diumenge, 10 d’abril del 2016

OdiO (cAPítuLo 1.894)




Estoy haciendo tiempo para digerir la pizza antes de irme a dormir. Suelo hacerme pizza los sábados por la noche, por comodidad y para no hacer ruido con cacharros, extractor y demás logística de cocina. Intento regirme siempre por el sentido común, que es justo lo que les falta a los vecinos mongolos del piso de estudiantes que tengo en el edificio colindante. Me ponen ultraviolento con su falta de respeto y su maldito egoísmo. Mira que odio cosas en el mundo, pero el egoísmo incívico estaría en la parte alta de mi Top de odios. No me entra en la cabeza tanta subnormalidad. Y estoy harto de que cada viernes y sábado no me dejen dormir. Harto de las putas dictaduras de las mayorías. Harto de respetar a todo el mundo entre semana, y de que nadie me respete a mi por el simple hecho de tener un horario diferente al de la mayoría. Harto de que la gente se crea que un piso en mitad de una ciudad es una sala de fiestas, y de que le den por culo a los vecinos y a sus circunstancias. Como las palabras educadas no sirvieron de nada, pasé al terreno de los gritos y al tono cabreado. Como eso tampoco sirvió de mucho, una noche llegué a llamar a la urbana. Pero da igual. Impunidad absoluta. La tentación de reventarles el vidrio de la cocina es muy grande, pero la descarga de rabia puntual todavía acabaría implicándome problemas a mi, por mucho que se lo merezcan. Siempre quedaría la opción de empotrarles un huevo contra el vidrio, que no creo que sea denunciable, a ver si toman conciencia de una puta vez del odio que generan con su maldito comportamiento de niñatos malcriados. Y no falla: cada vez que uno se topa en la vida con gentuza como ésta, escuchan música de mierda. ¿El nivel de educación, respeto y convivencia es proporcional a la cultura musical de alguien? Seguramente no de forma matemática, porqué el cretinismo alcanza todas las capas de población posibles; pero por ahora yo no me he topado nunca con un vecino que escuche a PJ Harvey y sea un subnormal acabado...



2 comentaris:

Espérame en Siberia ha dit...

Te entiendo perfecto. Mis vecinos también nos despiertan con sus gritos y nos vamos a dormir escuchando sus peleas. Diario.
Es una situación insostenible y desagradable porque todo se resume a la poca educación.

Espero que algún día puedan mudarse quienes han sido tan molestos en tu edificio.

Un abrazo :)

dEsoRdeN ha dit...

exacto, siberiana: es pura cuestión de educación; y de respeto; y de civismo; y de sentido común; y de conviviencia; y de...

que se muden todos los vecinos molestos del mundo! A otro planeta, si puede ser...

bss