Después de que me diera otro ataque de ansiedad en un momento de crisis y máxima tensión, mi madre al fin llamó a su hermana para que viniera desde Mallorca a ayudar. La última vez que dormí más de 3 días seguidos en mi casa despreocupándome casi por completo de mis padres fue en 2023. Hacía 22 meses que no salía de la ciudad por ocio. Y casi ni recordaba lo que era socializar con caras nuevas. Sólo serán unos pocos días más, pero he recordado lo que era tener una vida independiente, haciendo en cada momento lo que te venga en gana con quien te venga en gana, empezando conmigo mismo. Y es maravilloso poder vivir así. Lo ha sido todos estos años y casi ni me daba cuenta. Normalizar un privilegio es el primer paso para no darte cuenta de la cantidad de pena, dolor y miseria que existe alrededor. Y seguramente sean sentimientos mayoritarios, pero sólo existe lo que uno ve o sufre. Y si ni ves ni sufres, puedes llegar a ignorar que eres feliz. O incluso creerte que sí que lo eres.
Esta noche he salido con una amiga medio americana medio feroesa de Canadian J. Hacía tiempo que no nos escribíamos, pero contactó conmigo para decirme que esta chica venía unas semanas a estudiar castellano, así que aprovechando estos días de libertad condicional, la he guiado un poco por diSoRdErLaNd, porque no se me ocurre parte más bonita y excitante en la ciudad aparador. Ha estado bien, he podido practicar mi inglés oxidadísimo (he tenido que buscar la traducción porque sólo me salía la palabra en catalán...), y mis aún más 'rovellades' habilidades sociales. De las seductoras ya no hace falta ni hablar, porque ni me acuerdo de la última vez que tuve una cita. Cualquier tiempo pasado fue anterior, que dirían Les Luthiers. No sé si esto puede contar como entrenamiento, ni tampoco si me apetecería volver a entrar en esa rueda. Estoy muy bien conmigo cuando estoy conmigo, aunque eso últimamente no sea muy habitual. Llevo tiempo pensando en decirle a la farmacéutica del feeling (FdF podría ser su mote?) de ir a hacer unas cervezas, pero cuando la veo me acaba dando pereza. ¿Por qué las ideas que parecen geniales de noche se acaban convirtiendo en pésimas con la luz del día?
En los últimos tiempos se ha repetido la sensación de estar convirtiéndome en una persona triste, apagada y desanimada. De esas que pasan desapercibidas y a las que nadie mira. De las que ves en el metro con cara de vivir por inercia. Cuando estás bien, piensas "vaya cara de amargad@, podría sonreir un poco", sin llegar a imaginar que la vida te puede colocar justo en ese otro lado casi sin darte cuenta. Es muy fácil juzgar desde fuera, pero muy difícil vivirlo desde dentro. Yo siempre he sido muy de juzgarlo todo, pero con el paso del tiempo la empatía gana terreno. Las hostias de la vida son una buena cura de humildad. Y la humildad es lo-fi.