diumenge, 29 de desembre del 2019

iMbéCiL




Suena Otis Redding en mi apartamento alquilado en una urbanización desierta en mitad del paraíso. Allí donde río y mar hacen el amor a ritmo tántrico, tan (t)ricamente. Llego al ecuador de esta escapada que, más que escapada, es huída. De todo y de todos. Y especialmente de ti y todas tus ambigüedades. Las que me han sacado del raíl. Tiene narices que huyendo de ti te haya dicho de venirte. Una más de las muchas contradicciones de una historia que no tiene ningún sentido. No sé si alguna lo debe tener. Las mías no. Como era de esperar cuando me dijiste que te encantaría y que me dirías algo, no has venido. La "cena de compromiso que habías olvidado" se une a tu lista de excusas más o menos verosímiles. Esas que no tienen por qué ser mentira, pero tampoco necesariamente verdad. Estoy hasta las narices de ellas. Se han convertido en las estrellas invitadas de estos dos últimos meses en que te has camuflado entre juncos de exámenes y trabajos para hacerte casi invisible. Yo te he mirado con los prismáticos, y por momentos me he dado cuenta de que sería capaz de seguir viviendo sin ti, aunque mi vida sería peor y mucho más vacía. Vacío me siento yo, aunque a veces te envíe a la mierda mentalmente con la prudencia del que todavía no tiene claro si hacerlo verbalmente. Quizás es lo que te merecerías por tu poca valentía y tu poca claridad. Me jode que seas tan injusta conmigo, cuando he sido franco y valiente contigo en todo momento. Seguramente no merezcas tanta atención, pero no puedo evitarla. Aunque no sea tu mejor momento para ella. Tampoco es mi mejor momento, así en general. Este rincón de otro planeta casi deshabitado es un buen lugar para estar estos días. Aunque me hubiera gustado compartirlo contigo, imbécil de mi.



dimarts, 10 de desembre del 2019

fiEbRe




El trancazo que llevo encima funciona como metáfora de mi estado: alterado, borroso, difuso, y con dolores de cabeza. Pillar un día de fiesta y salir de festival el fin de semana fue buena idea, aunque R-Ojos-Claros me ha dicho hoy que me vio algo chafado cuando le hablaba de Mrs. Bizarre. Estoy muy perdido. No sé para dónde tirar, no sé qué decirle y qué callarme, no sé qué hacer. Sólo sé que sus dudas y mis impaciencias parecen estar embarrando el terreno. Si hemos llegado hasta aquí ha sido haciéndolo todo fácil y fluído. Hay quien dice que hay que ser más estratega y hacerse de rogar, pero nunca he sido bueno en eso. Lo cierto es que no creo en esas teorías resultadistas y manipuladoras. Las cosas deben ser espontáneas para ser reales. Y me debato en darme otra buena hostia siendo valiente/inconsciente como toda mi vida, o probar una cosa distinta, ni que sea para ver qué pasa. Bueno, hay una tercera opción, que es ser todavía más valiente e inconsciente y rozar el suicidio actitudinal. Pero ahora mismo no siento muchas fuerzas, y seguimos teniendo esa charla pendiente que parece estar evitando. Lo hizo dos veces la semana pasada, y ya en su día tuve que ser yo quién sacara el tema cuando era evidente que algo se estaba torciendo. Y empiezo a estar cansado de mareos también, y quiero poner mi dignidad por delante. Y encima llega la puta Navidad que tanto odio. Ahora mismo sólo me apetecería perderme en una isla desierta a leer, escribir, escuchar música, reencontrarme conmigo mismo y matar esta fiebre insana...


dimecres, 4 de desembre del 2019

cAMí dE La cReU





Ha pasado una semana de la revelación de las palabras punzantes, y nuestro habitual carrusel parece haberse quedado parado en un pequeño remanso de paz, reconciliaciones, y todo aquello que comporta echarse de menos. Mejor eso que echarse de más. Echarse unas risas cada vez que nos vemos también es una buena fórmula, y no deja de ser otro intento desesperado para que se te caigan la venda de los ojos y los miedos, y devolvamos esta historia a su curso natural. El encuentro casual de ayer tuvo un punto de magia mundana, en mitad de la calzada, tú con tu aire alterado de siempre, y yo con dos bolsas de basura en la mano. El antipríncipe y la antiprincesa. Menudo par de tarados. Tarados alterados. Yo no sé qué narices pasará contigo y conmigo. Sólo sé que el camino está siendo movido. Y aunque eso siempre está mejor que el aburrimiento de una vida plana, un mal final podría ser bastante catastrófico para nuestra salud mental y nuestros equilibrios internos. No me atrevo a decir que en los últimos días he logrado estabilizarlo un poco, porque eso normalmente acaba con un desequilibrio de grado 9 en la escala dEsoRdeNada. Y mañana tenemos que vernos y hablar de muchas cosas pendientes, y seguro que eso nos remueve muchas cosas, para bien o para mal...



divendres, 29 de novembre del 2019

LaS cARaS dE La gEnte



Dame seguridades, que no llevo puesto el cinturón. No quiero acabar sangrando con la cabeza rebentada en el vidrio de una realidad no deseada. Baila conmigo esta melodía que te silbo rozando tu oído. Huele bien, ¿lo oyes? Suena un piano andando a paso lento y sigiloso. Lo contrario que mi deseo. Lo quiere todo de ti. Todo o nada es una apuesta muy arriesgada, pero hemos venido a rizar la jugada. ¿No es bella la ingenuidad del que no tiene nada que perder? Es romanticismo plantándole cara a un mundo con colmillos agresivos. Nos quieren despedazados. Son los reyes del sadismo. Pero yo sólo quiero un beso. Y luego otro. Y el que viene detrás. Y una sucesión eterna de ternura que me deshaga en agua. Fluir por el espacio mientras lo contemplamos, despacio. Fluye conmigo. O cambia F por H y réstale una L. Sumemos o multipliquemos. Esquivemos los lazos de nuestras soledades que juegan a ser cowboys. Si las sumamos, en realidad las restamos. Cero no es sólo un número. Y yo no soy sólo un iluso. Soy mucho más, y mucho menos. Nuestras aritméticas no son miméticas. Y ya lo dice la Tempest: la gente está perdida, y tú y yo somos muy gente. Pero en el fondo, hay tantísima paz por encontrar en las caras de la gente. Mirémonos. Busquémonos. Encontrémonos. Y compartamos nuestras hazañas y miserias para crear nuesta propia paz. Crear nuestro propio mundo. Nuestra propia burbuja de seguridad. Firmemos juntos, y seamos un mismo conmigo.




bATaLLa dE MiEdOs




Los momentos de calma después de la tempestad suelen ser maravillosos. Momentos de relativizar cosas, de cierta serenidad, y de perspectiva. De darse cuenta de los errores propios, y también ajenos, y de anhelar que siempre fuera así. Ojalá pudiéramos aprender a hacerlo bien. Ojalá llegar al equilibrio, a la paz interior tan en vías de extinción, si es que ha existido nunca. Aprender a perdonar y a perdonarse a uno mismo. A domesticar los caballos salvajes y controlarlos para que no se escapen nunca más.

Esta situación me ha puesto en jaque. Me ha roto ese equilibrio interior, relativo pero suficiente, que parecía haber conseguido. Tus dudas han sido como una afrenta a mi deseo puro, diáfano y convencido. Mi realidad es luminosa, y no he sabido asumir ni afrontar que la tuya pueda ser distinta. Sería igual de legitima que la mía, si eso es así. Aunque destrozara mi anhelo en mil pedazos. El que se hizo real una noche de finales de agosto pero no ha seguido su curso natural. Sigo confiando que sea una desviación provisional y momentánea, pero quizás haría bien en ponerme en la peor hipótesis y pensar que las cosas no saldrán como yo deseo. De hecho, eso es lo habitual, así que no sería tan extraño. Me niego a creerlo, y sigo aferrado con firmeza a mi percepción de las cosas, como una llamada a que anhelar algo muy fuerte pueda hacerlo realidad. Pero a veces hay que tener cuidado con el ímpetu que se le pone a las cosas, porque puede acabar rompiéndolas. Las relaciones humanas son frágiles y delicadas, y hay que ponerle mucho esmero y mimo a la hora de regarlas. Aunque a veces las buenas intenciones no sean suficientes para impedir que pase lo que no quieres que pase. Te agradezco un montón que no quieras hacerme daño, pero aún así, me lo estás haciendo desde que cometiste el error de tirarte a la piscina para acabar saliendo de ella y dejarme sin toalla. Los errores, aunque sean involuntarios, siguen comportando consecuencias. Y me temo que soy el que más está pagando tu error, también por mi propia incapacidad de gestionarlo a posteriori.

