NigHtwaLks

Anoche me volví a sentir solo después de mucho tiempo. Nada que 11 horas de sueño y un día dedicado completamente a mí mismo no puedan arreglar. Pero no deja de ser como un deja vu; como una vuelta a un punto que parecía haber quedado atrás. Como si los satélites que todos tenemos se me hubieran salido de órbita y me hubiera quedado atrapado en un inmenso agujero negro de oscuridad y silencio. Cuando llegué de trabajar, y tras un plan frustrado, no me apetecía quedarme en casa, así que salí a dar una vuelta a airearme, pensar y disfrutar de la noche. Pero la noche no se dejó disfrutar, porqué hacía frío, y viento, y hubo un ataque de polen a traición. Y todo estaba vacío, y en cada bar me parecía verme por dentro. La masa lejos, de vacaciones, y yo sintiéndome la Scarlett de 'Lost In Translation' en mi propia ciudad, pero sin curvas de vértigo ni labios no aptos para golosos de la carne. Pensando en las locas que han quedado atrás, las que nunca fueron y las que podrían haber sido si uno no fuera tan gilipollas. Sentirte atrapado en tu propio mundo es ciertamente angustioso e inquietante. Miras, oyes, tocas las paredes buscando una puerta o una ventana de aire fresco con cara bonita y alma excitante. Y confías en la intuición y el azar para que desaparezca esa sensación laberíntica; o te distraes leyendo a mr. E, quizás por aquello del 'mal de muchos...'. Viendo el panorama, quizás tenga que empezar a admitir que me gustaría que apareciese alguien que me haga perder la cabeza más de lo que ya está de por sí...