dijous, 28 de desembre del 2017
NadA
dimecres, 27 de desembre del 2017
bAtaLLaS iNteRNaS
Anoche salí y besé a una chica casada y con un hijo a la que conocimos en la fiesta 90's a la que fuimos. Cuando me lo dijo tuve claro que no debía traspasar los límites permitidos, pero aunque me fui a bailar y charlar con otras, no paró de venir a buscarme, y bailar cada vez más arrambada, y decirme todo el rato que hacía un año que no estaba bien con su marido y que lo iba a dejar en breve. No me justifico, ni mucho menos. Me hago cargo plenamente de mi corresponsabilidad al 50%. Pero tampoco me siento culpable en absoluto. No me gusta reprimir mis instintos, soy libre, y si me buscan, me acaban encontrando. Lo pasamos bien, lo dejamos ahí, y prefirió no intercambiarnos teléfonos para evitar tentaciones. Lo encontré perfectamente comprensible, y lo acepté sin ningún problema. Tampoco yo quería nada más allá de ese momento de diversión puntual y recarga de ego.
En la fiesta había muchos nostálgicos dos décadas más viejos, musicón del que hace perder la cabeza, y ganas de olvidar estas fechas tan deprimentes divirtiéndote sin pensar. Y también de olvidar la realidad emocional, claro. Es curioso el proceso de las decepciones amorosas: negación, desesperación, asunción, escepticismo y cinismo. Llega un punto en que te la suda todo, y vas por el mundo sin pensar en absoluto en los que te rodean. Es una especie de venganza colectiva a todos tus rechazos. Y no es que me guste comportarme así, pero acabo cayendo inconscientemente. Es una reacción instintiva, visceral, incluso algo infantil. Pero totalmente comprensible. No me culpo por ello, aunque cuando mi mente se sitúa en momentos de más frialdad racional y cierta lucidez, reacciono rebelándome y queriendo actuar mejor, y ser mejor persona, y más amable, y más encantador, y más empático... como si la mejor venganza posible fuera hacerte aún mejor a ti mismo para que quien te haya rechazado se pierda todo eso. Evidentemente, al final de lo que se trata es de evolucionar y crecer y ser mejor persona para uno mismo. Y, por extensión, para los que te rodean y te aprecian. Pero cuando el rechazo es recurrente te lo acabas tomando como algo personal. Y si encima eres orgulloso, es fácil caer en sentimientos vengativos.
Hoy he pensado en este año, a niveles sentimentales. El año en que La Chica Con Pelo De Chico me ha perdido. Porque ya he dejado de sentir que era yo quien la estaba perdiendo a ella. Ha sido la persona más importante y especial de mi vida en los dos últimos años, sin duda. Celebro haberla conocido, y haber vivido todo lo que hemos vivido, y haber pasado por todas las situaciones que hemos vivido. Buenas y malas. La sigo apreciando, y quizás en un tiempo no muy lejano sea capaz de recuperar el contacto. Pero ahora mismo no la echo de menos. Pensando fríamente, hay muchas cosas de ella que me han decepcionado mucho. Y por la manera en que me ha tratado en momentos puntuales, no merece que siga sufriendo por ella. Me jode su inacción en estos últimos meses, y que no haya movido un dedo para intentar salvar esta relación que se iba al garete. Y su falta total de interés por mi desde que acabó el verano. Pero también es bueno ver la realidad tal como es. A las personas se las ve cómo son realmente en los malos momentos. Y ella ha suspendido en esta circunstancia.
