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SUMMERCASE FESTIVAL
Recinte del Forum, Barcelona, 18 y 19 de julio de 2008

En un mercado tan sobresaturado como el de los festivales veraniegos, y coincidiendo en el mismo fin de semana con el decano por excelencia FIB, congregar a 81.000 personas solo puede considerarse como un éxito rotundo. Con sólo 3 ediciones, el Summercase ha sabido encontrar la fórmula mágica a partir de un cartel más hedonista y festivo que el de otros festivales, y que aúna grandes clásicos, grupos indies de moda (en ambos casos, con especial atención al mercado británico para atraer muchísimo público extranjero) y nombres imprescindibles del mercado nacional. En el caso de Barcelona, el añadido de la playa y el clima son un cebo irresistible para el público de toda Europa, y ahora sólo falta mejorar cuestiones de servicios y logística (todavía muy por detrás de otros como el Primavera Sound) para luchar por el nº 1 de los festivales veraniegos en España.

Viernes 18
No llegamos a tiempo para ver a Edwyn Collins (me dicen que estuvo muy bien), así que nuestro estreno del festival es para Ian Brown (acompañado por Mani, horas antes de su actuación con Primal Scream). Ante una legión de seguidores británicos, Brown tira del repertorio de Stone Roses (‘Waterfall’, ‘I Am The Resurrection’, ‘Made Of Stone’...) para asegurarse el triunfo, a pesar de que su ritmo de balón no es como para tirar cohetes.

Acto seguido, Grinderman nos pegan tortazo y vuelta en el (con permiso de los Pistols) conciertazo del festival: Nick Cave y los Bad Seeds Jim Sclavunos, Martín P. Casey y el diabólico Warren Ellis nos atropellan con un show mucho más visceral que el de hace unos meses, apoyados en los rockeros temas de su debut tabernario (‘Get It On’, ‘Depth Charge Ethel’, ‘No Pussy Blues’...), alguno nuevo (‘Dream’) y en un Ellis absolutamente poseído entre violines, guitarras de juguete y platillos maltratados a golpes rabiosos de maracas.

En el 30 aniversario de ‘Parallel Lines’, Blondie se presentan con un escenario en blanco y negro (como el vestido de la ya castigada Debbie Harry), coronado por una bola discotequera que brilla en todo su esplendor con las notas de ‘Heart Of Glass’. Otros clásicos como ‘One Way Or Another’, ‘Call Me’, o ‘Atomic’ hacen vibrar a todos sin importar edad, si bien en temas como ‘Maria’ la voz de la Harry es una mera parodia de lo que fue en su día. Interpol nos regalan otros de los shows de la noche, dejando claro que su discurso va mucho más allá de ese punto de partida que es Joy División: ‘Slow Hands’, ‘Evil’, ‘PDA’, ‘Obstacle 1’... son ya clásicos de una banda tremendamente sólida y con muchos acólitos.

Máximo Park hacen vibrar a los más jóvenes con su repetitivo show que hemos visto una y otra vez en sus visitas a España, y The Verve aburren a las ovejas con un concierto pesado y un Richard Ashcroft irritantemente soberbio. Primal Scream no fallan nunca, y aunque tengan un punto menos de chispa que en ocasiones anteriores (quizás sus nuevas canciones tengan la culpa...), ‘Jailbird’, ‘Rocks’, ‘Swastika Eyes’ o ‘Movin On Up’ son siempre caballos ganadores, y un buen broche al primer día de festival.

Sábado 19

The Kooks alborotan al personal con sus resultonas canciones de pop guitarrero y abren boca para las encantadoras Breeders. Las hermanas Deal reparten su set entre canciones de su último trabajo (‘Regálame Esta Noche’...), clásicos de la banda (la celebradísima ‘Cannonball’, ‘Drivin’ On 9’, ‘Divine Hammer’, la versión de ‘Happiness Is A Warm Gun’...) o incluso temas de The Amps (‘Pacer’, ‘Tipp City’, ‘Empty Glasses’). Corriendo, nos vamos a ver el tramo final de Los Campesinos!. Justo a tiempo para el coreadísimo ‘You! Me! Dancing!’ y el despiporre final con el cantante Gareth echándose a dar un paseo entre el público y todos subidos a los amplis, entre el éxtasis de un público entregado. Mientras The Stranglers congregan a los más nostálgicos a base de clásicos propios (‘Golden Brown’) y ajenos (‘All Day And All Of The Night’) y Biffy Clyro se quedan con los más noveles, Kings Of Leon demuestran cómo han crecido ante una audiencia agradecida. Mogwai desgranan su rocoso debut post rock de hace ya más de una década (‘Young Team’), momento previo al otro gran show del festival.

Dejando aparte discusiones filosóficas sobre la esencia del punk, los Sex Pistols cincuentones siguen despertando pasiones. Ahora tocan mejor, escupen al suelo y no al público, e incluso salen más de una vez a hacer bises, pero su show sigue desprendiendo energía, cinismo y mucha autoparodia. Y el repertorio es sensacional y provoca salvajismo en el público (cómo sudamos en los pogos de las primeras filas!!): tocaron entero el ‘Never Mind The Bollocks’ (histeria colectiva con ‘God Save The Queen’ y ‘Anarchy In The U.K.’) y también hubo espacio para unas cuantas versiones (el ‘No Fun’ de los Stooges, ‘Steppin’ Stone’ de The Monkees, Silver Machine’ de Hawkwind, o el ‘Roadrunner’ de Jonathan Richman & The Modern Lovers). Y al final, Johnny Rotten nos enseñó el culo, en un calvo para la historia.

Todavía hubo tiempo para el electro dance de CSS, el pop hooligan de Kaiser Chiefs que hizo vibrar a la muchedumbre inglesa, y para Los Planetas. Los granadinos empezaron densos con los temas de ’La Leyenda Del Espacio’, y se fueron decantando al pop hacia el final, pero haciendo pocas concesiones a sus clásicos (apenas ‘Un Buen Día’, ‘De Viaje’, ‘Segundo Premio’ y poco más), estrenando un par de temas nuevos, y con el eterno problema de la bola sonora que suele acompañar a sus conciertos. Eso sí, siguen siendo tan (merecidamente) adorados como siempre. Los dj’s de las carpas apenas tuvieron media hora para acabar, en un final que nos dejó con ganas de más, y con muchas energías de menos.