Mi venganza vital ha tenido música y nombres de mujeres. Como cada año, ha sido la Semana Grande de los placeres sonoros. El atropello del dios Nick Cave, el mágico homenaje de Jane B a Gainsbourg, la euforia buenrollista de mr. Lee Fields & The Expressions, el teatro shock-rock de Starcrawler, la fiesta cabaretera de Sparks, el concierto sorpresa de Los Planetas, la nostalgia 90s de las Breeders, el viaje space rock de Spiritualized, las melodías infalibles de Belle & Sebastian, el emotivo show de The Twilight Sad, el desmelene gamberro de Mujeres, la contundente belleza de Beach House, la lisergia a dos voces de Slowdive, el karaoke para ingleses de Arctic Monkeys, la locura de Za!, la sorpresa de nuevas bandas como Coals, Kelsey Lu, Kurws, Trupa Trupa... y también la decepción de unos monótonos The National, o las coincidencias horarias que me dejaron sin Charlotte Gainsbourg, Ride, Belly, Mogwai, Maria Arnal i Marcel Bagés, y tantos otros.
Tras meses buscando quedar fuera del trabajo, por fin logramos encontrarnos en el festival con Morenita Amelie. Y todo es sorprendentemente rápido. Un abrazo efusivo, beso efusivo en una mejilla, y quedarnos a medio camino de la segunda mejilla para darnos el segundo beso efusivo en los labios. Fortuito. Creo. O deseo inconsciente acumulado, quizás. Aquello que dicen de las tensiones sexuales no resueltas. Charlamos un rato, y nos vamos para Cigarettes After Sex. Bromeamos sobre nuestros respectivos constipados, y dice riendo "podríamos besarnos y no nos pasaría nada". Lo hago, y no pasa nada. Hablamos, y de fondo Greg González canta "your lips, my lips, apocalypse". Lo canto, mientras vamos a la barra a pedir. No paramos de cogernos las manos, de tocarnos, de abrazarnos. Saltan chispas, pero a pesar de la etapa introspectiva y reflexiva sobre su vida, por ahora sigue con su pareja. Aunque se irá 15 días de viaje sola, porqué así lo quiere y necesita. Yo también. Acaba el concierto, suena Françoise Hardy, y otro compañero de curro nos encuentra por casualidad, aunque en ese momento sólo estamos hablando. Él se va con las dos chicas que le acompañan, y ella dice que se tiene que ir, que trabaja al día siguiente. Yo no, que tengo vacaciones. No puedo contener nuevamente el deseo de besarla, y ella me ha dicho poco antes que también le apetece, pero me pide que por favor no le haga eso, y que hay ojos que pueden estar mirando. La acompaño a la salida, y volvemos a caer en la tentación. Le digo de vernos al día siguiente si viene, u otro día en otro contexto más tranquilo. No sé donde ha quedado ese dEsoRdeN que hasta no hace tanto tenía por ley sagrada no meterse en mitad de relaciones ajenas. Supongo que mis propios fracasos y decepciones me han llevado al ultraescepticismo y al melasudismo extremo. No es algo de lo que me enorgullezca, ni mucho menos. Prefería la ley sagrada, pero estoy en una etapa en que todo me da igual. En la vida, en general. Y en las convenciones sociales y morales, en concreto. Me estoy volviendo un kamikaze insensible. O simplemente estoy asumiendo mi parte egoísta y miserable. Esa que todos tenemos e intentamos reprimir con más o menos voluntad y acierto. O es simplemente que la necesidad continua de nuevos estímulos para sentirme vivo se va acentuando cada vez más, y es más voraz. Como una adicción, en que el yonki hace lo que sea para volver a sentir esa sensación intensa. Sí, me atrevería a decir que es eso.
Minutos después de despedirme de Morenita Amelie, me voy a dar una vuelta y a buscar a gente, y me cruzo con la mejor amiga de La Chica Del Ex Novio Imaginario... y a su lado también va ella. Paso de decirles nada. Ella no me ve, pero no tengo claro si su amiga me ha visto. Me importa bien poco. En ese momento pienso que ojalá nos hubiera visto besándonos con Morenita Amelie. Reacción visceral y vengativa, que es lo que todavía me hace sentir, sólo unos días después de su cobarde comportamiento. Quedo con La Chica Con Pelo De Chico, y paso el resto de la noche con ella y sus amigos. Cuando nos vamos en metro, le llama por video el chico riojano con el que está a distancia. Ya no me duele nuestra historia frustrada, ni tampoco esta llamada, y eso es señal de que está superada hace tiempo.
Durante el festival nos vamos escribiendo con Stones Song, que ha venido unos días a la ciudad desde Londres. Finalmente quedamos para cenar el domingo por la noche. Una velada genial. Fresca, descarada, divertida, sexy y contenta de su vida londinense. La conversación fluye, el vino baja, los cocktails de después también, y por momentos creo que aquellos besos de meses atrás tendrán continuidad esta noche. Lo deseo, pero me equivoco. Aunque le digo de irnos a mi casa, me dice que no puede ser. Una incógnita que me vuelve a hacer pensar en el triángulo de amor bizarro en el que creía estar inmerso, aunque las conversaciones posteriores me asegurasen que no. Hoy R-Ojos-Claros me ha preguntado por nuestra cita de ayer con Stones Song, y no acabo de tener claro si hay historias subterráneas que puedo estarme perdiendo. Sea como sea, no tengo tiempo de aburrirme estos últimos días, y ese es mi único objetivo en la vida ahora mismo.
4 comentaris:
Bien por ti! Planes no te faltan, así que a disfrutarlos!
Me alegro, hay historias en las que no vale la pena perder ni un segundo.
Abrazos!
Me da alegría leer esta entrada que respira pasarpágina en mayúscula. Ole tú!
Es verdad.... aquel primavera...
Yo este año, me he decantado por el Sónar... necesito un tipo de musica que no me haga pensar ;)
besos primaverales.
Seguramente sean una cortina de humo, pero ya me sirven para esconder la mierda bajo la alfombra, Aloma69...
En ello estamos, ardid. A ver si lo consigo...
Buff! Soy cero de electrónica, aunque a Thom Yorke no me importaría verle. Gaudeix!!
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