dilluns, 31 de desembre del 2018

FiN dE aÑo eS MeNTiRa




El tiempo da vértigo, escalofríos, temblores, sudor frío, y además es mentira. No han pasado 365 días desde el último Fin de Año. Es otra postverdad. Otra noticia fake, de esas que nos cuelan a diario. Aceleran la vida para que no podamos ver por la ventanilla todo lo que está pasando alrededor. ¿Qué era aquello? ¿Un corrupto? ¿Un manipulador? ¿Un ladrón? ¿Un mentiroso? ¿Un violador? ¿Un fascista? Pasan volando a uno y otro lado, difuminados en mitad del ruido, y nada ocurre. Cortinas de humo. Toldos de humo. Lonas gigantescas de humo. Mi reino por un poco de colirio de realidad. Lucidez en gotas. Eso le pido a 2019. Y tapones para protegernos del ruido y la distracción del circo. Malabaristas de la distorsión. Funambulistas de la mentira. Payasos. Sobretodo payasos, pero de los que hacen llorar y temblar. También quiero materia gris a toneladas para recuperar la actividad cerebral de la masa. Si es que alguna vez la tuvo. Diría que no.

Miro por el retrovisor y veo a mi persona preferida de 2018. Mis personas preferidas nunca son fáciles. Ella tampoco. No sé por donde cogerla. Celebro los dos golpes del azar que nos juntaron, y los momentos que hemos pasado. También el único mal momento, y la gestión que hicimos ambos. No tengo ni idea de por donde irán los tiros. Sé lo que me gustaría, y sé que eso no pasará porqué siempre es así. Me gustaría ayudarla, pero también necesito ayudarme a mi mismo. No sé si ambas cosas serán compatibles. Envidio la facilidad aparente que tienen los demás para relacionarse. Yo no sé hacerlo. Y no por falta de sociabilidad, sino más bien por exceso de ganas. Querer demasiado es no poder. Quizás algún día me aprenda la lección.

Si tuviera que resumir 2018 en 11 palabras/conceptos serían: Bizarre, Primavera Sound, Vida, M, Malasia, 1984, Fotografía, Radio, Filmin', Misantropía y, claro está, MÚSICA.




*Como Spotify no deja adjuntar playlists de más de 100 canciones, dejo también el enlace de la lista completa de 210 canciones que he elegido para ilustrar este 2018. Sed felices. Sed críticos. Sed inteligentes. Sed empáticos. Sed de vida.



dijous, 27 de desembre del 2018

NueStRa ViOLeNCiA eS eXiSTiR




No, amigo. Yo no miento. Intento poner razón y argumentos sobre vísceras y prejuicios. Los que te ciegan a ti en el fanatismo irreflexivo. Los que vendan los ojos de tantos que montan en el caballo desbocado. El odio es más fácil que la comprensión. La empatía requiere más esfuerzos que el miedo. Y ahora está de moda decidir de antemano el relato y deformar después la realidad para intentar amoldarla a lo que uno quiere. Cosas de la era de las postverdades. La que nos va a llevar al desastre más absoluto. El mundo se rompe por los extremos, y a ver quien es el guapo que luego consigue reconstruirlo. La estupidez humana es tan grande que los que la cultivan merecen todo lo malo que les ocurra. Por ignorantes. Por ineptos. Por intolerantes. Por miserables. Me importa bien poco lo que pienses de mi. Me importa bien poco lo que piensen de mi. Hago y deshago según me parece lo más justo y apropiado en cada momento. No soporto las situaciones injustas. Ni las generalizaciones estúpidas. Ni los tópicos. Todo fruto de mediocres. De perezosos incapaces de ejercitar la mente y el cerebro para que funcione por sí solo. "Nuestra violencia es existir" cita Niño De Elche en el disco de Maria Arnal i Marcel Bagés. Esa es una buena razón para estar aquí. Enfrentarse a los prejuicios de los demás y plantarles cara. Desmontar vulgaridades y dejar sin argumentos. Yo no soy más listo que nadie. Intento exprimirme para protegerme y no ser tan vulnerable. Me defiendo a mi mismo y a mis padres, y los demás que se espabilen. La extrema violencia de existir bien fuerte. Ese es mi estímulo y mi razón de ser. No, amigo. Yo no miento. Lo que pienso yo lo digo, y sólo digo lo que siento.