Sigo sin tener clara la solución de este entuerto. Sé que no quiero dejar de verte, pero quizás esa sería la manera de protegerme. Y también a ti. También sé que tengo que intentar controlar mi sobredosis de pensamientos, que me acaban arrollando y traicionando. Sé que debería volver a la senda de la naturalidad y la espontaneidad de semanas atrás, pero siento un miedo terrible por normalizar la situación actual y que no vuelvas a mirarme nunca más de la forma en que me miraste en verano. Se me empaña la mirada sólo de pensarlo. Sé perfectamente que eres la persona que he estado buscando durante años. Sé que dentro tuyo tienes toda esa ternura que necesito para curarme de todo este vacío acumulado. Sé que eso podría ser recíproco. Sé que me hablabas de corazón cuando me decías que me habías echado de menos y que te habías dado cuenta que conectas conmigo como con nadie más. A mi me pasa lo mismo. Sé que cuando los demás me dicen que se nos ve a leguas la conexión también lo dicen con sinceridad. Y sé que no puedo llegar a entender por qué esta ecuación no tiene la solución evidente y que es pura matemática. Quizás los números mezclados con la química lo hagan saltar todo por los aires. Tengo pánico a perderte y volver a quedarme solo. Mi miedo a perderte y tu miedo a tenerme no acaban de llevarse demasiado bien y nos han dejado en difícil situación. ¿Seremos capaces de lidiar con todo esto...?





dimecres, 20 de novembre del 2019

AutOtERaPiA




Busco un refugio para huir de mí. Busco autoprotección de mi propia violencia. Un antídoto para mi propio veneno. Sentido común que frene mi mente. Un parón a mi propia actividad. Hacer huelga de mí mismo. Llevo días de pensamientos contraproducentes. Sé lo que quiero pero no cómo conseguirlo. Y supongo que ahí está la clave de todo este desequilibrio. Y más aún cuando ya lo tenías, y ha echado marcha atrás. Cuestan de entender las cosas que no se entienden. Y si no entiendes, no asumes. No asumir, resta. Y si restas, te haces más pequeño. Y cuanto más pequeño, más te alejas de tu deseo. El deseo es el más fiero de los animales por domesticar. No se deja. Ruge. Muerde. Araña. Amenaza. Lesiona. Hiere. Dicen que incluso puede matar. 'Dying Slowly', que me cantaba hace un rato Stuart.

Un altre cop l'Stuart. Gairebé tan omnipresent com tu darrerament. Porto dies donant-te voltes al meu cap. Volent eliminar-te d'ell. Fins i tot potser plantejant-me si fer-te desaparèixer també de la meva vida. Potser aquesta seria la solució per a aquesta situació tan absurda. Una relació tan espontània que només s'ha espatllat quan ha deixat de ser-ho per boicots externs. El de la teva ment i el de les teves pors. Com un munt de brutícia acumulada al riu que acaba desbordant l'aigua pels costats i arrasa tot el que hi ha al voltant de la llera natural. S'endú tot pel davant i deixa un paisatge inhòspit i que res té a veure amb tot el que hi havia abans. Ja res és com abans ni podrà tornar a ser-ho. Jo mai podré tornar a mirar-te com abans. I si tu no em mires de la mateixa forma, serà difícil, per no dir impossible, recomposar el que hi havia prèviament. Em resultaria del tot insuficient. La nostra enorme amistat se'm queda petita. Ha caducat. Vam passar a un altre nivell, i jo ja no puc ni vull tornar enrere. Allò està superat, i ara tocaria explorar nous camins i nous nivells. Profunditat que fa vertigen però també estimula, com tota tu. I no sé si tornar a separar els nostres camins ens donaria perspectiva i ens faria adonar-nos de com ens trobem a faltar i de com de difícil és trobar connexions com la nostra. Però això ja ho vam fer, i ja ens vam adonar. Per què no ho estem aprofitant? Per què estem perdent el temps? Per què no vols obrir els ulls i adonar-te tan clarament com ho faig jo? O com ho fa tothom que em coneix quan ens veu junts i em pregunten que per què no estem junts, si se'ns veu d'una hora lluny la connexió i el brill dels ulls. Jo no entenc res i no sé què dir. La situació em desborda. La impaciència i l'instint estomaquen la meva voluntat de respectar els teus tempos i els teus dubtes. Tant de bo pugués fer-ho. O millor encara, tant de bo no calgués fer-ho...

I paral·lelament, intento fer la meva vida, posant-li un munt de cares amb les que tenir el cervell distret. I busco insistentment a qui sí em desitja sense pors ni excés de prudència, i últimament no la trobo. Suposo que necessito el seu refugi, on recuperar l'autoestima desfeta pel teu rebuig recent i guarir-me de les frustracions i el dolor que em provoquen les teves barreres que crec artificials. I per això avui he tingut una mala resposta davant una negativa que ja intuïa. Em sento més sol i desamparat que mai en els últims mesos, i no ho estic paint bé. I quan no paeixo bé i les coses no em surten com jo vull em surten els rampells. Els més traïdors dels inquilins interns. Fuetada, reflexió, disculpa. Una successió a la que ja m'he acostumat als últims anys en què ja no em callo res. Una altra bèstia del meu zoo particular a la que faria bé de tancar adormida en una gàbia. "Repeteixes patrons una i una altra vegada", em deia l'altre dia una amiga. I potser té raó. Potser hauria de començar a ser més estratega i no tan alegre inconscient espontani. Potser és així com es juga a tot això, tot i que no m'agradi acceptar-ho ni tampoc estigui massa disposat a adaptar-m'hi...




dijous, 14 de novembre del 2019

tRieS





'Dancing', canta l'Stuart, i crec que em podria desfer entre síl·labes. Les lletres sonen més fort de nit, quan els camions surten a passejar i recollir el que ningú vol. Potser un dia d'aquests se m'en porten a mi. Morir triturat deu ser gairebé tan terrible com fer-ho amb el curriculum amorós buit. Trist com un passaport sense segells. Com una habitació buida i silenciosa, només habitada pels bitxos de la pols o algun mosquit amb ganes d'orgia de sang. A mi sempre em bull, i jo sempre en vull. Moltes coses, i fins i tot a alguna persona. Tot i que voler no és necessàriament estimar, sino més aviat desitjar. Qui menys té més desitja, o ho fa amb més força. Els meus desitjos són descomunals, i en el 99% dels casos no realitzables. Per això m'he de conformar amb petits desitjos fugaços, dels que s'escapen entre els dits quan surt el sol. Completament insuficients per tapar les vies d'aigua i evitar el naufragi. La vida em vol enfonsar, i jo m'esforço per aprendre a nedar entre la tempesta i sobreviure a un destí que sembla escrit des de fa segles, per alguna raó que se m'escapa. Devia ser molt malparit en una altra vida, o potser vaig triar molt malament els meus enemics. Mai he acabat d'encertar massa les meves tries. Només clavo les musicals. I sort d'això. Sort d'això...



dijous, 31 d’octubre del 2019

sOViNt





M'encanta quan rius, i ho fas molt sovint. M'encanta fer-te riure, i ho aconsegueixo molt sovint. M'encanta l'energia que es genera quan connectem, que és molt sovint. M'encanta quan tot flueix, i passa sovint. M'encanta quan tenim converses intranscendents, i és molt sovint. M'encanta quan ens posem seriosos i parlem de temes profunds, i és força sovint. M'encanta quan ens despullem sense manies, i passa sovint. M'encanta rebre els teus missatges, i és súper sovint. M'encanta enviar-te missatges, i també és ultra sovint. M'encanta compartir unes cerveses, i es repeteix constantment sovint. M'encanta que anem junts a concerts, i els gaudim sovint. M'encanta que sopem junts, i ho fem molt sovint. M'encanta que em facis sentir efervescent, i això fa xup xup (sempre) sovint. M'encanta parlar i entrendre'ns i arreglar i perdonar-nos les poques vegades que ens enfadem, i això ha succeït sovint. Si tot això passa sempre sovint... per què no tenim clar que hauria de repetir-se molt més sovint el que últimament ha deixat de passar?




dimarts, 29 d’octubre del 2019

...teAR uS aPArt



La teva presència és un carrusel d'emocions i sensacions d'intensitat elevada a l'escala Richter. Van des de l'eufòria i l'excitació fins a la més gran de les frustracions i impotències. No hi ha massa lloc ni moment per a termes mitjos. I és cert que sempre m'he sentit més còmode en els extrems, o com a mínim més viu. Tu em fas sentir viu, d'això no hi ha dubte. I vull pensar que jo et provoco coses similars, i que si en el fons t'estàs obrint tant a mi i em reveles les teves pornografies emocionals serà perquè em dones certa importància o relevància o significat en la teva vida. Però vida també és dolor, i això és quelcom que també associo a tu. I no tinc clar si això hauria de ser així. No trobo l'equilibri, però potser la clau de tot està en el desequilibri. Ahir llegia un elogi del caos i els avalots amb el que estic molt d'acord. L'ordre i l'equilibri són conservadors, i no permeten l'aprenentatge ni l'evolució. És en el moments d'efervescència i desordre on tot canvia, i segurament necessiti aquesta agitació per alterar l'ordre de les coses i d'una realitat que no és la que jo vull. Gairebé mai la realitat coincideix amb els meus desitjos. Suposo que tampoc amb els teus. Et plantejo una batalla de desitjos i sé que tinc les de perdre, però em van els reptes i les situacions que requereixin d'heroicitats. En el fons sóc un estúpid romàntic amb necessitat d'estúpides utopies en les que no crec. Una més de moltes contradiccions. Tu ets la meva contradicció preferida, això també ho tinc clar. No ets ni sí ni no, sino més aviat el contrari. Trobar-te en aquest garbuix és com trobar la famosa agulla en el paller. Que, com tantes altres coses, no tenim la certesa que existeixi, perquè dubto que ningú hagi estat capaç de trobar-la...




