle por reducción del presupuesto (no, a mi no me toca y mi parte egoísta lo celebra; pero no puedo evitar sentir rabia por la situación y por saber que a los inútiles de los mandamases seguro que no les afectará para nada). Al margen de ser consciente que quizás en unos meses también me pueda tocar a mi, la situación general me genera ganas de quemarlo todo y llevarme por delante a los hijos de puta que han provocado toda esta coyuntura y que ahora se están yendo de rositas, mientras acaban pagando el pato los de siempre. Cada vez soy más radical con todo esto. ¿Me estará pasando como a Benjamin Buton, que en vez de hacerme viejo me estoy haciendo joven, y eso está aumentando mi rebeldía y mala hostia contra el sistema? Y ya sé que es fácil caer en la demagogia, y probablemente lo esté haciendo. Pero... ¿qué le puedo hacer, si tengo una mente dEsoRdeNadamente demagoga? Y si en vez de ponerle diesel encima le pongo Jack Daniels-Cola, pues pasa lo que pasa...
