dimecres, 15 d’abril del 2020

VeNTanAs dEL APocaLiPSis




Hace un mes que no toco a nadie. Literalmente. No hablo en sentido puramente sexual. Hablo en cualquier sentido. Un mes sin ejercitar el sentido del tacto en otra piel que no sea la mía. Sea un dar la mano. Un beso. Un abrazo. Un golpecito en la espalda. Una cópula. Nada. Efectos de un confinamiento estricto y solitario. Estar conmigo no me supone problema alguno. De hecho, es algo que me encanta, y a lo que estoy acostumbrado plenamente. Como buen individualista, disfruto estos momentos de propia compañía. Teletrabajo, leo, tomo el sol en la azotea o el balcón, veo películas, escucho música, hago fotos o las trabajo, escribo... y una vez a la semana, bajo la basura y compro comida, productos de limpieza o alguna cosa en la farmacia. Eso son los únicos momentos presenciales de interacción social. El teléfono o internet se encargan de los virtuales. Y los viscerales son los insultos a la pantalla del televisor cuando sale el neoliberal Pedro Sánchez dispuesto a vender y exponer a la clase trabajadora en beneficio de la economía, o alguno de esos militares que no sé qué cojones pintan en toda esta crisis sanitaria. El uno y los otros intentan vendernos todo esto como una guerra, envueltos en banderas de estúpido patriotismo nacionalista y paternalista, tratando a la gente de imbécil, y de héroes a todos aquellos que hasta ahora eran repudiados por la sociedad: Dejaréis de ser héroes cuando la gente no tenga miedo. Dejaréis de ser héroes cuando a los políticos les interese. Ahora sois carne de cañón, por eso os llaman héroes”, brillante frase de la película de Kubrick 'Senderos de Gloria' que estos días hemos visto reproducida aquí y allí en redes. A ver cuántos de los que les llaman héroes o salen a aplaudirlos al balcón luego se acuerdan de ell@s cuando esto pase y vuelvan a hacer huelga para reclamar todo lo que les han recortado o lo que no les han valorado hasta ahora...

El futuro siempre es incierto, pero ahora mucho más. Ya nos están sobreavisando y metiendo el miedo en el cuerpo, porque el miedo siempre es la mejor manera de controlar a las masas. Y las situaciones de caos y de crisis son los mejores momentos para seguir recortando libertades y derechos civiles. Y eso es lo que más me preocupa de lo que tenga que venir. Por mi la economía mundial se podría hundir en la miseria para siempre jamás, y a ver si así conseguimos liberarnos de esta mierda de sistema capitalista e inhumano y lo reinventamos todo de nuevo. No soy tan ingenuo como para creerme que eso vaya a pasar, pero me gustaría pensar que tanto tiempo en casa haya servido para que todos reflexionemos y tomemos conciencia de que tendríamos que cambiar muchas cosas del mundo en el que hasta ahora vivíamos. Desarrollar una mirada con sentido colectivo y dejar de mirarnos el ombligo tod@s, empezando por mí mismo, que en el fondo es una manera más de mirarse al ombligo. Relacionarnos de otra manera mucho más respetuosa, generosa y empática, y aprender de una vez por todas que cuidarse y quererse a un@ mism@ es el primer paso para cuidar y querer a l@s demás, como nos está demostrando esta pandemia. Y hacerlo también con el entorno. A la que el ser humano se ha quedado en la madriguera, el planeta ha vuelto a respirar. Y es que no hay virus más letales que el capitalismo y el propio ser humano.

No puedo dejar de sentir esta rabia eterna, alimentada también por gente de carne y hueso con espíritu de fantasma que viene y se va de manera caprichosa y cobarde...


7 comentaris:

Elvis ha dit...

Así es, el capitalismo es una lacra y una de las principales causas de la mayoría de los males de la sociedad.
Saludos.

Laura ha dit...

Estar conmigo no me supone problema alguno.

De verdad que no entiendo a los que dicen que se aburren.
¡Yo no tengo tiempo!

Se acumulan los besos, los abrazos y los cariños... ¡ya verás cuando te vea!

KoKorOalTelEsCopIo ha dit...

Yo a veces pienso que el planeta genera sus propios anticuerpos contra nosotros que somos la plaga, otras que esto se lo han inventado precisamente para lo que dices de controlarnos a través del miedo y de paso hacer control de población, estos días pienso que todas esas luces brillantes que giran a gran velocidad en el cielo y que están viendo muchas personas en diferentes partes del mundo vienen a salvarnos de nosotros mismos y a traer conocimiento y razón porque últimamente escasea... Como dice una de mis pacientes el día tiene muchas horas y eso es mucho tiempo para pensar... Cuídese, salud y sonrisas!

UFA747 ha dit...

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begusa ha dit...


estoy muy a gusto en mi casa, conmigo, hago mil actividades al cabo del día, no me visita el aburrimiento...
y sí, echo de menos el roce, el tipo de roce que hace saltar la chispa
con lo tranquila (muertecita?) que andaba yo desde hace bastante...


p.d.: por qué en ciertas situaciones que nos desconciertan o nos acercan al abismo parece que los principios éticos se desdibujan?

Ses ha dit...

A mí solo me había tocado el médico, de la forma más aséptica del mundo, y en el pie (que no es que me guste demasiado). Así que ayer, cuando vino el porteador de comida, o sea, mi exmarido, le di un montón de achuchones y de abrazos. Nunca habría pensado que necesitaría del tacto humano, porque no soy nada tocona, pero se ve que sí.

dEsoRdeN ha dit...

Maldito capitalismo, Elvis, que nos tiene a tod@s atrapad@s sin poder escapar...

Yo tampoco tengo tiempo, Laura! Se me pasan los días volando! Buff! Qué ganas de que me achuches...

Muy de acuerdo en eso de que la plaga somos nosotr@s, KoKorOalTelEsCopIo. Ojalá le dedicáramos más tiempo a pensar...

Yo también, begusa (lo de estar a gusto en casa, y lo de echar de menos el roce). ¿Principios éticos? ¿Eso existe en este planeta...?

Uy, pues cuidado no des esos abrazos y achuchones, Ses, no vaya a venir algún guardián del confinamiento colectivo y te denuncie!

Cuidaos! Y queresus!