dijous, 24 d’octubre del 2019

SoNRisAs y LágRiMaS





"Se nos han acabado las sonrisas", reza una pintada en esta semana tumultuosa, dentro y fuera. Dentro, con ese juego de equilibristas sin red al que estamos abocados con Morenita Amelie. Un juego fácil, liberados de una presión inexistente por contextos que hacen imposible nuestra historia, más allá de nuestros fugaces encuentros tórridos sin ataduras. Al otro día, busco respuestas que Mrs. Bizarre no me sabe dar, y a pesar de lo trágico de una ambigüedad que no sabe resolver, me voy a casa contento de haberlo hablado. La noche siguiente acabamos en mi casa pero sigue bloqueada, y se me hace agrio. Llevamos seis días sin vernos, pero creo que ambos lo necesitábamos. Sigo luchando porque sé que en su desbloqueo podría estar nuestra felicidad, aunque como me dijo ella misma, no voy a dejar de hacer mi vida por ello. No porque me lo diga ella, sino porque así lo creo y quiero. Le dije lo que había con Morenita Amelie, y con esa transparencia quiero demostrarle que voy en serio y que todo está en su mano, pero que no esperaré eternamente. Mi salud mental y emocional es prioritaria.

"Se nos han acabado las sonrisas", reza una pintada en esta semana tumultuosa, dentro y fuera. Fuera, la cosa también está que arde. Literalmente. La situación es gravísima, y siento una mezcla de pena y asco por la gente que opina a cientos de quilómetros de distancia sin tener la más mínima idea de lo que pasa aquí. Opiniones basadas en el monorelato interesado que les ha llegado desde el Ministerio de Propaganda en que se han convertido los medios oficialistas. Lo bueno de vivir aquí no es sólo tener también la visión contrapuesta de la propaganda propia, que por supuesto que la hay. Viendo las historias de los unos y los otros te podrías llegar a hacer una idea aproximada, buscando un punto intermedio. Pero la gran ventaja de vivir aquí es que tú mismo ves, vives y sufres lo que ocurre. Y seguramente tenga poco que ver con lo que llega a cientos de quilómetros de distancia. Siempre hay excepciones, y ahí tenéis a medios como El Salto, La Marea, Público o similares, donde encontrar visiones interesantes y verosímiles de una realidad tremendamente compleja. La verdad nunca está en el blanco y negro, sino en los matices. Y esta historia tiene muchísimos matices, que van infinitamente más allá de esas historias de parvulario simplista de buenos y malos que ofrecen la gran mayoría de medios adscritos al Régimen y los verdaderos culpables de toda esta gran obra de teatro que, ahora sí, tras años de echar gasolina irresponsablemente, se ha convertido en un conflicto social y de orden público. Lo que querían, vaya. Culpables que, en el fondo, no son más que marionetas que bailan al son de intereses que van mucho más allá: irresponsables, mediocres, orgullosos, cobardes... sí, hablo de los políticos.


En los últimos 9 días he estado en el bloqueo al aeropuerto, tres manifestaciones y una concentración contra la agresión y detención a periodistas que estaban cubriendo todo lo que pasaba. Y todo lo que he visto con mis propios ojos da terror. El salvajismo policial (tanto de Policía Nacional como de Mossos), sus maneras altivas, desproporcionadas, indiscriminadas, llenas de un odio y una desmesura impropias de supuestos profesionales del orden. Se saben impunes, y así actúan. Las vergonzosas declaraciones públicas de Pedro Sánchez, el criminal de Grande-Marlaska (el de las denuncias por torturas que se le acumulan en Europa), Torra o Buch son la espoleta para que esos malnacidos con porra y casco hagan lo que les da la gana y repriman la protesta y la disidencia, criminalizando derechos básicos. Disparan pelotas de goma prohibidas en Catalunya, golpean por encima de la cintura (cosa que es delito), pegan por la espalda, agreden a gente que pasaba por allí sin hacer nada, atropellan a manifestantes, detienen aleatoriamente, y según aseguran las familias de los chavales detenidos, torturan y denuncian a partir de pruebas falsas. A mi me ha tocado ya correr dos veces delante de estos energúmenos sin haber tirado un papel al suelo, y uno de ellos me encañonó por el terrible delito de intentar fotografiar una situación de conflicto en el aeropuerto. Todo muy propio de una "democracia ejemplar", como tienen las narices de defender desde el Gobierno. El sinvergüenza de Sánchez viene a hacerse la foto con el policía herido (parece que por un disparo de un compañero suyo) e ignora a los 600 civiles heridos por sus esbirros (hay una chica muy grave por traumatismo craneoencefálico, y 4 personas han perdido un ojo. Y, que yo sepa, siguen siendo ciudadanos españoles a los que este personaje siniestro e hipócrita también debería representar y defender). Es una guerra en toda regla con fines electorales, pero como hoy en día no se pueden permitir balas, la violencia represiva se ejerce bajo la excusa que llevaban años persiguiendo y no encontraban: la supuesta violencia del independentismo (como si fuera un ente homogeneizado y fanático).

Si miras las televisiones o los principales diarios estatales, parece que Barcelona y otras ciudades catalanas sean estos días el Ulster, y que hordas de terroristas organizados estén atacando a la policía (cuando veo la victimización que se hace de los cuerpos policiales en algunos diarios y televisiones, o el sonrojante recibimiento que les hacen pandas de paletos manipulados a su vuelta como si fueran héroes de guerra, me pongo de muy mala leche). Es obvio que la pasada semana todos vimos imágenes en mi ciudad que no recuerdo desde el 15M. Por aquél entonces se acusó a policías infiltrados de provocarlos, mezclados entre los 'indignados' que protestaban pacíficamente. Este mismo debate ha vuelto a abrirse estos días. No es ningún secreto (y de hecho hay unos cuantos videos en twitter que así lo demuestran) que hay policías infiltrados en todas las manifestaciones. Aquí también los ha habido. Aseguran también que anarquistas y antisistema han aprovechado las aguas turbulentas para mezclarse por allí enmedio y liarla un poco. Ni lo sé ni lo he detectado, así que tampoco pongo la mano en el fuego (nunca mejor dicho...), en estos tiempos de ruido y desinformación sin contrastar. Pero lo que sí he visto creo que explica en gran parte los disturbios, quemas de contenedores y pedradas de estos días en Barcelona. Como siempre en la vida, el QUÉ es lo menos importante y lo más anecdótico, y lo que realmente importa son los matices y el CÓMO Y POR QUÉ de las cosas.


Tanto en el aeropuerto como en las manifestaciones a las que he ido estos días, por lo general se mantiene el perfil familiar y pacífico (por no decir naïf...) de la gran mayoría de asistentes. Esta inmensa mayoría de independentistas que llevan años y años organizando manifestaciones masivas, ludicas, imaginativas y que han sido todo un ejemplo de carácter reinvidincativo, pero completamente cívico. Pero por lo que yo he visto, hay dos factores que explican esta deriva agresiva de una parte minoritaria de los manifestantes. Una, el vaso de la indignación colectiva se ha desbordado con la vergonzosa sentencia a los presos políticos. Aunque todos sabíamos que iba a ser una sentencia de escarmiento y ejemplarizante de cara a la manipulada opinión pública, verla hecha realidad ha sido una mecha que ha vuelto a encender los ánimos a un colectivo fatigado y adormecido en los últimos meses (y ahí me incluyo. Estaba tan cansado del tema, que hacía meses que no iba a ninguna manifestación). Si a eso le sumamos la mochila acumulada en estos últimos años de mentiras, demonización, criminalización, humillaciones, violencia recibida y la desesperante sensación de ser engañados por unos e ignorados y menospreciados completamente por unos interlocutores (se llamen PP o PSOE, no cambia absoutamente nada) que han negado completamente el diálogo y la negociación política para resolver un tema político. Y todo este paquete ha calado y encendido al segundo factor decisivo para todo lo que ha pasado estos días...