dimarts, 25 de desembre del 2018

eL diSCuRsO dE La SaNguiJuELa




Lo digo cada año, porqué nada ha cambiado: no soporto la Navidad. Me resulta deprimente y terriblemente hipócrita. Toca hacerse regalos porque sí. Toca ver a gente con la que te ignoras los 364 días restantes. Toca hacer cosas por compromiso, algo que me niego a hacer. Toca ser súper feliz y bondadoso, como si la felicidad fuera obligación y la bondad algo con fecha de caducidad. Es una presunta fiesta que se sustenta en una mentira. Fantasía y ciencia ficción religiosa en un país supuestamente laico. Todo el pack es un producto más de la sociedad ultracapitalista. Y encima es en la época del año que más odio, donde todo se envuelve en frío y en oscuridad (aunque este año el frío es relativo y soportable. Cosas del cambio climático...). Ah, y algo que me pone de muy mala leche: el discurso de la sanguijuela. El rey hablando a los plebeyos, como en la Edad Media. Ésta sigue siendo España en 2018. Me parece increíble que sigamos permitiéndolo. Mucho hablar de democracia, y seguimos siendo esclavos del feudalismo impuesto por obra y gracia divina. Bueno, en este caso, obra y gracia franquista. Todo atado y bien atado. Año tras año, la Navidad sigue oliendo a caspa y naftalina fascista. El espíritu de la transición. Menuda farsa.

Por lo demás, tengo 18 días de vacaciones por delante, como una vuelta al cole. Por ahora, mis planes pasan por quedar y salir por aquí, y tengo en mente la opción de alguna escapada para empezar 2019. Mi idea inicial de hace meses era largarme a Filipinas, pero que no me hayan confirmado las vacaciones hasta hace pocos días y que me tenga que dejar una pasta en el dentista frustraron ese plan original. Mi segunda idea fue descubrir alguna capital europea pendiente, aunque la semana pasada hablamos con Mrs. Bizarre de la posibilidad de hacer una escapada juntos a la costa. Curiosamente, al mismo pueblecito encantador donde empezó todo entre mis padres. Caprichos de un destino distinto pero igualmente puñetero. Sinceramente, creo que se echará atrás, así que creo que seguiré adelante con mi plan individual. De hecho, es lo que debería hacer. Por muchas ganas que tenga, no quiero dejar que mis planes dependan de si alguien me dice que sí o que no. La independencia se ejerce, no se pide ni se presume. Y eso sería perfectamente aplicable a la política...

Hace días que tengo mosquitos en casa. Sí, mosquitos en pleno invierno. Cada día mato uno o dos, pero vuelve a aparecer alguno más, atraído por el brillo de la pantalla. En la cocina hace meses que también aparece alguna hormiga minúscula. Siempre en la tabla de fusta, y merodeando las tijeras. Me pregunto por qué siempre allí. Me pregunto porqué siempre son escasamente entre dos y cuatro cada vez. No paro de preguntarme cosas. Y de cuestionarlo todo. Teóricamente eso debería ser bueno, pero también es agotador.

Una de las pocas cosas que me gustan de esta época son las listas de discos y canciones del año. Repasar mis propios descubrimientos de los últimos 12 meses y recopilarlos (primero lo hacía en cassettes; luego en CDs; y ahora en playlists de Spotify), pero también echarle un ojo a todas las que se publican para seguir encontrando tesoros que se me habían escapado. Como un arqueólogo insaciable. Quiero más. Y más. Y más. Es un placer sin fondo. Una adicción. Una inquietud. Una gula auditiva. No entiendo a los que las titulan 'Lo mejor del año'. Me parece ultrapretencioso. Como si hubieran escuchado todos los discos publicados este año. Como si su opinión fuera mejor que las de los demás. Como si su criterio fuera la verdad absoluta. Y tampoco entiendo que la publiquen a finales de noviembre, cuando queda todo un mes para que acabe el año (y, por tanto, un montón de discos y canciones por editarse y por descubrir). La gente es realmente subnormal. Todos lo somos en algún momento.

Éstas son algunas de las canciones que he incorporado últimamente a mi lista en construcción 365 días al año...







