dijous, 24 d’octubre del 2019

SoNRisAs y LágRiMaS





"Se nos han acabado las sonrisas", reza una pintada en esta semana tumultuosa, dentro y fuera. Dentro, con ese juego de equilibristas sin red al que estamos abocados con Morenita Amelie. Un juego fácil, liberados de una presión inexistente por contextos que hacen imposible nuestra historia, más allá de nuestros fugaces encuentros tórridos sin ataduras. Al otro día, busco respuestas que Mrs. Bizarre no me sabe dar, y a pesar de lo trágico de una ambigüedad que no sabe resolver, me voy a casa contento de haberlo hablado. La noche siguiente acabamos en mi casa pero sigue bloqueada, y se me hace agrio. Llevamos seis días sin vernos, pero creo que ambos lo necesitábamos. Sigo luchando porque sé que en su desbloqueo podría estar nuestra felicidad, aunque como me dijo ella misma, no voy a dejar de hacer mi vida por ello. No porque me lo diga ella, sino porque así lo creo y quiero. Le dije lo que había con Morenita Amelie, y con esa transparencia quiero demostrarle que voy en serio y que todo está en su mano, pero que no esperaré eternamente. Mi salud mental y emocional es prioritaria.

"Se nos han acabado las sonrisas", reza una pintada en esta semana tumultuosa, dentro y fuera. Fuera, la cosa también está que arde. Literalmente. La situación es gravísima, y siento una mezcla de pena y asco por la gente que opina a cientos de quilómetros de distancia sin tener la más mínima idea de lo que pasa aquí. Opiniones basadas en el monorelato interesado que les ha llegado desde el Ministerio de Propaganda en que se han convertido los medios oficialistas. Lo bueno de vivir aquí no es sólo tener también la visión contrapuesta de la propaganda propia, que por supuesto que la hay. Viendo las historias de los unos y los otros te podrías llegar a hacer una idea aproximada, buscando un punto intermedio. Pero la gran ventaja de vivir aquí es que tú mismo ves, vives y sufres lo que ocurre. Y seguramente tenga poco que ver con lo que llega a cientos de quilómetros de distancia. Siempre hay excepciones, y ahí tenéis a medios como El Salto, La Marea, Público o similares, donde encontrar visiones interesantes y verosímiles de una realidad tremendamente compleja. La verdad nunca está en el blanco y negro, sino en los matices. Y esta historia tiene muchísimos matices, que van infinitamente más allá de esas historias de parvulario simplista de buenos y malos que ofrecen la gran mayoría de medios adscritos al Régimen y los verdaderos culpables de toda esta gran obra de teatro que, ahora sí, tras años de echar gasolina irresponsablemente, se ha convertido en un conflicto social y de orden público. Lo que querían, vaya. Culpables que, en el fondo, no son más que marionetas que bailan al son de intereses que van mucho más allá: irresponsables, mediocres, orgullosos, cobardes... sí, hablo de los políticos.


En los últimos 9 días he estado en el bloqueo al aeropuerto, tres manifestaciones y una concentración contra la agresión y detención a periodistas que estaban cubriendo todo lo que pasaba. Y todo lo que he visto con mis propios ojos da terror. El salvajismo policial (tanto de Policía Nacional como de Mossos), sus maneras altivas, desproporcionadas, indiscriminadas, llenas de un odio y una desmesura impropias de supuestos profesionales del orden. Se saben impunes, y así actúan. Las vergonzosas declaraciones públicas de Pedro Sánchez, el criminal de Grande-Marlaska (el de las denuncias por torturas que se le acumulan en Europa), Torra o Buch son la espoleta para que esos malnacidos con porra y casco hagan lo que les da la gana y repriman la protesta y la disidencia, criminalizando derechos básicos. Disparan pelotas de goma prohibidas en Catalunya, golpean por encima de la cintura (cosa que es delito), pegan por la espalda, agreden a gente que pasaba por allí sin hacer nada, atropellan a manifestantes, detienen aleatoriamente, y según aseguran las familias de los chavales detenidos, torturan y denuncian a partir de pruebas falsas. A mi me ha tocado ya correr dos veces delante de estos energúmenos sin haber tirado un papel al suelo, y uno de ellos me encañonó por el terrible delito de intentar fotografiar una situación de conflicto en el aeropuerto. Todo muy propio de una "democracia ejemplar", como tienen las narices de defender desde el Gobierno. El sinvergüenza de Sánchez viene a hacerse la foto con el policía herido (parece que por un disparo de un compañero suyo) e ignora a los 600 civiles heridos por sus esbirros (hay una chica muy grave por traumatismo craneoencefálico, y 4 personas han perdido un ojo. Y, que yo sepa, siguen siendo ciudadanos españoles a los que este personaje siniestro e hipócrita también debería representar y defender). Es una guerra en toda regla con fines electorales, pero como hoy en día no se pueden permitir balas, la violencia represiva se ejerce bajo la excusa que llevaban años persiguiendo y no encontraban: la supuesta violencia del independentismo (como si fuera un ente homogeneizado y fanático).

