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Es curioso que, por la misma regla que hace que o no te comas una rosca o te surjan 4 líos de golpe, diversas personas reaparezcan a la vez. Sea físicamente, tras 6 meses viajando; sea físicamente, tras perseguirnos mútuamente para esquivar horarios esquivos; sea con un comentario virtual; o sea con un mensaje de whatsapp para poner fin a esos extraños silencios que llegan tras enfados, malentendidos, orgullos, egos y demás estupideces del ser humano. Sea de una manera o de otra, el suave-oscilante invierno se va pintando con cierta gracia...

L de Lesbiana ha vuelto contenta y guapísima del sudeste asiático. Sin mochilas previas, pero con dudas o incertezas similares a las que desprendía antes de irse. Incluso alguna carencia que no ha arreglado. A la luz de la vela, con esa camisa de cuadros azul, su talla XS, y dos cervezas, me sigue despertando sentimientos contradictorios, oscilando de sexo a cerebro como un columpio asesino. Cuando se va, mi plan es tremendamente atractivo: sofá, pijama y libro de Kim Gordon. En esas estoy cuando, sobre las 23:30h, Amapola aparece embriagadora y embriagada por un rico vino tinto, tentando a la suerte de una noche de lunes de aspecto anodino. Y me lo pone tan fácil que no digo que no, porqué ya hace tiempo que nos buscamos y hemos venido a jugar. Vuelta al María, donde en la barra, tomando algo, veo a una de las camareras del Sidecar. Entre conversaciones de ponernos al día las almas gemelas, van apareciendo personajes de diSoRdErLand: que si un Flowers nostálgico preocupado por qué dicen los demás y vendiéndonos sus habituales calendarios (y nos quería colar DVD y calendario grande a 15 eurazos cada uno, el tío...), que si el paki de los refranes y las rosas que siempre me saluda (y que debe flipar, porqué siempre me encuentra con una dEsoRdeNada diferente)... dos copas después, está cantado que mi negativa inicial al Moog (dEsoRdeN hates electronic) va a ser un 'sí, quiero'. Quién puede resistirse a una tirada de dados, o a otra noche alocada con mrs. Domingo? (Que allí ella esté como Pedro por su casa y nos inviten a TODO también me ayuda a decidirme...). 

La cabina, junto a DJ SeñoR de Domingo, es palco de lujo para comprobar la erótica del poder. Pajaritas, pájaras y pajarracos sobrevuelan el nido que hace ruido; aunque, será por la compañía, o porqué tengo el alma abierta, lo soporto mejor que otras veces. En la sala de arriba incluso empatizo musicalmente, mientras una rubia atractiva con rastas me mira y revolotea, y un tipo pasado de vueltas aparece a mi espalda y empieza a meterme mano o a hacerlo ver. Volvemos a bajar, y Amapola cree que un tipo en la barra que no se parece en nada a Harvey Keitel se parece a Harvey Keitel. El tío se descojona cuando ella se lo dice. Volviendo a la cabina, dos lolitas se enrollan, y una de ellas que va pasadísima de vueltas luego se lía con el mulato de la boina y el cumpleaños. Otra chica con gorra yankee baila y gesticula como un hip-hoper, y nos reparte abrazos y deseos de felicidad, además de hacernos fotos. Mientras Amapola graba videos desde la cabina, salgo a bailar fuera y le robo dos besos mal dados a una morena bajita que dice que su amiga está loca. A las 5h la música cesa, se abren las luces y se cierran los corazones. Nunca había visto la sala vacía y con luz. Lo dejan todo mínimamente adecentado en 5 minutos y nos vamos al metro. Ha sido una gran noche, por inesperada, por improvisada, y por el deja vu de una época dorada en el pasado reciente dEsoRdeNado, que quizás hubiera podido ser presente, de no ser por torpezas y miopías...

PD: Sigo enganchadísimo obsesivamente a Les Sueques...