Y también he pensado en La Chica Del Ex Novio Imaginario. Me gusta muchísimo, y no me escondo. Le regalé una entrada para ir juntos a ver a Angel Olsen, y le encantó y me dijo que no se lo esperaba. Y hoy pensaba en invitarle a desafiar sus prejuicios, y a ser valiente, y a ayudarme a derribar ese muro que ha levantado entre los dos. Pero tampoco quiero hacerlo y que parezca que la estoy presionando, o que estoy forzando las cosas. Mi impaciencia eterna me lleva siempre a querer acelerar el proceso natural de las cosas, y eso me acaba perjudicando. Pero es que la deseo tan fuerte que los días se me hacen eternos sin sentir que avanzo algo. Siempre he sido una persona muy intuitiva y empática, y percibo perfectamente que se siente sola, y que querría encontrar a alguien especial. A veces me pregunto si yo no lo soy, o es sólo que no sé venderme suficientemente bien, por mis propias inseguridades o por falta de vanidad. O quizás todo se reduzca a que debería conseguir de una vez no pensar tanto, ni darle tantas vueltas a la cabeza, y dejar que las cosas pasen cuando tengan que pasar. Si es que tienen que pasar...
dissabte, 23 de desembre del 2017
cOMiCioS y eStRoPiCioS
El primer párrafo me lo podría aplicar en cierta manera a mi vida personal. También inestable. También incierta. También conflictiva. También de difícil solución. Tras la tormenta, ha llegado una cierta calma. Anoche comentamos la jornada electoral por whatsapp y hoy nos hemos visto en el trabajo. Y me ha hecho un regalo navideño completamente inesperado. Una cosa que habíamos hablado tiempo atrás y que ya casi ni recordaba. Pero ella sí se ha acordado. Detalles de los que me llegan al alma y que marcan la diferencia. Aunque seguramente no signifiquen más de lo que me gustaría. Pero sí un valor añadido en nuestra historia de complicidades y cercanías. Me ha hecho feliz con un simple gesto, y al salir he empezado a escribir whats pendientes a gente, y me han venido ganas de salir y hacer cosas. Un pequeño detalle puede cambiarte el día, y a veces parecemos burros de no verlo y no contribuir a ello. No cambia nada en esencia, pero para mi tiene mucho significado. Y contrasta para bien con su predecesora. Y quizás me ayude a valorar lo que tenemos, aunque no sea exactamente lo que yo quiero. Las relaciones evolucionan y cambian, que sé yo. Y aunque no sea muy optimista en este caso, siempre será mucho mejor esto que la nada total. Sea como punto intermedio para aspirar a más, o una nueva estación que marca el camino recorrido ya. Quizás algún día aprenderé a disfrutar del camino sin obsesionarme con el destino final deseado. Pero es que yo deseo muy fuerte...
dijous, 21 de desembre del 2017
SiNKiNg
Admito que siento inquietud e incomodidad cuando algún buitre viene a tirarte la caña, aunque tú sueles esquivarlos. Supongo que es miedo. Mientras no haya nadie más, puedo seguir aspirando a un milagro que consiga dar un vuelco a la situación. Seguramente sea egoísta, lo sé. Pero el corazón que late fuerte no entiende de fair-play. Siento una fuerza irrefrenable que me empuja a querer besarte cuando bailamos, o cuando juntamos frente con frente cantado alguna canción que parece hablar de nosotros. O al menos me gusta imaginarlo así. Ojalá en ese momento desaparecieran todos los demás, y nos quedáramos solos tú y yo, sin nadie alrededor. Ojalá desapareciera ese muro que has levantado, y pudiera demostrarte cómo me remueves por dentro. Ojalá la realidad fuera mentira. Ojalá.
Subimos Rambla arriba, y dejamos al último compañero y nos quedamos solos. Bajamos las escaleras de la estación y se te caen las monedas cuando intentas comprar agua en la máquina. Hemos bebido, sí, pero tampoco me siento especialmente etílico. No tanto como tú. Llegamos a la entrada, nos quedamos unos segundos abrazados, besos cariñosos, y me vuelve a salir esa vena paternalista diciéndote que me envíes un mensaje cuando llegues. Entras, y te miro mientras te alejas escaleras abajo. Siento una pena enorme. Y un vacío del tamaño de un estadio olímpico. La soledad me pica en el hombro e intenta abrazarme. Intento resistirme mientras me meto en el metro, pero sigue susurrando al oído. La gente alrededor no tiene caras. La jodida insiste, y me empieza a cantar canciones tristes ya en la calle, cogida a mi pierna. Llego a casa, y me siento tan desgastado que no tengo fuerzas ni para intentar llorar. Se mete conmigo en la cama, y ni tan siquiera la calidez del nórdico consigue hacerme sentir mejor. Me siento en mitad de la oscura nada. Una vez más. La historia en bucle se repite.
