dijous, 10 de març del 2016

pSyChO-SeX




Necesitaba un día como hoy; de llevar mis ritmos, de hacer la mía al 100%, de quitarme cosas pendientes tranquilamente, sin agobios temporales. De no quedar con nadie, por mucho que haya habido opciones. Para un individualista como yo, demasiada actividad acaba siendo muy agobiante, y necesito ratos de soledad o inactividad. Aunque tenga cosas que hacer. Pero necesito hacerlas a mi ritmo. También el hecho de trabajar bastante en equipo últimamente me está suponiendo un esfuerzo, porqué siempre hay cosas que harías de otra manera. Y nunca es fácil hacer renuncias. Pero poco a poco voy aprendiendo. Y también a delegar y repartir faenas, y quitarme de encima esa manía que tenía a veces de querer controlarlo/hacerlo todo a mi manera. No deja de ser un buen ejercicio de paciencia, tolerancia y autocontrol. Y todos sabemos que los demás siempre hacen las cosas como el culo, y mucho peor de lo que las haría uno mismo...

Ayer pensé en la A-Lombarda, y en qué debe estar haciendo con su vida. Y en cómo me habría gustado que se hubiera comportado de manera diferente. También lo he pensado hoy de mí mismo, reflexionando sobre relaciones que pudieron ser y no fueron por mi propia torpeza o lentitud de reflejos. Las piezas del puzzle nunca encajan, y uno siempre tiene la sensación de que es el único al que le pasa. Sé perfectamente que no es así, pero esto es como twitter: que te quedas con realidades parciales que te pueden llegar a dar la impresión que son absolutas. Pero no lo son. Nunca nada lo es. Lo del color del cristal con el que se mire, y todo eso... son curiosas las contradicciones internas que tenemos todos. Por fuera, intentas razonar, argumentar y ser tolerante y flexible y paciente; y por dentro estás deseando en partirle la cara a según qué ejemplar de Neanderthal con planteamientos de niño malcriado de parvulario. Sigo sin resolver el misterio de las heridas de mi mano, con las que desperté el sábado. Los pájaros siguen lanzándose a las escopetas, y si se ponen así, casi será cuestión de apretar el gatillo y comer hasta reventar, no sea que vengan épocas de vacas flacas...



2 comentaris:

begusa ha dit...

Una de las peores sensaciones es la de llegar tarde a una posible felicidad...jodido...ouch!

dEsoRdeN ha dit...

ciertísimo!! Ouch, ouch... y reouch!!