El mayor superhéroe de todo los tiempos se encuentra en un superapuro. Tendido en el suelo, con medio cuerpo colgando del vacío en lo alto de la azotea del mayor rascacielos de la ciudad, y absolutamente inmovilizado por la agresiva presencia del mayor villano de todos los tiempos: el Carcamal Emmascarado. Le tiene cogido del cuello con una fuerza sobrehumana, haciendo mutar el color de su morena carne original (los rayos uva también tienen algo que ver) hacia una mezcla de morado y blancuzco nada recomendable. 9 de cada 10 dermatólogos, cardiólogos y especialistas del aparato respiratorio habrían encontrado muy poco saludable esa situación. El décimo habría sido uno de esos charlatanes argentinos que esconden su ineptitud e irresponsabilidad tras la fachada de vacías explicaciones para engañabobos o ingenuas con excesivas carencias afectivas. Y que, probablemente, habría vendido su indigna ética profesional, su perro y su colección de sobres de azúcar al mejor postor, si es que es compatible hablar de ética, sobres de azúcar y charlatanes.
Es de noche, y los rayos y truenos ante sí ciegan y ensordecen por igual al mayor superhéroe de todos los tiempos. Bueno, eso, y el agua que le entra en las superlentillas. Porqué por muy superhéroe que seas, también jode un huevo que te entre agua en las lentillas. Y más sabiendo el precio de las superlentillas. En esos momentos de extrema tensión, y poco habituado a verse entre la espada y la pared, al mayor superhéroe de todos los tiempos le vienen a la cabeza muchos recuerdos: recuerdos de infancia, de cuando su madre, La Increíble Virgen Promiscua, le reconoció entre lágrimas que su padre no era ese hombrecillo campechano y bonachón que le había criado en camiseta imperio desde su nacimiento, sino que en realidad era fruto de un súper-polvo, en una noche de luna llena y exceso de cariño entre compañeros de trabajo con el Conde Crápula. De ahí la capacidad del mayor superhéroe de todos los tiempos para colgarse boca abajo, para volar en la oscuridad, o para no dejar ni rastro de la fábrica de Jack Daniels en las noches de celebración por haber pillado a algún villano. También se acuerda del día en la escuela en que se empezó a dar cuenta de sus superpoderes, al enviar al pequeño Jimmy a la habitación 313 del hospital del barrio colindante sin necesidad de ambulancia ni ascensor, cuando éste le pidió “un empujoncito” para balancearse en los columpios del patio. O del día en el que detuvo a su primer villano: aquél abusaenanos que robaba los bocadillos a los niños de primaria y les obligaba a traerle fotos de sus hermanas mayores en pijama de verano, bajo la amenaza de sacarles la lengua si no le hacían caso. Y es que cuando eres niño nunca te gusta que los otros niños te saquen la lengua, sobretodo si es con alicates, tenazas y destornillador para cambiar ruedas de tractor. Esa fue sólo la primera de centenares de hazañas que le llevaron a convertirse en el mayor superhéroe de todos los tiempos, idolatrado por niños y mayores, y especialmente por la infinidad de mujeres de todo tipo, raza, condición o sexo que tuvieron el privilegio de comprobar que también había heredado determinadas características propias de su no muy casta madre.
Pensando en esa larga y dura carrera que tanto le había costado labrarse y a la que no quiere poner fin ni por asomo, el mayor superhéroe de todos los tiempos intenta encontrar una solución a su delicada coyuntura actual. Piensa en una supereyaculación con descargas atómicas, pero el Carcamal Emmascarado le tiene cogido tan fuerte del cuello que la sangre no le llegaría a los conductos necesarios para llevar a cabo ese superpoder. Quizás podría convertir en piedra al villano con su supermirada eléctrica-medusiana, pero la puta lluvia le ha fundido las baterías insertadas en la retina. Y por si fuera poco, se ha dejado el móvil en la mesita de noche, y tampoco puede llamar a su colega de juergas nocturnas el Sr. Lobo.