Reapareces un buen rato después en la pantalla de mi móvil. Has llegado a casa, y vuelves a estar a decenas de kilómetros de distancia. De hecho, no has dejado de estarlo en ningún momento, incluso cuando estábamos pegados. Supongo que no debes ni imaginarte cómo me siento, por mucho que te dijera semanas atrás que me gustas. Mucho. Me desmorono ahora al recordarlo. El pecho oprime, hasta que explota. No puedo más. Me resquebrajo por dentro. Sangro. He dormido poco y mal. Tengo escalofríos. La angustia me invade por dentro. Respiro entrecortado. Lloro. Sollozo. Gimo. Quisiera ser un robot. Acabar con esta tortura. No sentir nada nunca más. Por nadie. No romperme en 1000 pedazos. Ni sentirme bicho raro. Ni el único marginado al que no le dejan jugar. Sentirme un poco normal, dentro de mi dEsoRdeN. Dejar de mirar el aparador desde fuera. Descargar de una puta vez esta mochila de piedras que me empujan al abismo. Una oportunidad. Es lo único que pido.
dimecres, 20 de desembre del 2017
4 MiLLoNeS dE gOLpeS
Suena 'Segundo Premio', y esa orgía percutora de Éric Jiménez. O quizás debería decir Ernesto. El suyo es uno de los tres libros que me he comprado hoy, al ir a pillarle otro a mi madre de cara a Navidad. Suele pasarme. Voy a comprarle un regalo a alguien, y me acabo autoregalando también algo a mi. No tengo a nadie que me regale cosas, al margen de mis padres, así que los regalos me los hago yo mismo. Tiene su parte buena, y es que suelo acertar mis autoregalos. Además, desde hace años mis padres optan por darme dinero para estas fechas para que me autoregale lo que quiera. Es poco romántico y mágico, es cierto, pero es práctico. Salvo mi madre, que mantiene la ilusión por la Navidad, mi padre y yo sudamos bastante de estas fechas. Así que al final soy el único que va a comprarles regalos a ellos, y aprovechando el viaje, también me compro algo para mi. También han caído unos zapatos de ante azul oscuro muy elegantes. Es curioso, porque no tenía. Ahora pensaba en cuáles habían sido mis últimos zapatos, y no lo recuerdo muy bien. Diría que en la adolescencia. Y de eso han pasado más de dos décadas. Desde entonces no había tenido zapatos, más allá de dos pares de botas: unas militares, y otras de ante marrón que me compré hace años para una boda. Ahora son mi calzado oficial para las bodas, que por suerte, no suelen ser muchas (bueno, si son en verano, me pongo unas bambas modernicas, que si no, me aso los pies). No me gustan las bodas. No soporto que la gente siga prolongando la estúpida tradición del matrimonio. Siempre me ha parecido una muestra total de desconfianza hacia la otra persona. Tener que firmar un contrato sentimental también es extremadamente antiromántico. Y los privilegios que siguen teniendo los casados me parecen una injusticia. Es bastante triste que en 2017 la sociedad haya evolucionado tan poco...
