
Que las mejores cosas de la vida son las inesperadas es una verdad como un templo. Coger un tren a 2 minutos de irse es puro dEsoRdeN, pero prometo que no fui yo. Un Carnaval puede servir para ponerse caretas, o para quitárselas. Y para hacer nuevos dibujos que destrocen prejuicios o ideas preconcebidas que nos hacemos todos los unos de los otros sin conocernos de nada. Tras 2 meses sin salir, una primera noche puede resultar un pinchazo total, y más con gente a la que sólo conoces de ámbitos de excesiva sobriedad diurna. Pero como se junten espíritus explosivos, la noche hace BUM! casi sin que te des cuenta. Y aquello es un fluir de caos; hablar con ésta, aquél, o la de más allá; cantar odios laborales a grito pelao; beber lotes y lotes como si no hubiera mañana, ni pasado; ir arriba y abajo por las calles repletas; hablar con ésta, aquél, o la de más allá; mimetizar acentos sureños; mearte en la rutina; bailarlo todo y más en la carpa; hablar con ésta, aquél, o la de más allá; seducir a morenas sexys, y seducirte a ti mismo, que también te hacía falta (el orden de los factores no altera el producto); que te elijan jugador revelación de la noche; ejercer tu condición de profesional del sueño, comer y volver a por la siesta; preciosa puesta de sol; sesión de maquillaje macabra, mientras su Ipod te chiva que tiene buen gusto, la jodía; disfrazarte por primera vez en... ¿20 años?; hacer el burro como hace... ¿20 años?; congeniar casi sin querer como hace casi... ¿20 años?; empezar la noche muerto y acabarla de parranda; que se te enganchen rubias con ganas de jarana; bailarlo todo otra vez; beber por error (y por culpa de la rubia, claro está) garrafón de la carpa, y pagarlo al día siguiente con la catatonia total; comida-merienda, siesta y volvamos a empezar; más tapitas, vinito y delicioso Fra Angelico, para iniciar un conato de remontada; las calles del Pópulo a reventar, y me pregunto si aquí no trabaja nadie; las chirigotas ilegales son extremadamente divertidas, o eso dice el alcohol; los lotes siguen cayendo, y las conversaciones se van haciendo más interesantes; químicas que parecen destaparse, pero que exista un novio siempre es un freno de mano; la tercera carpa en 3 días se me hace algo cuesta arriba, y el DJ chumba-chumba me acaba de matar; ay, si no fuera por esa mierda de música, mis fuerzas perdidas en las calles de la tacita de plata, y ese maldito novio que nunca debió existir; dormir 5 horas seguidas me sabe a gloria (madre mía, cómo me tengo que ver!); unos se van primero, luego nosotros, y otros se quedan hasta mañana; el viaje acentúa la sensación de bacileo y feeling; reagrupamiento, caras famosas en el aeropuerto, y avión borreguero de gente maleducada; volver a la rutina, pero hacerlo distinto; reencontrarte en modo serio, pero con aquellas sonrisas de complicidad por lo bajini, y esas miradas, y una falda corta que nunca le había visto ponerse antes ¿Te imaginas que...?