...y es que, al margen de la gente mayor que siempre ha estado allí desde el principio, y la generación de entre 25-45 años que hemos ido fluctuando más o menos en función de lo que iba pasando, han hecho acto de presencia en todo este circo unos nuevos protagonistas: os prometo que he flipado en las manifestaciones de estos días viendo la movilización, la constancia y la militancia de una generación de chavales y chavalas de 15-20 años que llevan mamando el tema desde que eran, literalmente, niñ@s. Gente joven que ha ido acumulando un sentimiento de frustración al ver las maneras de hacer autoritarias del Estado, las mentiras de sus propios gobernantes de la Generalitat, la violencia de los respectivos cuerpos policiales, y los pocos resultados de todos estos años de protestas cívicas. Chavales y chavalas hartos de ver cómo les llaman de todo sin venir a cuento, cómo encarcelan a sus representantes políticos (si es que tienen edad para votarlos...), o cómo sus padres o sus abuelos son agredidos indiscriminada e injustificadamente, y que han decidido rebotarse (diarios digitales como La Marea o televisiones locales como BTV han hecho estos días interesantes perfiles sobre ell@s). "No es violencia, es autodefensa" es uno de los lemas más repetidos estos días en las manis, y ese es un sentimiento muy generalizado, viendo cómo están actuando estos días Policía Nacional y Mossos ("claro que da miedo, pero pueden más las ganas de cambiar la puta sociedad", dice uno de los entrevistados en BTV).


Podremos cuestionar la idoneidad ética o no de esta reacción (importante esta palabra: estamos hablando de REACCIONES de respuesta a las ACCIONES previas y gratuitas de la policía. Cuando la poli no ha cargado, no ha habido ningún tipo de respuesta violenta) o su inteligencia táctica de cara a la opinión pública que tanto ha preocupado a 'los mayores', pero yo lo que he visto con mis propios ojos estos días siempre ha repetido el mismo patrón: cargas brutales sin venir a cuento, impunidad policial y después, respuestas de la gente joven. Primero con las barricadas de fuego para intentar frenar el paso de las furgonas policiales y protegerse de su salvajismo; y a medida que avanzaban los días, les veías cada vez más preparados, con cascos, gafas rígidas para protegerse de los pelotazos de goma, o mazas para picar las aceras y conseguir piedras con las que responder a la violencia policial. Podrán justificarse o compartirse más o menos estas reacciones, pero a mi me parecen completamente comprensibles, y siento envidia de la dignidad, la valentía y los valores y convicción que están demostrando para intentar cambiar una sociedad y un futuro que no tienen y que pinta cada vez más negro, con un Estado con tics autoritarios que ha perdido completamente el norte.


Las revoluciones en la historia de la humanidad no se han conseguido pididendo las cosas por favor, medio mundo está igual ahora mismo viendo el giro a la derecha y los recortes de libertades y derechos que afectan a todo el planeta, y o nos levantamos todos del sofá y twitter y los batallamos en las calles, o en dos días estaremos en un Estado mucho peor de lo que ya es (miedito me dan las elecciones del 10-N). Y por mucho que nos intenten engañar a todos con una supuesta guerra de banderas, esto de Catalunya y España va muchísimo más allá de un conflicto entre nacionalismos opuestos (empezando por lo que siempre digo de que el independentismo abraza a gente de muchísimas sensibilidades políticas, y a muchos nos importan bien poco las banderas y motivaciones patriótico-folclóricas. Relacionado con esto, hoy he visto un editorial muy lúcido en 'Carne Cruda' que comparto casi palabra por palabra...). Esto va de libertad y de hacer caer de una puta vez esa gran farsa que se montaron unos cuantos con la muerte del dictador sanguinario al que ahora sacan de su tumba. Que hayan tardado 44 años y siga habiendo quien lo defienda habla claramente del gran cáncer que arrastra España desde 1936. Todos sabemos perfectamente cómo se criminalizó al movimiento del 15M hasta anularlo por completo, y ahora el Estado está haciendo exactamente lo mismo con los que estamos intentando ponerle en jaque con todo lo que hay detrás de las reclamaciones por un referéndum de independencia en Catalunya. Espero que el resto de pueblos de España se den cuenta y se levanten, porque tod@s nos jugamos muchísimo en esta lucha...





dilluns, 30 de setembre del 2019

eSPaCiO dE tiEMpO




Claroscuros de brillo y ambigüedad. Belleza translúcida. Ojos claros, alma oscura. O quizás no tenga la graduación correcta para observarte. Qué bonito sería lo sencillo si existiera. Es como esos relatos de falsa violencia que sólo creen extremistas o estúpidos integrales. A esta realidad le sobran velos y le faltan velas. Me falta que dejes de mirar al suelo imitando a tus bandas favoritas de shoegaze. El mejor antídoto contra la euforia sentimental es que no haya motivos para ella. Aunque no me importaría que los hubiera o hubiese. Tus besos me siguen sonando a hueco, y no sé si es prudencia o falta de materia prima amorosa. No hay deseo que se pueda construir sin su propia esencia. Y o le falta, o está sepultado por cementos de hormigón armado autoprotector. Me gustaría creer que cuando pase esta semana de estrés y mudanza todo se normalizará y volveré a sentir la fuerza y el calor de tus primeros abrazos, besos y susurros. Pero no sé si es pasarme de ingenuo. No deja de ser algo frustrante no poder disfrutar ni de la fantasía que se convierte en cierta pero llena de incertezas muy confusas. No es esto lo que yo me imaginaba, y las comparaciones recientes (tanto, que siguen echando humo y fuego...) son realmente odiosas. Tenerte sin tenerte. Gozarte sin gozarte. Querer quererte y que parezcas no dejarte. Son sentimientos que no tocarían, pero trastocan. Y yo quiero tocarte y que me toques mucho más de lo que hemos hecho en este último o primer mes, según se mire. Mis huellas dactilares están más impregnadas en otro cuerpo que en el tuyo, y eso sin duda es señal de que algo no va del todo bien...



dimecres, 25 de setembre del 2019

eNeMigOs




El mundo se está volviendo completamente loco. Tampoco es ninguna novedad ni descubro la sopa de ajo, pero este proceso de enajenación mental colectiva se acelera a pasos agigantados. Ayer una niñata me empezó a gritar por la calle diciendo que me apartara para que su abuela (supongo que lo era; era una señora mayor) pudiera pasar con un carro. Yo estaba junto a un contáiner y no había espacio físico para que me pudiera apartar más, y la señora pasaba de sobras. Y si tanto le preocupaba la mujer, la niñata podría haber llevado el carro y no dejar que la pobre anciana se deslomara. Ante esa hostilidad injustificada le respondí con más gritos y hostilidad, completamente descolocado y nervioso por la situación inesperada. Aunque cuando acabó enseñándome su dedo haciendo la peineta, acabé por enviarle un beso a distancia con la mano para dar por acabada la absurda discusión.

Horas antes, esa misma tarde, R-Ojos-Claros me preguntó si había visto un mensaje de FB de un conocido común. Y digo conocido, porque lo de 'amigo' se le queda enormemente grande, visto lo visto. Como yo no podía verlo, mi amiga me lo envió por whatsapp. Era un mensaje críptico y sin dar nombres, pero rajaba a muerte de hechos que podrían estar refiriéndose perfectamente a mi. Al principio me descolocó completamente, por la visión completamente distorsionada de la realidad. Llegué a pensar que no podía estar refiriéndose a mi, por el tono, y por la sinrazón y fantasía de sus 'argumentos'. Pero no pude evitar rallarme. ¿Y si en realidad sí que iba por mi? Y la sorpresa inicial se transformó primero en dolor, y luego, enorme cabreo. Por la patética manera de hacer las cosas, y por la cobardía de rajar a mis espaldas en público sin ni tan siquiera haberse atrevido a hablar conmigo si había cualquier tipo de problema o malentendido. Es algo que no puedo entender. Si yo tengo un problema con alguien, lo hablo con esa persona y lo soluciono. Me parece puro sentido común, y la manera más adulta y sensata de resolver las cosas. Pero montarte la película en tu cabeza enferma y vomitar en público tus paranoias en redes sociales para hacerte el mártir sin ni tan siquiera hablar o escuchar me parece patético, cobarde, narcisista y acomplejado. Muy propio de esta sociedad infame y egocéntrica que estamos construyendo entre todos. El tipo en cuestión se me cayó a los pies. Yo había sido el único que confió en él cuando todo el mundo decía que mentía. Fui el que propuso un proyecto común que nos permitió hacer cosas realmente excitantes y divertidas con otras dos chicas. Respeté su decisión de dejarlo cuando se peleó con una de las chicas (que era una auténtica arpía), por mucho que me jodiera que él se fuera y ella se quedara. Y resulta que te lo acaba pagando así. Últimamente tengo la sensación de que ir a mi aire y con decisión por la vida despierta envidias absurdas en otra gente, y que sólo reflejan las mediocridades y complejos ajenos. Y, sinceramente, me importa una mierda. Yo he tenido que trabajar mucho conmigo mismo para llegar a este punto de cierta 'serenidad' interior (con todas las comillas escépcticas del mundo), así que cada uno se ocupe de trabajarse a sí mismo. Yo no pienso ir tirando de los demás ni dejando que se aprovechen de mi, estoy muy harto de todo eso y lo he permitido durante demasiado tiempo. Tengo la conciencia ultra tranquila, y algo muy claro: la gente tóxica y paranoica, bien lejos de mi vida.

