La VeRgüeNZa dE EuROpA

Son las 2:30h de la mañana. Llevo 22 horas despierto. Me he levantado a las 4:50h para ir a defender el colegio electoral donde me tocaba votar. Todo muy normal. He estado dando vueltas por diSoRdErLand con la cámara de fotos, para retratar una jornada histórica y por si había algo que denunciar. Porqué todos nos lo olíamos, pero seguramente no podíamos llegar a imaginar el verdadero alcance de su odio fascista. He tenido que cambiar de sede electoral porqué la mía finalmente no podía abrir, y he aguantado horas bajo la lluvia esperando poder votar, porqué la Guardia Civil había boicoteado el sistema informático. Todo muy normal. He conseguido hacerlo, unas 5 horas después de despertarme, compartiendo una inmensa alegría e ilusión con ancianos que me han explicado que llevaban 40 años esperando este día. He sido el segundo en votar en mi colegio, y al salir se me han empañado los ojos cuando la masa que esperaba para entrar nos ha ovacionado por haber logrado ejercer uno de los derechos más básicos de esa democracia de la que no gozamos en este país. Hoy votar era un acto heroico y rebelde, para dignificar esa democracia anhelada y la propia identidad colectiva. A esa hora ya nos habían llegado las primeras imágenes de la vergüenza, y la incredulidad se mezclaba con una rabia infinita. 

Me he ido rápidamente a trabajar, porqué llegaba 2 horas tarde. Todo muy normal. He estado 11 horas a full, recibiendo mil y un impactos visuales y emocionales que no hacían más que aumentar la incomprensión y una furia interna que se iba convirtiendo en visceral, al empezar a escuchar las demagógicas reacciones de los representantes del gobierno fascista que ha enviado a 10.000 policías a reprimir y a humillar a su pueblo a hostias por el terrible crimen de querer expresarse en las urnas (porqué, a día de hoy, en ese DNI del que he tapado con una etiqueta la bandera y el nombre de España en cuanto he llegado a casa, sigue poniendo que soy español a efectos administrativos. Emocionalmente hace mucho tiempo que lo dejé de ser. Y hoy, además, han enterrado para siempre cualquier opción de vuelta atrás en ese sentimiento). Cualquiera que me conozca sabe que, a pesar de mis golpes de genio dEsoRdeNado, soy una persona serena, reflexiva y pacífica. Pero os juro que hoy, ante algunas manifestaciones que eran pura mentira y puro cinismo repleto de odio y prejuicios interesados, he deseado pegarle un tiro en la cabeza a 4 indeseables con nombre y apellidos del Partido Popular, y reventar a martillazos la cabeza hueca de todos esos hijos de puta encocados que repartían mamporros a ancianos, magreaban y trituraban dedos a mujeres, le sacaban un ojo a un chaval con una pelota de goma (material antireglamentario en Catalunya), o cargaban contra gente que estaba reanimando a un hombre mayor al que le había dado un infarto (hay fotos y videos de todas estas ignominias en las redes). Os juro que me ha pasado por la cabeza. Evidentemente, eso es lo que quieren, porqué se alimentan del odio y del rédito electoral que le sacan. Pero mi cabeza me ha dicho que no, que por mucho que el instinto dijera una cosa, la clave de la gran victoria por goleada que hoy ha conseguido la sociedad civil catalana era no caer en su pocilga de juego sucio, provocaciones incendiarias y violencia gratuíta que ha dejado más de 800 heridos. Todos haciendo resistencia pacífica. Y sustituir todo eso por una enorme dignidad colectiva que ha puesto a prueba nuestros miedos. Ya sabéis que me importan bien poco las banderas y los himnos, pero hoy mis vecinos de barrio, de ciudad y de país me han hecho sentir orgulloso de ser catalán. Porqué soy catalán, y a mucha honra. No es ningún crimen, por mucho que así lo construyan en su relato esas ratas franquistas. De la misma manera que me sentiría igual de honrado si fuera segoviano, cordobés, madrileño o vitoriano. Como decía el precioso texto que compartí esta semana, el lugar de nacimiento es algo completamente circunstancial; pero lo que tú puedes elegir y modelar es quién quieres ser y cómo quieres comportarte y relacionarte con los demás. 

Entre el trabajo y la indignación, he acumulado tantísima tensión durante el día, que en cuanto he llegado a casa y he visto un video de resumen del día, me he puesto a llorar a mares. Lágrimas de pura impotencia. De pura incomprensión ante esta escalada de represión tan brutal, y que ha avergonzado por igual a los observadores internacionales allí presentes, como a los periodistas continentales. Este lunes España está en la portada de todos los diarios europeos, al lado de términos como 'vergüenza', 'represión', o 'violencia', por citar algunos ejemplos. Mientras, Mariano, Soraya y todas esas ratas sarnosas hablaban de "actuación ejemplar y proporcionada", linea que seguían como un rebaño de ovejas todos los medios de propaganda cavernaria afines al régimen. Esos que esconderán las manifestaciones de apoyo a Catalunya que ha habido en diferentes ciudades españolas, como Madrid, Sevilla, Valencia o distintos puntos de Galicia o Euskadi. De verdad, 1.000 gracias de todo corazón. Porqué vosotros sí que creéis en la democracia y sí que queréis a esa España que no se merece ver su nombre arrastrado al lodo por la infamia de esta gentuza repugnante. La queréis infinitamente más que esos que se llenan la boca y se envuelven en la bandera, y luego convierten este país en motivo de vergüenza e indignación europeas. Ojalá algún día os libréis de ellos y refundéis el país, convirtiéndolo en una república moderna y ejemplar. Hoy en sus cerebros de chorlito podrán creer que han ganado a base de hostias, como un vulgar maltratador. Pero lo único que han conseguido es la sentencia de muerte de España tal y como la conocemos, y han firmado la declaración de independencia catalana. Será en 2 días, en 30 o en 20 años, pero tengo clarísimo que este nefasto domingo pasará a la historia como uno de los capítulos más negros de la historia reciente de España, y una fecha clave en el nacimiento de la futura república catalana. Tenemos muy claras las complicidades de silencios y discursos ambiguos que hoy han perpetrado muchos. Y aquí el sentimiento es unánime, y lo dice incluso gente que no iba ni a votar: de todo lo que ha pasado hoy tomamos nota, y ni olvidamos ni perdonamos.