...volviendo al inicio, ya me he empezado el libro del batería de Los Planetas. Y también otro de los que me he comprado hoy: una recopilación de relatos de S. J. Perelman, guionista de los hermanos Marx y escritor favorito de Woody Allen, entre otras cosas. Tiene ese mismo tono cómico e irónico. De momento todavía no he empezado el de Ian Svenious, cantante de Make-Up. Y se me apilan en la mesa unos cuantos más que me he ido comprando/empezando en los últimos meses. Soy un poco disperso con esto de los libros. Como con otras cosas de la vida. Mañana salimos de cena y bailoteos con gente del curro, La Chica Del Ex Novio Imaginario incluída. Hoy hemos estado conversando por whatsapp. Me gustan los giros de guión que van dando nuestras charlas: pueden empezar en actividades cotidianas del día a día, seguir con surrealistas fantasías donde ella lleva un peinado afro y una rosa en la solapa y yo un chaleco, un monóculo y un libro del facha de Vargas Llosa, y acabar en nuestros respectivos cubos de basura interconectados a decenas de kms. de distancia. A veces también tengo la sensación de ir sobre una cuerda haciendo equilibrios sin red cuando hablo con ella. Como si mis ganas de seducirla me llevaran a querer impresionarla todo el tiempo. Lo sé, es fatal. A mi que me gusta mostrarme natural con todo el mundo, y me da por ahí. Es algo incontrolable. Soy plenamente consciente de ello e intento evitarlo, pero me cuesta. Soy mi peor enemigo. Me pueden las ganas y la impaciencia. Y creo que, en el fondo, también me he comprado los zapatos por ella. El otro día ella llevaba unos que le quedaban de miedo, y fui consciente de que yo no tenía, y de que siempre voy con bambas. Que ya me gusta, porque voy súper cómodo, y me gustan estéticamente. Pero a veces se me enciende una luz y me da por desafiar mis rutinas. Y me gusta tener variedad de registros, aunque siempre tienda a lo pragmático y desenfadado. En el fondo soy como un niño caprichoso e impulsivo. Sí, soy ambas cosas. Bueno, las tres.
Me encanta este disco, aunque me ponga nostálgico y algo triste. Y desde hace un par de semanas, ahora también me acuerdo de sus lágrimas en el concierto al sonar esta canción. Creo que a ambos también nos han dado cuatro millones de golpes...
Sí, es cierto, es un plagio. Pero es un temazo igual...
dimarts, 19 de desembre del 2017
tRAmPa eLeCtORaL
Justo hoy he pasado por un bazar a comprarme cinta amarilla para hacerme un lazo casero que ponerme en la solapa de la chaqueta para ir a votar el jueves. Y que alguien me diga que no puedo llevarlo, porque la lío. La situación es tan surrealista que voy a ir a votar estando convencidísimo que no debería ir nadie a hacerlo. Primero, porque es una manera de legitimar el golpe de estado que perpetraron PP, Ciudadanos y PSOE semanas atrás con el famoso y fatídico artículo 155 de la constitución más sagrada desde las tablas de Moisés (si es que hubieran existido alguna vez). Segundo, porque me da mucho miedo la posibilidad de un tramposo pucherazo (como estoy convencido que hubo en las generales de 2016). Y tercero, porque yo ya voté cuando tocaba, hace dos años, en las elecciones que dieron como resultado mayoría parlamentaria de las fuerzas independentistas. Y ese gobierno que siguió el mandato democrático que le dimos los catalanes en las urnas hace dos años fue cesado a la fuerza de manera completamente ilegítima hace unas pocas semanas para imponer estas elecciones trampa. Y, participando en ellas, nos convertimos en cómplices de toda esta farsa.
dilluns, 18 de desembre del 2017
dEsVaRíoS 82
diumenge, 17 de desembre del 2017
cONtRa La eSTuPideZ hUMaNa
El jueves volvimos a acabar atropellados por Leon Benavente. Tienen uno de los directos más contundentes que le recuerdo a una banda española. La gratísima sorpresa llegó cuando invitaron al escenario a Maria Arnal i Marcel Bagès, y se cascaron todos juntos el 'Tú Que Vienes A Rondarme'. Momento realmente especial en el mismo escenario donde meses atrás había visto al dúo catalán junto a mis padres y a L De Lesbiana. Antes del concierto del otro día me apretó, y le expliqué lo de La Chica Del Ex Novio Imaginario, a quien también conoce. Me dijo que le parecía muy valiente que le haya dicho abiertamente que me gusta. Supongo que hace años habría sido impensable, pero ya hace tiempo que no estoy para hostias. Si tengo que decir una cosa, la digo. Para bien y para mal. Luego vino al bolo también F-Gafapasta, y después del concierto nos fuimos a hacer la cerveza que nos debíamos desde hace tiempo, y que había sido imposible por incompatibilidades horarias. Al día siguiente pensaba en esa sensación incierta que he tenido siempre con ella, desde que en la época universitaria nos liamos un par de veces, pero no llegamos a hablarlo ni a desarrollarlo a posteriori. Si volvemos a vernos pronto, creo que se lo plantearé abiertamente, porque siento curiosidad por saber cómo lo vivió ella, y si se cagó en mi por haber sido incapaz de verbalizarlo en su día, o si ya le fue bien porqué tampoco quería más que simple diversión de una noche (o dos).