Si miras las televisiones o los principales diarios estatales, parece que Barcelona y otras ciudades catalanas sean estos días el Ulster, y que hordas de terroristas organizados estén atacando a la policía (cuando veo la victimización que se hace de los cuerpos policiales en algunos diarios y televisiones, o el sonrojante recibimiento que les hacen pandas de paletos manipulados a su vuelta como si fueran héroes de guerra, me pongo de muy mala leche). Es obvio que la pasada semana todos vimos imágenes en mi ciudad que no recuerdo desde el 15M. Por aquél entonces se acusó a policías infiltrados de provocarlos, mezclados entre los 'indignados' que protestaban pacíficamente. Este mismo debate ha vuelto a abrirse estos días. No es ningún secreto (y de hecho hay unos cuantos videos en twitter que así lo demuestran) que hay policías infiltrados en todas las manifestaciones. Aquí también los ha habido. Aseguran también que anarquistas y antisistema han aprovechado las aguas turbulentas para mezclarse por allí enmedio y liarla un poco. Ni lo sé ni lo he detectado, así que tampoco pongo la mano en el fuego (nunca mejor dicho...), en estos tiempos de ruido y desinformación sin contrastar. Pero lo que sí he visto creo que explica en gran parte los disturbios, quemas de contenedores y pedradas de estos días en Barcelona. Como siempre en la vida, el QUÉ es lo menos importante y lo más anecdótico, y lo que realmente importa son los matices y el CÓMO Y POR QUÉ de las cosas.


Tanto en el aeropuerto como en las manifestaciones a las que he ido estos días, por lo general se mantiene el perfil familiar y pacífico (por no decir naïf...) de la gran mayoría de asistentes. Esta inmensa mayoría de independentistas que llevan años y años organizando manifestaciones masivas, ludicas, imaginativas y que han sido todo un ejemplo de carácter reinvidincativo, pero completamente cívico. Pero por lo que yo he visto, hay dos factores que explican esta deriva agresiva de una parte minoritaria de los manifestantes. Una, el vaso de la indignación colectiva se ha desbordado con la vergonzosa sentencia a los presos políticos. Aunque todos sabíamos que iba a ser una sentencia de escarmiento y ejemplarizante de cara a la manipulada opinión pública, verla hecha realidad ha sido una mecha que ha vuelto a encender los ánimos a un colectivo fatigado y adormecido en los últimos meses (y ahí me incluyo. Estaba tan cansado del tema, que hacía meses que no iba a ninguna manifestación). Si a eso le sumamos la mochila acumulada en estos últimos años de mentiras, demonización, criminalización, humillaciones, violencia recibida y la desesperante sensación de ser engañados por unos e ignorados y menospreciados completamente por unos interlocutores (se llamen PP o PSOE, no cambia absoutamente nada) que han negado completamente el diálogo y la negociación política para resolver un tema político. Y todo este paquete ha calado y encendido al segundo factor decisivo para todo lo que ha pasado estos días...