Y a todo esto, sigo sin aclarar mi vida sentimental. Con Mr. Bizarre hemos recuperado la dinámica de hace unos meses con el añadido físico de estas últimas semanas, pero sigue con el freno de mano y moviéndose en terrenos de cierta ambigüedad. Y la verdad es que yo necesitaría alguna certeza más firme. Y Morenita Amelie sigue rondándome, y yo que me dejo rondar, aún sabiendo ambos que esto se acabará el día que Mrs. Bizarre se lance definitivamente a la piscina (si es que ese día llega...) o que ella se aclare también con sus sentimientos. Todo debería ser más fácil, de eso no hay duda.

Y ver las noticias es cada día que pasa más deprimente. Querría dejar de vivir en un país que ha tardado 44 años a decidirse a desenterrar al mayor asesino fascista que haya tenido en su historia. En un país donde un partido supuestamente de izquierdas fuerza repetir unas elecciones, aún a riesgo muy serio de que gane la derecha reconocida, para intentar cargarse a su supuesto rival político. Un país donde se hace espectáculo mediático de un montaje policial propagandístico con toda la (mala) intención política para seguir demonizando a una opción política tan o más legítima que cualquier otra (la historia reciente de Euskadi ahora nos toca vivirla a nosotros...). Un país que sentenciará a gente inocente por sus ideas políticas como escarmiento público para inflingir miedo y que nadie más se atreva a desobedecer ni cuestionar según qué cosas. Un país de mierda, vaya. Tanto como cualquier otro de este planeta infecto.





dimarts, 10 de setembre del 2019

fLeQuiLLo NaRAnJa




La rueda de la rutina vuelve a girar vertiginosa, porqué así nos pasa a los sujetos del rendimiento. Parece que necesite de este ritmo trepidante para sentirme vivo. Y ya me puedo plantear y proponer mil veces y mil veranos que al volver bajaré las revoluciones y me dedicaré más tiempo a mi mismo y a vivir más lento. Al final, vuelvo a caer en la rueda. Lo jodido es que la disfruto, aunque comporte sufrimientos y preocupaciones. Supongo que es esa parte de realización personal que no consigo con mi trabajo remunerado y sí que siento con el vocacional.

Está cayendo un tormentón de la hostia ahí afuera. Cuando me he despedido de Mrs. Bizarre en su portal ya me ha dicho que estaba viendo unos relámpagos que anunciaban tempestad. No sé qué narices es esto que estamos gestando en estas últimas semanas tan inciertas y sorprendentes, con Morenita Amelie de invitada especial por allí en medio. Hace una semana tenía muy claro lo que quería e hice lo más difícil: explicarle a Morenita la situación en mi sofá y no ceder a la tentación fácil, aún habiendo roto por completo la distancia de seguridad y la alerta roja-naranja de mi exceso de Daiquiri y de su exceso de Campari. Pero ambos logramos pararlo, en un ejercicio recíproco de autocontención y castidad reflexiva extrañamente inéditos. Los días siguientes Mrs. Bizarre me descolocó por completo dando un paso atrás que no entendí, y que me llevó a pensar que los consejos de R-Ojos-Claros debían ser acertados: cuando le expliqué la situación días atrás, me dijo que yo tenía que hacer libremente lo que me apeteciera mientras no se clarificaba y definía la situación con Mrs. Bizarre. Y yo no le hice caso y me reprimí con Morenita Amelie porque quise correr demasiado y seguramente me precipité pensando que había más de lo que había con Mrs. Bizarre. Viendo que no era así, el fin de semana me relajé y volvimos a caer con Morenita, y la verdad es que volvió a estar genial, y no me provocó remordimiento alguno (porque de verdad no creo que debiera sentirlo en esta situación tan indefinida). Y hoy he quedado con Mrs. Bizarre y volvía a estar lo receptiva que no estuvo estos últimos días. Y no acabo de entenderlo, y me sigue dejando algo confuso, dentro de la absoluta clarividencia de lo que quiero. Disfruto tantísimo de su compañía que no tengo ninguna duda sobre mi elección definitiva, pero supongo que nuestros tempos y velocidades son distintos, y tengo que tener paciencia hasta que decida tirarse definitivamente al agua. Si fuera por mi, me tiraba ya mismo y sin necesidad de bañador. Compartimos muchas cosas, gustos y visiones, nos reímos muchísimo, y en parte nuestra relación me recuerda a la que tenía con E-Platónica (bueno, la sigo teniendo, aunque nos vemos poquísimo), por las conexiones y complicidades que tanto me cuestan de encontrar en otras personas. Pero tiene su propio carácter, tenemos nuestras propias dinámicas, y la verdad es que me resulta irresistible. A veces pienso qué sería ahora de mi vida si no hubiera decidido salir yo solo la noche que la conocí, hace dos inviernos. Es increíble cómo el azar de una decisión aleatoria puede marcar tanto el devenir de una trayectoria vital. Para bien y para mal. A mi me la está marcando estos casi dos últimos años. Para bien y para mal. Y noto que me está haciendo crecer, y eso sí que es positivo.

Sigue diluviando ahí afuera, y no quiero pensar en el agua que se habrá acumulado en el plástico que cubre la ropa del tendedero que no se había secado todavía de la última lavadora. Me iré a dormir ya, que mañana tengo un montón de cosas que hacer. Sigo sin entender las dinámicas de la vida, caprichosas e incomprensibles como ellas solas. Y sigo sin entender a las personas, pero eso sería ya otra historia de imposible solución...




dimarts, 3 de setembre del 2019

tOdo O NadA




Se ve que, en la vida, o no pasa nada o sucede todo de golpe. ¿Para qué andarse con equilibrios o términos medios? Será la euforia del sexo, que transmite hormonas inconscientes a través de dimensiones perceptibles sólo por energías o intuición. Pero se transmite y se percibe, y te mete en una espiral de puertas que se abren cuando menos te lo esperas. Desaparecer 6 meses para volver y soltarte que te ha echado de menos, y que el tiempo y la distancia le han ayudado a abrir los ojos y darse cuenta de esas conexiones invisibles que tanto cuestan de encontrar y tan poco de añorar. Cuando ya has dado por perdida a una persona, y te has preocupado primero, y luego te has cabreado, y has intentado entender lo inentendible, y pasan las semanas, y los meses, y no da señales de vida, lo último que te esperas es lo que tanto habías deseado. Y todo es confuso y abrumador. Y no sabes bien qué debes hacer para gestionar ese triángulo de puntas cortantes y naturaleza incierta e indefinida. El deseo es meloso y te dice que vivas el presente, porque tampoco hay nada claro, ni hablado, ni acordado, ni comprometido. Pero hay cosas que quizás no haga falta verbalizar y se dan por hechas, y me gustaría hacerlo bien. Llevo mucho tiempo esperando, y si tanto reclamo y pregono empatías y respetos, comunicaciones y sinceridades, me gustaría ser consecuente. Lo de mañana debería ser un adiós definitivo a un pasado-presente breve pero intenso, y un abrir las puertas de lado a lado a un presente-futuro estimulante y prometedor, aunque dé vértigo por lo enormemente incierto de todo. Se ve que, en la vida, o no pasa nada o sucede todo de golpe. Y ante esta tesitura, sólo me queda ir a muerte con mi elección y cruzar los dedos para que sea la correcta.


dissabte, 24 d’agost del 2019

pUzZLe dE AfECtoS y dEsaFecTOs




Un mes tras las vacaciones da para mucho, dejando de lado rutinas veraniegas como playa, piscina, o salidas nocturnas. 'Sólo' 6 meses después, Mrs. Bizarre volvió a dar señales de vida para disculparse, explicarse y decirme que me había echado de menos pero no había sabido gestionar la situación y no había escrito antes por miedo a que la mandara a la mierda. No lo hice, aunque en estos 6 meses no me faltaron ganas en algún momento. Estamos en proceso de volver a ponerlo todo en el sitio donde lo dejamos, y aunque la veo a ella más cariñosa y necesitada de mi que yo de ella, lo cierto es que también la echaba mucho de menos. Y aunque perdí gran parte de la confianza que tenía en ella, me gustaría recuperarla poco a poco, y que nos recuperemos mútuamente. No sé exactamente para ir hacia adónde, pero cualquier lugar será mejor que quedarse quietos o cerca del precipicio de estos últimos meses.