Y estamos ya a las puertas de mi tan odiada navidad. Este año ni tan siquiera he podido montarme unas súper vacaciones porque no me quedaban días suficientes. Así que sólo deseo que pasen cuantos antes estos días de infierno consumista y familias vacías, y poder salir y quedar con gente que yo elija. Hace semanas que no veo ni escribo a La Chica Con Pelo De Chico (salvo los whatsapps del día de Cigarettes), y aunque ya me está bien que ella tampoco lo haga para cumplir mi propósito de coger distancia, admito que me jode su total falta de interés ni intento de arreglar esta relación rota y decadente. Mi propósito para 2018 es aprender a independizarme de dependencias emocionales. Y si así consigo ser más feliz, y logro hacerlo en buena compañía, mejor que mejor. Hace tiempo que tengo asumido que acabaré mi vida loco, malhumorado y solo, así que cualquier cosa que lo mejore, acabará siendo bienvenida.
dijous, 14 de desembre del 2017
diSoRdEred HoRRorS
En la parte buena de la vida (y de mi mismo), ayer estuve viendo una exposición sobre portadas de discos con La Chica Del Ex Novio Imaginario (a veces creo que debería abreviar a LCDENI porque es muy largo, pero la abreviatura es realmente impersonal, y parece que estuviera hablando de un robot). Y luego nos fuimos a comer por el Born, y me sentí increíblemente afortunado y privilegiado por vivir esos momentos: un martes sin prisas, disfrutando del momento, la compañía y la ciudad, y un clima medianamente soportable, a pesar del fresquito. Me siento realmente bien a su lado, y noto que nos estamos abriendo y llegando a un nivel de comodidad y naturalidad en que todo fluye. Me dan miedo mi impaciencia y mis ganas, pero a la vez no quisiera que las rutinas puedan matar la frescura y la chispa. Hay momentos en que realmente creo que podría llegar a seducirla con insistencia, tesón y detalles. Estoy pensando en un regalo especial para su cumpleaños, que es en febrero, pero habrá que ver cómo habrá evolucionado nuestra relación para entonces. Y admito que también me da algo de miedo pasarme de frenada. Hay otros momentos que veo claro que me acabaré llevando un chasco. Y esta incerteza y este estímulo me hacen sentirme realmente vivo, pero estoy cansado de acumular decepciones y fracasos. Me gustaría que, por una vez, las cosas me salieran bien en este terreno. Supongo que la clave y la única opción de conseguirlo es tener paciencia y seguir dejando que las cosas fluyan con naturalidad. Y que el azar eche una mano, claro, porque hay cosas que uno no puede controlar. Pero tengo clarísimo que quiero intentarlo. Me cuesta un montón encontrar chicas que me hagan sentir así. Y ella me hace sentir muy así.
Por la noche quedé con un par de colegas para ver a The Horrors. El concierto estuvo muy bien, y luego nos fuimos a hacer unas copas. Y otras. Y otras. Y acabamos bailando funk, entre jóvenes lesbianas dándose el lote, negros, guiris y fauna nocturna diversa. Bailé con varias chicas sensualmente, entre niebla etílica y la libertad que me da la noche, en esa frontera a veces muy fina entre libertad y moral. La vida plantea diariamente muchas cuestiones éticas. Y a veces se superan con éxito, y a veces no. Y eso hace que cuestiones muchas cosas de ti mismo y de tu comportamiento. Las personas siempre somos incoherentes por interferencias o desconexiones entre lo que pensamos y lo que hacemos. Y al final lo que nos acaba definiendo realmente son los actos. Las palabras o pensamientos sin actos que las acompañen no valen para nada.