...y es que, al margen de la gente mayor que siempre ha estado allí desde el principio, y la generación de entre 25-45 años que hemos ido fluctuando más o menos en función de lo que iba pasando, han hecho acto de presencia en todo este circo unos nuevos protagonistas: os prometo que he flipado en las manifestaciones de estos días viendo la movilización, la constancia y la militancia de una generación de chavales y chavalas de 15-20 años que llevan mamando el tema desde que eran, literalmente, niñ@s. Gente joven que ha ido acumulando un sentimiento de frustración al ver las maneras de hacer autoritarias del Estado, las mentiras de sus propios gobernantes de la Generalitat, la violencia de los respectivos cuerpos policiales, y los pocos resultados de todos estos años de protestas cívicas. Chavales y chavalas hartos de ver cómo les llaman de todo sin venir a cuento, cómo encarcelan a sus representantes políticos (si es que tienen edad para votarlos...), o cómo sus padres o sus abuelos son agredidos indiscriminada e injustificadamente, y que han decidido rebotarse (diarios digitales como La Marea o televisiones locales como BTV han hecho estos días interesantes perfiles sobre ell@s). "No es violencia, es autodefensa" es uno de los lemas más repetidos estos días en las manis, y ese es un sentimiento muy generalizado, viendo cómo están actuando estos días Policía Nacional y Mossos ("claro que da miedo, pero pueden más las ganas de cambiar la puta sociedad", dice uno de los entrevistados en BTV).


Podremos cuestionar la idoneidad ética o no de esta reacción (importante esta palabra: estamos hablando de REACCIONES de respuesta a las ACCIONES previas y gratuitas de la policía. Cuando la poli no ha cargado, no ha habido ningún tipo de respuesta violenta) o su inteligencia táctica de cara a la opinión pública que tanto ha preocupado a 'los mayores', pero yo lo que he visto con mis propios ojos estos días siempre ha repetido el mismo patrón: cargas brutales sin venir a cuento, impunidad policial y después, respuestas de la gente joven. Primero con las barricadas de fuego para intentar frenar el paso de las furgonas policiales y protegerse de su salvajismo; y a medida que avanzaban los días, les veías cada vez más preparados, con cascos, gafas rígidas para protegerse de los pelotazos de goma, o mazas para picar las aceras y conseguir piedras con las que responder a la violencia policial. Podrán justificarse o compartirse más o menos estas reacciones, pero a mi me parecen completamente comprensibles, y siento envidia de la dignidad, la valentía y los valores y convicción que están demostrando para intentar cambiar una sociedad y un futuro que no tienen y que pinta cada vez más negro, con un Estado con tics autoritarios que ha perdido completamente el norte.


Las revoluciones en la historia de la humanidad no se han conseguido pididendo las cosas por favor, medio mundo está igual ahora mismo viendo el giro a la derecha y los recortes de libertades y derechos que afectan a todo el planeta, y o nos levantamos todos del sofá y twitter y los batallamos en las calles, o en dos días estaremos en un Estado mucho peor de lo que ya es (miedito me dan las elecciones del 10-N). Y por mucho que nos intenten engañar a todos con una supuesta guerra de banderas, esto de Catalunya y España va muchísimo más allá de un conflicto entre nacionalismos opuestos (empezando por lo que siempre digo de que el independentismo abraza a gente de muchísimas sensibilidades políticas, y a muchos nos importan bien poco las banderas y motivaciones patriótico-folclóricas. Relacionado con esto, hoy he visto un editorial muy lúcido en 'Carne Cruda' que comparto casi palabra por palabra...). Esto va de libertad y de hacer caer de una puta vez esa gran farsa que se montaron unos cuantos con la muerte del dictador sanguinario al que ahora sacan de su tumba. Que hayan tardado 44 años y siga habiendo quien lo defienda habla claramente del gran cáncer que arrastra España desde 1936. Todos sabemos perfectamente cómo se criminalizó al movimiento del 15M hasta anularlo por completo, y ahora el Estado está haciendo exactamente lo mismo con los que estamos intentando ponerle en jaque con todo lo que hay detrás de las reclamaciones por un referéndum de independencia en Catalunya. Espero que el resto de pueblos de España se den cuenta y se levanten, porque tod@s nos jugamos muchísimo en esta lucha...





1 comentari:

Recomenzar ha dit...

Por que en vez de leerme a escondidas no comentas????????Ahora entiendo porque tienes 0 comentarios.Alégrate la vida y pone palabras gracias