En estos 6 meses podríamos decir que el vacío que me dejó Mrs. Bizarre lo ocupó La Rubia del Paral·lel. Hemos ido a unos cuantos conciertos y festivales, cenas, salidas nocturnas... ha habido algún escarceo que nunca ha acabado de concretarse en nada, siempre subidos al alambre de lo ambiguo. Pero ha sido una suerte tenerla ahí, y creo que también ha sido algo recíproco. Como solemos decir, estamos todos igual de mal. Y al final es cuestión de encontrar almas gemelas, o casi, con las que evadirnos de la basura cotidiana. El martes acabamos en mi casa de madrugada, charlando, tocando la guitarra suave, y con algún acercamiento suave también, pero con el eterno discurso de "seamos sólo amigos" y "es que soy un poco rarita" (que puedo haber escuchado decenas de veces en mi vida, lo que me lleva a hacerme la pregunta: "¿siempre elijo a las raritas, son todas así, o no tienen otras excusas más originales?". Algo que seguramente sería extrapolable en el sentido y sexo contrarios). Toda una generación de incultos emocionales e incapacitados relacionales.

Y por si fuera poco, y cuando ya casi ni pensaba en ella, reapareció en escena Morenita Amelie. Nos encontramos en el trabajo tras semanas sin vernos por aquello de las vacaciones, y me salió espontaneamente decirle que se viniera un día a las Festes de diSoRdErLand. Y aunque me dijo que sí, tampoco acabé de creérmela demasiado, porque no sería ni la primera ni la segunda vez. Y aunque el lunes dijimos de quedar el miércoles, seguía teniendo la mosca detrás de la oreja con las habituales excusas de última hora. Pero esta vez no las hubo. Ni habiéndole dicho de venir a cenar a casa, sin tapujos ni disimulos. Y vino, y me trajo flores, y cenamos en la azotea en una noche fantástica y llena de magia por elementos externos adaptados a nuestra realidad. Y la magia dio paso a lo inevitable, y las ganas recíprocas acumuladas en meses y meses de idas y venidas explotaron con el calor de las noches veraniegas, mientras sonaba, literalmente, la traca del final de Festes. Y fue incluso mejor de lo esperado, porque siempre que uno espera algo, la realidad acaba quedando por debajo. Y ella misma me admitió que ya lo había descartado, y creo que yo ya casi también. Pero llevamos dos días escribiéndonos, y parece claro que con ganas de repetir. Y hace un momento coincidíamos que hemos tenido que hacer un ejercicio de autocontrol recíproco al vernos hoy en el trabajo. Y no sé dónde llevará esta historia clandestina y que no deja de tener riesgos por su situación, pero ahora mismo me costaría ponerle freno y ella me deja claro que también. Nada tiene sentido cuando se sienten cosas, sean del tipo y la fuerza que sean.

En este caos dEsoRdeNado me muevo ahora mismo, con una madeja de masa cerebral entremezclada, caras distintas, y afectos y necesidades también diferentes, intentando sacar algo en claro. Al final, por mucho que quieras racionalizar las cosas, parece que al final siempre se nos acaba llevando la corriente a la fuerza, y no hay control posible. A la deriva, como siempre, buscando un faro que nos lleve a puerto. Aunque a veces parece que nos dé miedo pisar tierra firme y preferimos quedarnos luchando en la tormenta por no hundirnos en mitad de la nada.




divendres, 19 de juliol del 2019

jAULa dE TeLa





Estirado en la cama (colchón blando, afortunadamente), metido en una mosquitera, y escuchando las olas del Golfo ir y venir. El viento no ha parado de soplar en estos días en la isla, y aunque el tiempo no ha acabado de acompañar, me lo he tomado con bastante calma. Seguramente el relax y la parsimonia caduquen en una semana, cuando vuelva la rutina laboral. Pero me preocupa bien poco ahora mismo. El ritmo anímico lo condiciona el entorno, y está claro que nuestras vidas cotidianas son un error. Seguramente, programado por los titiriteros. No sé hasta qué punto es real pensar que tenemos en nuestra mano las tijeras, pero independientemente de los cortes que nos provoquen, creo que es así.

Ver la fiesta de la luna llena como observador semi externo es un interesante ejercicio de análisis sociológico (no muy favorable para el ser humano, todo sea dicho). Y es curioso que la barrera para sentirte integrado no sea ni el grado alcohólico ni el hecho de ir solo (como si eso fuera un problema...). No, la verdadera exclusión y distancia la marca... la música. O su ausencia, sólo suplantada por el ruido. Chumba-chumba, canciones fáciles, o ritmos de laboratorio con letras estúpidas, muy adecuados para la pasarela de vanidades y exhibicionismos que se planta delante de tus ojos. Un show grotesco y fluorescente en el que es obligatorio hacer ver una felicidad imposible de conseguir con estos ingredientes. Con selfies, mucho mejor. Era un momento tsunami bastante claro.

Me relaja el sonido del teclado de la tablet. Como una máquina de escribir del siglo XXI, ocupando menos. Me gusta la sensación rupestre de esta isla, con caminos estrechos, mal asfaltados y que se inundan con las lluvias habituales de la zona. O estos taxis semiclandestinos que te regatean el precio del trayecto, y que compartes con una familia de alemanes, con jóvenes internacionales de medio mundo, o contigo mismo. Se ven muchas construcciones, y me temo que será cuestión de tiempo que pierda este encanto. Curioso que el teórico desarrollo lo acabe estropeando todo. Oigo el ruido de un animal ahí fuera. Parece un pájaro. Yo soy el animal invasor aquí, y tengo consciencia de ello.




dimarts, 16 de juliol del 2019

aLMoSt fuLL MoOn iN LamAi





Transito por calles que fueron nuestras, a miles de kilómetros de las mías. En este pequeño paraíso tropical todo se ve de otra manera, porque viven de forma distinta. El ritmo baja. Las prioridades cambian. Y casi sin darte cuenta tú también cambias la manera de relacionarte con el mundo y ese extraño entorno, inmediato pero ajeno. El ventilador gira a un lado y a otro, como tú intentando retener en tu mente tantos estímulos. Exóticos, distintos, abrementes. ¿Serías capaz de vivir así y aquí? ¿Dejarlo todo y a todos y empezar de cero? ¿Destruirte y reinventarte en alguien nuevo? ¿Cuánto de uno mismo lo genera el entorno en el que se mueve? ¿Somos realmente como somos, o en realidad son las circunstancias las que no hacen así? ¿Por qué te gusta tanto explorar mundo a tu aire, y cuando cae la noche añoras compartirlo con otras personas? ¿Es realmente una voluntad generosa de que otros vivan eso contigo, o es puro egoísmo de tener alguien ahí al lado, sin que sea especialmente transcendente quién ocupe ese lugar? ¿El mundo te hace cínico, o es tu cinismo el que hace que el mundo sea así?

Pasan los meses y ya son más de cinco. La otra noche soñé con ella. Creo que por primera vez en todo este tiempo, pero la memoria podría estar manipulándome. Fue como un susto girar la cabeza y que estuviera allí, con las piernas recogidas como la sirenita danesa, preguntándome si no la quería o si era ella la que no me quería a mi. Fue algo angustioso, pero si salió a flote es porque sigue ahí sumergida en la inacabable oscuridad de su ausencia eterna. Sigo sin entender nada de nada, y sigo odiando su cobardía, su inacción, su silencio y su cero esfuerzo por intentar recuperarme. Tengo valor cero en su mercado de valores, pero como de eso parece ir escasa, quizás no sea tan mala noticia. Que no te afecten los actos (o su ausencia) de quien demuestra no merecerlo debe ser el paso definitivo para alcanzar la madurez o la propia autoafirmación en esta jungla de YOs. Sigo caminando, cojeando de ánimo, pero con un hambre irremediable de coleccionar momentos memorables. Tampoco me parece que se pueda aspirar a mucho más en este planeta...




dilluns, 8 de juliol del 2019

tOCa vidA




Mezclar gente random es uno de mis juegos preferidos. Y, curiosamente, en un número elevado de ocasiones, la jugada suele salir bien. Quizás la incerteza hace que la gente sea más abierta, predispuesta, o lo mire todo con menos prejuicios. O quizás sea que al no llevar las caretas del día a día ni los cinturones de castidad de los roles cotidianos, todo fluye mucho más fácil. Bueno, y la música siempre ayuda, claro, y es el nexo más fácil para tejer complicidades fortuitas. Ahora toca otra de mis actividades favoritas: dejar atrás sitios, caras, problemas y rutinas, y lanzarme a ver mundo a mi aire. Tiempo de reflexionar, pero también de saber no hacerlo. Las horas previas son siempre de estrés y angustias por no dejarte nada, hacerlo todo deprisa y a última hora, y querer hacer la maleta más ligera posible y darte cuenta de que no te cabe todo lo que te quieres llevar. Al final es siempre un ejercicio de equilibrismos y volúmenes imposibles, y sabes perfectamente que a la vuelta será todavía aún peor. Y te das cuenta de la cantidad de objetos, ropas, y productos médicos o de limpieza que usamos en el día a día. Resumir mi mundo de los próximos 15 días en una maleta pequeña y una mochila de mano, esa es mi misión...






