aÚn VivE eL MonStRuO y AúN nO hAy PaZ

Empezar el día cuando todavía no has acabado el anterior provoca un cortocircuito en tu conexión sideral con el espacio-tiempo universal. La Guerra de las Galaxias, en versión 'me miro al ombligo'. Inventaré un nuevo deporte: tiro al despertador. Si monto rápido la federación y pido 1 euro por cada ficha, me hago de oro en unas horas. La crisis es tiempo de emprendedores y dEsoRdeNados, dicen los expertos en crisis emprendedoramente dEsoRdeNadas. Tan impostores como cualquier otro, vamos. ¿Vamos? ¿Qué importa dónde, si viene el conde? ¿Que qué conde? El Conde Cisión, que es el mejor ejemplo de cómo hacer las cosas para triunfar un montón. Los niños del mañana, vaya hijos de puta. ¿Esto no lo había dicho ya alguna vez? ¿Y qué importa repetirse, si la sociedad no se acuerda de acordarse de sus recuerdos más recordables? O memorables, que para el caso es lo mismo. Mis momentos de ensoñación son válidos en cualquier nación. Incluso en ésta, o quizás la de al lado, a la que le he hecho un dribling izquierda-derecha para ahorrarme un madrugón electoralmente innecesario. Quien roba a un ladrón, me mola un cojón. O incluso dos. Y hablo para vos, en noche de luna llena de un 11/11/11. Demasiadas coincidencias como para no creer en su mensaje oculto. Mañana será un día Kinder, y habrá que estar allí para pegarle el mordisco que se merece...