Llegados a este punto de extrema desesperación, y sabiendo que todas las televisiones del planeta han interrumpido su emisión para retransmitir la superpelea en directo con récords de audiencia intergalácticos, la superinteligencia emocional del mayor superhéroe de todos los tiempos le permite llegar a una conclusión: no hay salida. El Carcamal Emmascarado le tiene cogido con su insuperable fuerza por el cuello de manera literal y por los huevos de manera metafórica, y las televisiones, políticos, banqueros y empresarios de la construcción de todo el planeta no van a hacer nada por evitar su súpermuerte. Así que sólo le queda morir dignamente, con las botas puestas, los calzoncillos lavados, y tocando los cojones a su verdugo. “Tú me vas a matar, pero yo no voy a irme de este mundo sin descubrir tu misteriosa identidad, objeto de oscuro deseo, morbo y apuestas millonarias en Bet & Win”, piensa.
En un rápido movimiento que aprendió de los gitanos de su barrio que entraban en el colmado de su padrastro cuando era pequeñito, el mayor superhéroe de todos los tiempos consigue hacer pasar su brazo por dentro de la manga de su supertraje para deshacerse de ella; una vez fuera, alarga la mano hasta la máscara del mayor villano de todos los tiempos, a quien nunca antes nadie había conseguido tocar su más preciado gadget, tan imitado y vendido en las tiendas de souvenirs de todo el planeta. Concentrando la poca superfuerza que todavía le queda, el mayor superhéroe de todos los tiempos arranca con furia y aplomo la careta del Carcamal Emmascarado, para descubrir, horrorizado y con la cara ya de un blanco nuclear que ni una borrachera de Luzil, que el mayor villano de todos los tiempos no es otro que... él.
10 comentaris:
Muchos superhéroes hay por el mundo, algunos no lo saben y otros creen que lo son, pero no.
No tengo nada que objetar contra el tuyo, pero soy incapaz de oir a Lori Meyers, probablemente mi ordenata no es ningún superhéroe.
Un placer encontrar un poco de tu desorden en mi casa.
¿Quién? ¿el dermatólogo?
¿No oyes a Lori Meyers por problemas técnicos, o porqué no te gustan, irene? Me encanta desordenar casas ajenas. Manías que tiene uno...
Dicen que la verdad está ahí afuera, santero... pero puede ser mentira. Quizás en realidad la verdad esté ahí adentro... o directamente, no exista.
Jajajaja el título es insuperable!
Besos tío grande!
Je, je. Celebro que te guste, feliz tonta armada con lápiz, pero el mérito es del tito, que era mu' grande!!
Besazo
no me gusta el último disco de lori meyers.ca-ca.
Todavía no lo he oído entero, sister, pero las 3 o 4 canciones que he escuchado me gustan! Aunque como 'Viaje De Estudios', nada! ¿Y qué me dices de sus conciertos de "hasta siempre!"? :S
besos
(qué tal por Portugal? Cuánto te queda por aí?)
Pues yo me lo compré el otro día... no esta mal, un poco ñoño, pero en ocasiones te lo pide el cuerpo. La mejor para mi, por ahora, "Un mundo por delante", pero ha sido el primer flecahzo del disco. Por cierto las fotos de NYC muy bonitas, que la envidia solo me deja decir esto..... Y odio a Batman!
Ei, milin! Justo ahora me lo acabo de bajar y lo estaba escuchando. Estoy de acuerdo: mola, pero tiene un puntito noñi-pop para el que tienes que tener el momento. Estoy por 'Luciérnagas y mariposas', pero en unos minutos llegaré a 'Un mundo por delante' y te digo qué me parece, jeje. Gracias por el piropo de las fotos, aunque el mérito es de la ciudad retratada, no del ojo del fotógrafo accidental. ¿Y por qué odias a Batman? Ja, ja! Eso puede llegar a sonar a homófobo, por lo que decían de su relación con Robin... ;P
PD: 'Funcionará' suena bien!
no se, odio la serie ultra=icono=pop de los 60, especialmente por el doblaje, pero no se, me cae mal Batman, es que la historia es muy melodramatica... y estoy anticine ultimamente
Publica un comentari a l'entrada