dimarts, 2 de juliol del 2019

aÑoRaNZa dEsoRdeNada




Recuerdo cuando empecé a escribir por primer vez por internet que se vivía una especie de época dorada de los blogs. Los recuerdos siempre son difusos y la memoria tiende a imaginar muchas veces cosas que realmente no pasaron o que no coincidieron en el tiempo, pero juraría que por aquél entonces no había descubierto aún Facebook, y mucho menos Twitter ni Instagram. De hecho, a esta última red social me resistí hasta hace poco más de un año. Siempre he sido muy de resistirme a todos estos cambios y a las nuevas tecnologías, aunque al final acabo cayendo (pero normalmente con reservas). La primera vez que oí hablar del mail, estando yo en la universidad, me reía de mis amigas que lo usaban, como si fueran freaks de otro planeta. Hasta hace 3 años no tenía ni whatsapp (de hecho, no tenía smartphone), y me lo acabé poniendo únicamente para facilitar la comunicación en el Primavera Sound. Ahora lo uso a mi manera, cosa que quizás ponga nerviosa a alguna gente (cosa que me importa bien poco): escribo cuando puedo y cuando tengo ganas, y eso excluye situaciones que me parecen obvias pero que para mucha gente parece que no lo son: si estoy con alguien, si estoy en un concierto, o en el cine, o comprando, si estoy trabajando, si voy caminando por la calle... no soporto a la gente que va escribiendo mientras camina por la calle, o los que se quedan parados en mitad de la acera, entorpeciendo el paso de los demás. Putos yonquis. Zombies sin alma. Egoístas incívicos y maleducados. Esclavos de estos tiempos en que nos hacen correr tanto para que no pensemos ni seamos críticos con todo lo que nos están atropellando y todo lo que nos están robando. Admito que he deseado que atropellaran a alguien que iba caminando y mirando el móvil, sin importarle una mierda entorpecer el paso de los demás. Me parecería muy merecido. Sea como sea, soy de los que puedo tardar un día en contestar un whatsapp, o varios si estoy de vacaciones. Hay gente que se lo toma mal, pero mis tiempos los marco yo, y me pone muy nervioso el intrusismo personal que intentan vendernos como normal en esta era de las supuestas comunicaciones inmediatas. Y no hace falta decir que cuando me voy a la cama, apago el móvil. Faltaría más que alguien me molestara en mi momento más sagrado.

Volviendo al inicio, añoro aquella época en que los blogs hacían chup chup. Había muchísima vida, muchísima interacción, y gente que no conocías de nada pasaba a formar parte de una especie de comunidad y de amistad de segunda dimensión. Amistad virtual que, aunque nunca me lo hubiera planteado al empezar a escribir en blogs, se acababa convirtiendo en real, de carne y hueso, en muchos casos. Por entonces todavía había muchos prejuicios y parecía que fuera algo de gente extraña, asocial, taraos psicópatas o cosas peores. Conocerse por internet, qué degenerados... es curioso cómo han cambiado las percepciones sociales comunitarias en unos pocos años... ahora el raro soy yo por no haber usado nunca Tinder ni similares. Pero al fin y al cabo, aquél era un proceso mucho más natural que cuando conocías a gente en una noche de fiesta. Y mucho más real. Porque esa gente que te leía a no sé cuántos kilómetros de distancia te conocía mucho más que muchos de tus supuestos amigos 'reales'. Empecé el blog de manera anónima precisamente como autoterapia, para expulsar fantasmas y demonios sin caretas, represiones ni inhibiciones. Y resultó que la gente lo comentaba, y te daba sus impresiones, y te hacía reflexionar sobre esto o aquello. Y era realmente interesante verte en sus ojos sin prejuicios previos que estuvieran condicionados por los roles que nos asignamos inconscientemente en nuestra vida cotidiana. Era una mirada mucho más pura y genuína, y estoy convencido que hoy no sería quien soy sin toda esta vida virtual, que curiosamente era mucho más real y auténtica que el 90% de relaciones de carne y hueso.

Y supongo que si añoro todo aquello es porque mi vida de carne y hueso sigue teniendo muchos agujeros. Pasan los años, y va pasando gente por tu vida, y relaciones que se hacen y deshacen con menos consistencia que las nubes en el cielo. Miro a mi alrededor y sólo veo a gente perdida, inconsistente, vaporosa. Yo debo ser igual. O quizás no encuento a quién demostrarle que no. Y si me aferro tanto a la música es porque no confío en la gente y no siento especial apego por los animales. Sin duda la música es la forma más perfecta e infalible de belleza. La que lo hace todo más soportable. Y la que te regala todas las emociones que te niegan los humanos y que tanto necesitas.



diumenge, 30 de juny del 2019

cASi VacACioNeS




Ya huelo las vacaciones, y eso siempre es una buena noticia. Aunque no llego tan apurado como otros años, tengo ganas de no hacer nada, desconectar, y largarme bien lejos de todo y de todos. Parece una necesidad general: cambiar de caras y de entornos. Nos agotamos los unos a los otros, también porque a cada generación que pasa, menos paciencia y más urgencia. Tanta, que ni sabemos por qué corremos tanto, ni hacia adónde. Perdidos como pollos sin cabeza. La vida por inercia y sin demasiado sentido. Ir tirando y ya se verá, aunque quizás no haya nada que valga la pena ver. No hay grandes referentes, porque los que nos ponen en las pantallas son mediocres, déspotas y no conectan con la gente; y los que valdrían la pena, nos los esconden todo lo que pueden para taparnos los grifos de sentido crítico. En la teórica era de la aparente información global donde todo debería ser más diáfano y transparente, uno se siente más atrapado, engañado y angustiado que nunca. Y rodeado de cretinos, imbéciles y egoístas también en el entorno más próximo. Descreído dEsoRdeN, qué cuesta arriba se hace todo a veces...


dijous, 20 de juny del 2019

PèRduA




'Pèrdua'. Reflexionar en imágenes sobre un escozor aún latente. Proceso catártico, pero todavía incompleto. No se cerrará hasta que no hable con ella, y eso no pasará porqué hace 5 meses que espero. No hay mayor dolor que la indiferencia. La inacción. El silencio. Incluso la cobardía. Que te falle alguien por quien lo habrías apostado todo. Y así voy, dando tumbos erráticos, y volviendo a caer una y otra vez en los mismos errores. En las mismas flaquezas. No está siendo un año fácil. Sufrir según qué maldades miserables tampoco ha ayudado. Pero siempre hay algo a lo que agarrarse, y cuando consigues juntar dos pasiones, parece que todo es más fácil. Ni que sea por momentos puntales. Pero es una suerte, y eso también hay que valorarlo. Y las personas a las que conoces y con las que te relacionas. Sigo odiando a la gente pero quiero a algunas personas. Y la verdad es que últimamente parezco estar de mejor humor que semanas atrás. No sé cuánto durará, porque eso siempre es decirlo y que cambie. Pero cosas bien hechas que han dado resultados, o nuevas personas que han aportado luz, me han estimulado la creatividad (artística y vital), y me han ayudado a salir un poco de la espiral negativa de los últimos meses. Y llegan semanas ilusionantes, con el Vida festival, y las vacaciones. Otra vez bien lejos, siguiendo el camino iniciado el año pasado en latitudes que hace tiempo debería haber visitado. Algo nos debe pasar cuando estamos deseando con tanta fuerza huir de nuestros entornos habituales. De nuestros paisajes humanos cotidianos. Todos queremos escapar, y en gran parte huimos de nosotros mismos. La insatisfacción es un mal común de nuestros días de sobreestímulos. Y quizás haya algo de sobrereflexión también. Debería ir a dormir, que es uno de los grandes placeres de los que puedo disfrutar. En muchos sentidos, soy un privilegiado. Aunque en otros este más cerca de la desgracia. Nada que no pueda arreglar una buena canción.

  

dijous, 13 de juny del 2019

sUPeR 8





Podría escribir de 1000 cosas, ya que últimamente tengo esto un poco abandonado. Amores (pocos), desamores (muchos), política, la vida, mis labores, anhelos y frustraciones... o podría hacerme una de esas pajas mentales abstractas que me salen a veces en esta quijotera alterada por mi alergia misántropa. Pero hoy es 13 de junio. De 2019. Y hace justo 25 años se publicó uno de los discos de mi vida. EL DISCO de la historia del pop estatal. LA BANDA de la historia del pop (y de la música) estatal. No soy imparcial con ellos, y me importa tres pitos. Es la banda española con la que más he conectado en mi vida. Al final la percepción de las cosas siempre se ve afectada por el impacto emocional que te provoquen, o por los recuerdos que vayan ligados. Y son muchos. Es el disco que más veces habré escuchado en mi vida. La banda que más veces he visto en mi vida (puedo andar sobre las... ¿20-25? Y el viernes espero sumar otra más...). Las canciones que más he cantado en mi vida. Y las que más he sentido. Y sigo haciéndolo. Me siguen tocando. Me sigue siendo imposible no cantarlas en cuanto suenan las primeras notas. Y me siguen emocionando cuando las escucho en directo. Y al final se trata de eso. En la música y en la vida. Las emociones son nuestro bien más preciado. Lo único que diferencia vida y muerte. Y muerte en vida. Antes, o quizás era ayer, pensaba en el enorme regalo que es estar vivo, aunque la mayor parte del tiempo sea una auténtica mierda existir. Pero ni que sea por esos momentos concretos de sentir cosas ahí adentro, ya vale la pena el resto de la existencia. Nos pasamos la vida buscando emociones. En nuestras relaciones, en nuestros viajes, en el amor, en el sexo, en las drogas, en la comida, en el cine, en los libros, en los discos, en los conciertos, en nuestros hobbies, o incluso a veces en el trabajo. Por eso hay libros, o películas o discos que son tan importantes para nosotros. Y 'Super 8' lo es. Y sigue llevándome a aquella época en que el indie era un prototipo mal copiado de las pocas bandas británicas y estadounidenses (básicamente) que nos llegaban a través de revistas, amigos inquietos qu te grababan cassettes, o de ese oasis en las ondas que era Radio 3. ¿Internet? ¿Eso qué es? 

