La feStA MéS boNiCa dE ToteS Les FeSTes qUe eS FaN i eS dESfaN!!

A pesar de las nubes que filtraban el sol, hoy la ciudad estaba radiante y terriblemente bella, con ese frenético hormiguero de princesas luciendo orgullosas sus rosas, y caballeros con sus libros bajo el brazo. Quien no haya vivido nunca un Sant Jordi por el centro de Barcelona no se puede llegar a imaginar la exhuberancia de esta fiesta tan maravillosa. La más preciosa que hay en el mundo, con esa mezcla de amor, literatura, sentimiento nacional y vida. Mucha vida. Pasear por Les Rambles es una prueba de fuego para la paciencia de cualquiera en un día como hoy, en que los relojes están prohibidos y todo el mundo parece feliz. Una jornada en que estoy convencido que, además de rosas y libros, debe de ser el día del año que se venden más preservativos en diSoRdeRlaNd. No entiendo como ningún medio de comunicación no ha hecho ningún reportaje al respecto...

Mi Sant Jordi lo he compartido con las que, probablemente, sean las dos mujeres a las que más quiero en el mundo: por la mañana, con mi E platónica, que siempre es una buena manera de empezar el día, entre rosas, sonrisas, paseos, y absorbiéndonos el uno al otro con esa complicidad que nunca perderemos; por la tarde, con mi madre, que como cada año se ha emocionado como una cría. Me fascina esa capacidad emotiva y esa ingenuidad encantadora que mantiene dentro suyo como si tuviera 15 años. Y que no cambie nunca, aunque eso le haga más vulnerable ante el horrible dragón que amenaza cada día nuestras vidas de príncipes y princesas de cartón piedra...