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En noches como hoy, tengo la sensación de que hay gente que se toma demasiado en serio según qué letras de Manolo Kabezabolo. Después de mil y un casos de corrupción, la precarización del empleo (quien tiene), los desahucios, la Ley Mordaza, el IVA desorbitado, los rescates a la banca, los recortes en derechos sociales, educación, sanidad o investigación científica, la Ley Wert, la absoluta incapacidad y falta de diálogo (ni voluntad de tenerlo) con Catalunya (si es que el tema no está pactado con sus amigos de Convergencia), la amnistía fiscal para sus amigotes defraudadores, la escandalosa manipulación de RTVE... más de 7 millones de lerdos han vuelto a votar al PP (como nos pasa en diSoRdErLand con Convergencia, ni más ni menos). Por si eso no fuera poco, tanto que se hablaba del fin del bipartidismo y no sé cuántas monsergas más, y resulta que el segundo partido más votado ha sido el PSOE (tanto monta, monta tanto...). Las únicas pequeñas alegrías de la noche son que Ciutadans se haya pegado una buena hostia respecto a sus eufóricas expectativas, y que Convergencia (se llame como se llame) continúe desinchándose como un globo a punto de estallar. También hace mucha gracia que ahora le llamen 'dispersión de voto' o 'pluralidad democrática' a esta situación de ingobernabilidad, cuando hace 3 meses a la misma situación en Catalunya la llamaban 'fractura social'. Sea como sea, se abre un periodo realmente interesante de negociaciones políticas para investir gobierno y presidente; y no deja de tener su gracia que la llave de todo la puedan tener los dos partidos supuestamente independentistas catalanes (lo siento, pero sigo sin creerme que Convergencia lo sea...).

No nos engañemos, gane quien gane, y se hagan las coaliciones que se hagan, ni tú ni yo ganaremos nada, ni va a cambiar nuestra vida a grandes rasgos. Tendremos que seguir madrugando y pringando igual, en el trabajo, o ante los bancos y ladrones de toda calaña. Seguiremos viviendo nuestros pequeños dramas cotidianos, regalando miseriasy egoísmos a nuestro entorno, y aguantando los de los demás. Y, por supuesto, prefiero que gane fuerza según qué partido con aires de izquierdas para contrarrestar a los de siempre; pero sigo sin creerme lo de la nueva política ni a sus líderes populistas (al menos en estas elecciones; sí que mantengo la esperanza en el partido al que voté en las últimas eleccions de diSoRdErLand, y espero que no me decepcionen en los próximos días...). Han sido probablemente las elecciones que he seguido con menos interés ni ilusión en muchos años, y por ello he intentado obrar en consecuencia con mi voto, porqué la verdad es que tampoco veo nada claro que el sistema de elección sea el más justo. Y es que, al fin y al cabo, por mucho que quiera creer teóricamente en la democracia como el sistema menos malo de todos, para un misántropo que cada vez cree menos en el ser humano, unas elecciones como éstas han sido un auténtico drama, ante el panorama desolador de propuestas que han presentado todos los partidos; desde el primero hasta el último...