dimecres, 4 de gener del 2017

hE eMPeZadO otRO LibRo (y VaN...)



Me gustan las noches alrededor de una mesa, alcohol y/o comida, y una buena conversación. De aquellas más allá del tópico, que buceen un poco más, con naturalidad. Si puede ser, con elementos de provocación recíproca. Pinchar y ser pinchado, uno de los mayores placeres dEsoRdeNados. Así como hay chicas con las que prefiero quedar directamente para las copas, bailes o escarceos amorosos, hay otras con las que la excitación es previa y de palabra. Esas son las mejores noches, y ni tan siquiera es imprescindible que acaben en cama compartida. Son las de ponerle gasolina al cerebro, y recargar las baterías anímicas. Sacias el deseo con una tanda de besos de despedida, intentas por última vez que la noche se prolongue con preguntas pícaras que alimenten el hambre, y aunque luego te reconozca que le ha faltado una cerveza para invitarte a casa, respetas su voluntad cerebral (que no instintiva) por las esclavitudes del despertador. Es lo más justo: si era una expresión sincera, para no joderle las sagradas horas de sueño. Y si era fingida, por no haberse atrevido a expresarla abiertamente. Al fin y al cabo, la inhibición acaba alimentando y avivando el deseo. Y ha llegado un punto en que uno puede sentir prisa por vivir sin necesidad de hacerlo desesperadamente. Hasta en la anarquía hay signos de equilibrio. Aunque no haya que creerse que existe. Y ya estás acostumbrado a los inconvenientes de tus horarios salmón, y a la poca capacidad de los demás a sacrificarse como lo haces tú cuando eres al que le va a sonar el instrumento de tortura unas horas después.

Ha sido un día con ciertos elementos negativos, insatisfactorios o de conflicto. Mi actitud últimamente parece atraerlo. Parece como si la humanidad no tuviera la suficiente madurez como para aceptar que la cuestionen ni para tolerar posturas insumisas. Hay cada vez más tensión y hostilidad generalizada, y parece que todo el mundo esté más a la que salta. Posiblemente sean problemas de la globalización, el estúpido mundo de los egos 2.0 y las opiniones de mierda, y esa incomprensible mezcla de situaciones vitales desesperadas y el miedo a plantar cara. La supuesta crisis económica ha servido a la perfección para reimplantar el miedo y domesticar así a la masa, y eso hace años que nos lo venían advirtiendo muchos de esos sabios que no salen nunca en TV en prime time. Nada es casualidad. Todo está perfectamente atado. La Gran Farsa sigue funcionando a la perfección, como un reloj suizo (curiosamente...). Prometo que no he tomado corticoides. A veces la quijotera me funciona así, tal cual. Esta noche probablemente porqué me la han estimulado mientras cenábamos, y luego he empezado otro libro (y van...). Pero el mundo desaparece en cuanto empieza a sonar Sonic Youth...



3 comentaris:

hiro ha dit...

Les nits de menjar, alcohol i xarrera també m'encanten i estimulen. Quan estic a gust, m'estaria hores parlant (bé, l'alcohol em provoca un efecte cotòrric preocupant ¬¬')

Estem aborregats, i han aconseguit acollinir-nos amb missatges apocalíptics. Em preocupa bastant aquest imperi de la por que fa surgir el pitjor de les persones i països...

Tu també faràs un 'challenge' de lectura? ;)

Pio ha dit...

Siempre digo que la comida salva vidas, da igual para que lo necesites pero sentarse entre manjares y buena bebida arregla el munda y da paso a buenos comienzos. Las cosas se dan por alguna razón, antes le daba vueltas a todos, ahora solo dejo que pase lo que tenga que pasar, así que no desistas en mas cenas y más conversaciones :)

Últimamente no hago más que pensar si desterrarme al pueblo, sin tele, ni otros aparatos para no tener que vivir en este mundo en el que el pisotear al otro está a la orden del día.

Uyy habláis de libros?? me apunto!

dEsoRdeN ha dit...

jeje. Sí, jo crec que és una barreja a parts iguals de l'efecte alliberador de l'alcohol, i de l'excitació que provoquen algunes converses (normalment, nocturnes) que se surten dels tòpics buits que fem servir a diari. El món deriva a terrenys frnacament preocupants i perillosos... la lectura i jo som amics molt inconstants. O m'hi capfico obsessivament, o m'hi estic mesos sense agafar un llibre

Yo hace tiempo que me ronda en la cabeza la idea de desconectar totalmente del mundo virtual, Pío, pero creo que me costaría bastante. Peor hay veces que me siento harto del montón de vanidades, egos, postureos y carencias que se esconde detrás de las redes. Quizás porqué soy el primero que acaba cayendo, y me doy rabia a mi mismo...