...y ya paro, que podría estarme días...


dimarts, 18 de desembre del 2018

WhAt a tiMe tO bE ALiVe




Ollas de grillos. Gritos, alaridos, a ver quién se hace oír más. Por decibelios, no por contenido. La ignorancia es la fuerza. Confusión y ruido. Sobredosis de estímulos, no vaya a ser que nos paremos a pensar un rato. Corre tras la zanahoria, corre! Tensa la cuerda, a ver si se rompe. Entender no importa. Comprenderse es lo de menos. Boom! Bang! Zas! Pum! Ouch! Semana del Odio cada 7 días. Esos son malísimos! Mira lo que dicen! Mira lo que quieren hacer! Demonios! Terroristas! Golpistas! Fascistas! Supremacistas! Islamistas! -istas! -istas! -istas! Se comen a los niños! Violan cabras! Cantan discos del revés! Lo han dicho en la TV! Lo leí en el ABC! Lo vi en una foto (trucada)! No dejemos que la realidad estropee una falsedad deseada. Tell me lies, tell me sweet little lies. Comprad, comprad, que llega la Navidad! Corred, gastad, quedad... lo que sea menos pensar. Pensar es peligroso. Sobretodo para los que no quieren que pienses.



dimecres, 12 de desembre del 2018

La igNOrANCia eS La FueRZa



Hace días que no escribo por aquí. Conciertos varios (John Parish, The KVB, The Excitements, Hannah Williams & The Affirmations, el festival Secret Vida en el que hubiera matado a la mitad de los asistentes...), noches dEsoRdeNadas, cenas, nuestro primer enfado (bien resuelto en pocas horas; creo que incluso puede servir para unirnos/entendernos más), películas ('Alps', 'Frances Ha', que me ha gustado bastante)... hoy me he reencontrado con E-Platónica, meses después de nuestra última quedada. Me flipa la frescura que desprenden nuestros encuentros. Podríamos estar 10 años sin vernos y todo seguiría igual. Nos comemos a besos y abrazos cada vez que nos vemos, y a veces me cuesta entender que no hayamos acabado juntos, pero la realidad es muy caprichosa. Y el tiempo hace y deshace a su antojo en función de los momentos de cada uno. Es como un tetris, y si no te cae la ficha adecuada en el momento preciso, ya nada encajará más adelante.

Con Morenita Amelie siguen saltando chispas (en el buen sentido) cada vez que nos vemos en el trabajo. El viernes estuve a un microsegundo de besarla en mitad del comedor del curro mientras hablábamos a medio palmo de distancia. Como ya me he cansado de que siempre diga de vernos y luego siempre que se lo propongo no puede y nunca contrapropone alternativas, ya le he dicho que le devolveré todo el equipo fotográfico que me dejó cuando nos veamos fuera del curro. "¡Qué cabrón!", me dijo riendo. Sí, cierto, pero es lo que hay, le respondí con sonrisa pícara. Se muere tanto de ganas como yo, y entiendo perfectamente que su situación es mucho más difícil, pero no haber entrado al juego. Para mi fue mucho más fácil dejarme llevar por la tentación y traicionar mi propia regla sagrada del 'sólo solteras', es obvio, pero una vez cometido el desliz, hay que ser honesto y consecuente o cortar por lo sano.

Estoy enamorado de la chupa de cuero que me compré por cuatro duros hace un par de semanas, y me la pongo casi todos los días, aprovechando que el frío todavía no es extremo. Tengo unas ganas enormes de que llegue primavera, y el otro día hacía sol y subí a la azotea a tomar el sol. Se estaba de maravilla. He acabado el curso de fotografía, pero continuaré en el segundo semestre. La profesora es majísima, y empiezo a entender todas mis lagunas de conocimiento técnico. Me compré un objetivo nuevo, y en los conciertos he empezado a ver resultados. Y también me compré un flash de colores para la lomo, pero todavía no lo he estrenado. La fotografía es ahora mismo mi gran estímulo, con permiso de la música, claro. Ver las estadísticas de resumen del año de Spotify mientras me estoy leyendo '1984' da auténtico pavor. Ver las noticias también. "La ignorancia es la fuerza", dice el capítulo en el que estoy. Y parece que Orwell estuviera visionando España en pleno 2018. Asco de país. Pena de país. Vómito de país.


Esta puta maravilla de canción es sólo uno de los muchos artistas nuevos que sigo descubriendo. No puedo parar. Es como una adicción. El submarinismo musical es uno de mis mayores vicios: