dimarts, 22 de setembre del 2020

gRiS-TiNa

 

 

Viaje auricular a Bristol, en un pasado que, como todos los pasados, ya pasó. Quería nadar pero sólo he caminado, aunque haya habido gotas salpicando. Me ha dado por ahí, como podía haberme dado por otra cosa. Sé que no será algo persistente y longevo, pero habrá que aprovechar el tirón mientras dure para aplanar redondeces inéditas. Hay que intentar compensar la inactividad obligada, aunque quisiera recuperar otras cinemáticas más lúdicas. Acostumbrarse a que no pase nada es peligroso, aunque me gusta no esperar nada de nadie. Cuando lo hago, siempre acabo decepcionado, frustrado y rabioso. Esta noche volvía a casa y a lo lejos, al fondo de la calle donde ella vivía, me ha parecido verla dos veces en cuestión de minutos, o quizás hayan sido segundos. No era, pero mi cabeza ha querido verla y me ha hecho acelerar el paso, provocando la contradicción de que, en realidad, no quiero verla. O quizás sí, para decirle todo lo que no pude decirle por las circunstancias. Me gustaría enviarla a la mierda, que es lo único que se merece. Ya no me duele tanto, pero sigue apareciendo en mi mente difícil de domesticar. Lucho por sobrevivir, como todo el mundo, aunque a veces me asfixie el enorme peso de esta vida teñida de gris.





dimarts, 8 de setembre del 2020

LaVAdORaS


 

Vuelta a las rutinas. Odio las rutinas. Intento afrontarlo con espíritu positivo. Un par de reveses. Uno duele especialmente, porque donde dijo digo dice Diego. Y a estas alturas de septiembre, ya no estamos a tiempo de buscar alternativas inmediatas. Mi intuición vuelve a acertar, lamentablemente esta vez. El subnormal de abajo se ha desbocado este fin de semana, aprovechando las ausencias familiares. Me harté y le grité, y luego me di cuenta del error. Debería haberlo grabado. O como me decían hoy, haber llamado directamente a la Urbana y que le hubieran multado. Estoy hasta las narices de él. Decidí recuperar la iniciativa de la historia. No soporto el conflicto ni las guerras, pero estoy decidido a ir a por él si es necesario. Ha superado todos los límites permisibles. Por culpa del puto trabajo me pierdo el concierto de Mujeres. Por culpa del puto trabajo me pierdo gran parte del BAM. He hecho los Euromillones. La esperanza es lo último que se pierde. Y lo primero, los calcetines en la lavadora. De uno en uno. Las lavadoras son puertas a una nueva dimensión. Me gustaría entrar en una nueva dimensión donde estemos sólo juntos... yo, porque no hay tú que merezca la pena. Nunca diré suficientes veces lo mucho que amo la música. Es lo único que consigue haceme latir el corazón a 200. Qué narices, a 300, y subiendo...



dimecres, 2 de setembre del 2020

bOoM!!!

Día raro. Cielo gris, cerebro negro. El subnormal de abajo me ha vuelto a despertar. A las 8 de la mañana. Rabia, rabia, rabia. Odio, odio, odio. Violencia, violencia, violencia. He acabado 'Éramos Unos Niños', y casi me ha gustado tanto como me ha hecho ver cuánto necesito una historia así. Me siento plano. Vacío. Aburrido. Apático. Desganado. Desmotivado. Asocial. Apagado. Desconectado. Desilusionado. Inerte. Reseco. Soso. Apenumbrado. Aletargado. Solitario. Huraño. Asexual. Alejado de mi mejor yo, si es que he llegado alguna vez a eso. Suelo bajar al sótano, y parece algo cíclico. Sentirse atrapado en una realidad que no te gusta. Atrapado por la insatisfacción eterna. Como si tu mundo fuera esa prenda de ropa que se te ha quedado pequeña y ya no te viene. Pero no tienes nada que ponerte en su lugar. Y tengo la sensación de que todo el mundo está igual. Somos la generación hueca. Nos revolcamos en nuestra mierda, y cuando no la hay, la generamos. Víctimas de la obligación de ser felices. Esclavos de la criminalización de la tristeza o del punto neutro. Espectadores de un mundo hostil y polarizado. Y huérfanos de una educación emocional que nos prepare para los demonios internos y externos. Me encantaría tener el botón que hiciera explotar el mundo.