Y en aquél páramo desolador que era la música española de finales de los 80 y principios de los 90, llegaron Los Planetas (y muchos más). Pero ellos copiaban y mezclaban a otros mejor que nadie, y le daban su toque personal, y encima cantaban en castellano sin provocar vergüenza ajena en lo que decían y cómo lo decían. Y te hablaban abiertamente de sexo, drogas, de sentirse mal y perdedor, y de vacíos y desamores, y de malos viajes y alucinaciones surrealistas. Y fueron punta de lanza de muchas otras bandas que se rebelaron contra la mediocridad musical española de la década de los 80, y quisieron hacer algo diferente, moderno, atrevido, para toda una generación inquieta, curiosa y mucho más exigente, que empezaba abrirse de oídos con esa ruptura que supuso en 1991 el boom del grunge y Nirvana, y la irrupción de la entonces llamada 'música alternativa'. En 1994 conocimos a Blur, y a Oasis, y a Portishead, y a Pavement, y a Weezer, y a Green Day, y a Jeff Buckley, y a Beck, y a Echobelly, y a Veruca Salt... pero también a Los Planetas. Y nos cambiaron la vida para siempre. A mi me la cambiaron, vaya. Y si este blog se llama como se llama, también es por ellos. Gracias es poco. 




dijous, 6 de juny del 2019

cOPiaS bARataS



Aúlla el lobo en busca de su presa. Agarras las garras y sientes los dientes. Fluyen guitarras a través de las venas y todo es mejor. El fluir de una frustración es más placentero con riffs y sangre. Carne llama a carne. Es difícil buscar si no sabes lo que quieres encontrar. Es difícil encontrar si lo que buscas no te gusta. Y en el desencuentro, vives. Quizás sea más fácil morir, y por eso algunos lo hacen en vida. Se podría discutir si vivir es lo que pasa entre el nacimiento y la muerte, o si habría que ser más exigente con el concepto. Hay muchos conceptos realmente baratos hoy en día. Justo hoy leía en 'La Mirada Lúcida' el poco valor que tienen hoy en día las palabras. Palabras perezosas en su ejecución. A veces por repetición. A veces por inhibición. A veces por contricción. Puedes oír el 'clong' de su vacío si picas en ellas. Vivimos en un mundo muy poco exigente para algunas cosas, y extremadamente demandante para otras. Un mundo de palabras fáciles y peticiones difíciles. Pedir, pedir, siempre pedir. Siempre queremos algo. Siempre anhelamos más. Ni que sea por un rato, y luego ya nos olvidaremos, y a por otro deseo caprichoso. Un mundo de gente malcriada. Sí creo que es eso. Tú lo eres. Yo lo soy. La pantalla es el espejo. Y si no te gusta lo que ves, te jodes. Hay libros ya escritos, como algunas sentencias. Y otros que están por hacer. Pero hay que tener valor de enfrentarse a la hoja en blanco de tu vida. Sólo tú eliges entre dar vida a tus sueños, o dejar que se te coman las pesadillas. Lanzar a la pira a tu yo falsificado y cambiarlo por el bueno. Eres la única copia de ti mismo en este planeta, y sólo de ti depende decidirle la talla. Aunque suene al puto Paulo Coelho.



dimecres, 15 de maig del 2019

i LovE yOu gOLdeN bLUe




Escribe. Describe. Prescribe. I love you, Sugar Kane. Escucha colectiva de un disco, y hasta el propio músico dice que prefiere hacerlos cortos porque hoy la gente ya no escucha discos. Celebro ser tan poco gente. Y salirme por la tangente. Se me han caído las gafas y se me ha roto un vidrio. Qué gran metáfora de la vida. Triple grieta vitrial, aunque la palabra no exista. De hecho, existe, desde el momento en que me la invento y se convierte en realidad. La realidad es mentira, y esa es la única verdad. Yo ya sólo me creo lo increíble, porque hasta la verdad ha perdido por completo su credibilidad. Vivimos tiempos de mierda, aunque de vez en cuando se cuelen buenas noticias en el día a día. O mejor la noche a noche. Coge el coche. Qué derroche. A troche y moche. Y no sé lo que es el troche ni tampoco el moche. Quizás sean también palabras inventadas que alguien decidió convertir en realidad existente. Que vuelve a rimar con la gente tangente. Bucles y espirales a raudales. Y que se esfumen todos los males. Hay orden en el caos y anarquía en UK. Que rima con la canción del "Been trying to meet you!". El calendario dEsoRdeNado no tiene horas, ni días ni semanas. Tiene canciones. Miles de ellas. Imposible volver a escucharlas todas. Y aunque eso tenga algo triste, también la felicidad de haberlas disfrutado al menos una vez. No hay nada más duro que el 'nunca más'. Y más cuando no tienes culpa ni voz. Duele. Mucho. Soy perfectamente capaz de aceptar que cada persona sea un mundo. Pero me niego a tragar que eso implique tratar mal a los demás y saltarte el sentido común. Sea quien sea. Me hierve la vida. Soy conflicto invicto, y la paz sólo me la da la juventud sónica





etc, etc, etc...

dimecres, 8 de maig del 2019

pERo nO Lo eS




Estos días reflexiono bastante sobre la maldad humana. Todo por haberme cruzado con una persona deleznable que ha intentado cargarse el proyecto en el que llevo trabajando 3 años, por envidias, mediocridad y cero capacidad autocrítica. Tras unos primeros días de shock incrédulo, impotencia y muchísima rabia, poco a poco he ido rebajando la ira y me he ido edulcorando, quizás por una voluntad inconsciente de alejarme al máximo del comportamiento mezquino de la susodicha. Algo dentro de mi no deja de decirme que no debo dejar que salga impune de todo esto y que debe pagar por ello. Y otra parte trata de hacerme ver que la mejor victoria será recuperar el máximo de cosas, seguir adelante con más ganas que nunca y pasar de entrar en su juego sucio. Me cuesta decantarme por qué solución seguir. Admito que me encantaría verla hundida en la miseria. Es un deseo real, firme y visceral. Y no es por venganza, sino por justicia. Un comportamiento miserable debería tener consecuencias funestas para la persona en cuestión. El karma debería existir. Y a la vez también me parece que ignorarla sería el mejor desprecio. ¿Es lícito desear el mal a alguien que te ha atacado de manera gratuita e injustificada y no ha mostrado ningún respeto por el cuantioso trabajo ajeno? (inversamente proporcional al que ella no hacía). Cuanto menos, humano sí que es. Siento rabia. Muchísima rabia. Y a la vez me siento contento de no ser como este tipo de personas, y estos días me ha salido la cara más amable con los demás. A lo mejor por aquello de proyectar en los demás el trato que te gustaría recibir.

Este 2019 está siendo un año realmente complicado para mi a muchos niveles. Un año de mierda. Supongo que por eso tengo cero ganas de celebrar el cumpleaños. Y si reflexiono, y mira que soy autocrítico y exigente conmigo mismo, lo cierto es que todo lo malo me lo están provocando otras personas. En un caso, por decepción (enorme) e incomprensión. Y en este otro, por maldad extrema. Sé que no debería permitir que todo esto me afecte, pero me pasa. Cada vez soy más escéptico y misántropo, y tengo cierto miedo de que me acabe convirtiendo en alguien amargo. Siempre me he considerado optimista, alegre, irónico... en muchos aspectos no puedo quejarme para nada de mi vida, pero en otros tendría muchas razones. Y tengo la sensación de que llevo tiempo soportando cargas emocionales bastante bestias que algún día acabarán saliendo por algún lado. Se me han acentuado el cinismo y la mala leche. Y la rabia. Siempre ha estado ahí, y no se va nunca. En parte siempre celebro tenerla, porque es motor inconformista que te exige y te lleva a querer más y mejor. Pero también agota no sentir nunca un equilibrio y una armonía con la vida. Es un conflicto eterno. Y el cerebro va a mil, y los demás no. Y eso te enciende aún más. Y es como un bucle de insatisfacción constante. Ojalá fuera más fácil vivir aquí dentro. Pero no lo es.