Hoy he quedado a media tarde medio zombie y medio acatarrado. Hace unos días que lo arrastro. Cuando no me siento a tope de salud, me noto frágil, medio yo, y eso me cabrea. Necesito sentirme al 100% de mis facultades. Soy demasiado intenso como para estar a medio gas. Y me frustra no tener ese otro medio gas. Luego tenía una cena fuera de la ciudad, y aunque he aguantado bastante bien, sentía que no estaba a tope. A ver mañana cómo estoy para el concierto de León Benavente.
divendres, 8 de desembre del 2017
qUeSTioN MArKs
Todo esto venía a cuento porqué anoche teóricamente tenía una cena con gente del trabajo, La Chica Del Ex Novio Imaginario incluída. Pero a media tarde la gente se empezó a rajar, La Chica Del Ex Novio Imaginario incluída. En su caso la entiendo, porqué vive a una hora de coche, y había tenido un día complicado familiarmente. Claro que me sentí decepcionado, porque esperaba verla esa noche, pero comprendí perfectamente la situación. Sea como sea, hoy tenía excepcionalmente fiesta un viernes, y no quería quedarme en casa la noche del jueves, así que improvisé plan alternativo de última hora. Tenía dos invitaciones para un concierto, y aunque intenté liar a varias personas a última hora para que se vinieran, no encontré a ninguna cómplice. Evidentemente, bajé igual. Al margen de que no quería quedarme en casa, también quería aprovechar un jueves que podía para ir al A Wamba, que es mi fiesta preferida en diSoRdErLand, y que se hace en el mismo local donde era el concierto. Ponen r'n'r de los '50, soul y r'n'b de los 60', y también algo de funk de los '70 (aunque esto último es más prescindible para mi). Y es ideal, a mi que me pirra bailar (de manera libre y espontánea; en mi vida he ido a clases de baile, aunque todo el mundo me lo pregunte. Mi teoría es que fui negro en otra vida, y por eso bailo de manera natural).
Tal y como me imaginaba, me encontré con gente conocida en el concierto. Así que fue fácil socializar con éste y con aquella. También me encontré a una de las cantantes más sexys de todo el Estado y estuve hablando con ella, y recordando un encuentro anterior. Y bailé. Bailé con un montón de chicas, y disfruté como un enano. Conocí a una chica rusa preciosa, arquitecta y que bailaba de maravilla. Y a una ingeniera. Y a una lesbiana que iba arriba y abajo por el local completamente desmelenada. Y me reencontré con alguna otra con la que ya había bailado meses atrás. Y también hubo un par de chicas de esas rancias y tensas que te dicen que sólo bailan solas. Me resulta muy triste la gente que no sabe ser natural, e intento alejarla de mi todo lo que puedo. Tal y como hablábamos también con L de Lesbiana, llega un punto de la vida en que ya no estás para hostias, ni para callarte. Sea para decirle a alguien que te gusta, o que te cae como el culo.
Justo ayer le decía por whatsapp a La Chica Del Ex Novio Imaginario que me gustaría que confíe en mi, porqué le he ofrecido varias veces quedarse en mi casa para no tener que meterse una hora de carretera de madrugada, y siempre me dice que no. O se queda en casa de otras amigas que viven cerca, o se vuelve en coche. Y detecto que quiere impedir una situación incómoda, como si pensara que me tiraré a su cuello por el hecho de compartir techo una noche. Pero me dice que no es así, y que claro que confía en mi. Y si eso es verdad... es en ella misma en quién no confía? Dudas, preguntas, incertezas. Mi puta quijotera siempre está en ebullición. Y aunque en parte ya me gusta cuestionármelo todo y ser crítico, a veces es un puto tormento. Quizás sería más feliz no preguntándome tantas cosas...
Subscriure's a:
Missatges (Atom)