...el viernes fue un día tenso con final feliz (o, al menos, satisfactorio) con ella. Yo acumulaba en la mochila su distancia de las últimas semanas y la sensación de que me estaba esquivando, y el hecho de que no me preguntara por cómo me había ido un evento que monté y al que no vino fue la gota que colmó el vaso. Mi rallada era importante, y como mi quijotera se retroalimenta a sí misma en sus cavilaciones, llegó el viernes a flor de piel. Al llegar al trabajo ella vino hacia mi sitio a saludarme y preguntarme cómo me había ido la semana, y mi cara y mi tono seco hicieron evidente que estaba molesto. Ella se quedó un poco cortada y preocupada y me preguntó si estaba bien, y le dije que deberíamos hacer una cerveza un día para charlar con calma. Se quedó tan preocupada que me dijo de hacerla al salir, ese mismo día. El día se nos hizo largo y tenso a ambos, y cuando por fin llegó la hora de marchar, nos fuimos hacia un bar cerca del trabajo.
Le expliqué que estaba rallado porque la veía muy distante las últimas semanas. Le dije también que tenía la sensación de que me estaba esquivando, que me había dicho que no a quedar todas las últimas veces que le había propuesto algún plan, que ella ya no me proponía de hacer nada, que ya no me explicaba nada y que me tenía que enterar por terceras personas de cosas que le habían pasado en el curro, y que tampoco se interesaba por mis cosas y me había flipado negativamente que ni me hubiera preguntado por el evento susodicho al que la había invitado previamente. Aunque me admitió que quizás sí podía estar más distante en general (no específicamente conmigo) y que últimamente no había hecho gran cosa y le daba algo de pereza bajar hasta la ciudad (tiene 1 hora de camino en coche), me aseguró que no me estaba esquivando. Que quizás simplemente había coincidido que mis últimas propuestas no le iban bien, pero que no había ninguna intención esquiva suya al respecto. Que las cosas que no me había contado eran simples cuestiones de trabajo y no le había dado importancia (aunque acabó llorando dos días en el curro y yo me enteré por otras personas), y que pensó en preguntarme por el evento en cuestión pero se le había ido completamente de la cabeza. Y también me aseguró que sí que confía en mi, cuando le dije que tenía la sensación de que no era así.
Sus explicaciones me dejaron algo más tranquilo porque me parecieron sinceras, aunque no deje de generarme cierta insatisfacción la constatación de que no me tiene tan presente en su vida como la tengo yo a ella. Pero la cerveza y la charla me dejaron bastante aliviado, más que nada por el hecho de haberme quitado de encima y compartido mi preocupación, y haber podido hablar con calma del tema como dos personas adultas. Sea 100% cierto o no todo lo que me dijo (que quiero creer que sí), la verdad es que me sirvió para quitarme la sensación de mierda de la cabeza, y recuperar cierto sentimiento de proximidad con ella. El abrazo y los besos reconciliadores me provocaron también un alivio y calma interior (me habría quedado así abrazado un par de vidas), si bien sigue quedando ese poso amargo de historia que no es como uno quisiera. Poesía imperfecta. "That's not a way to say goodbye..." dijo ella. "...cause I don't wanna say you goodbye, but just until tomorrow", repliqué yo.
Durante la semana también hubo tiempo para cenar en un venezolano en triple buena compañía, ir a hacer fotos a la mani feminista y alguna cerveza posterior, cenar en casa de mis padres, o cagarme en los pulmones del vecino subnormal egoísta que me despierta cada puta mañana cuando sale a fumar y toser como un perro al patio bajo mi dormitorio (a pesar de haberles pedido ya un par de veces muy educadamente que no hagan ruido por la mañana, cuando ejerzo mi derecho al descanso). Este tema me tiene muy encendido, y en la próxima reunión de vecinos que tenemos que hacer en las próximas semanas quiero volver a sacarle el tema. Y si siguen sin hacer caso, pasaré a la acción, y me importará bien poco tocar las narices tanto como haga falta. Soy encantador cuando me tratan bien, pero como me toquen mucho los cojones me puedo convertir en un tipo obstinadamente tocahuevos y vengativo.
Mañana tengo previsto ir con R-Ojos-Claros a una fiesta privada de aniversario de una conocida sala de la ciudad a la que me han invitado. Ya es mala folla que coincida con el concierto de Lee Ranaldo que se ha anunciado en las últimas horas y al que me habría apetecido ir. El viernes he quedado con La Chica Con Pelo De Chico para cenar y, si la engaño, a una fiesta de los 90s que hacen en otra conocida sala de la ciudad. El sábado llega Stones Song de Londres para pasar 4 días por diSoRdErLand, y ya hemos dicho de vernos. Y la cosa estrambóticamente dEsoRdeNada de los últimos días me ha pasado con Tired Nurse. Tras semanas escribiéndonos y también ir a cenar alguna noche, el otro día la invité al mismo evento que decía al hablar de La Chica Del Exnovio Imaginario. Pero el whatsapp no le llegó. Le escribí días después para saber cómo estaba... y el whatsapp tampoco le llegó. Mi primera intuición fue que el móvil se le había estropeado o se lo habían robado. Y esta teoría ha ganado cuerpo esta noche cuando me he dado cuenta de que ambos whatsapps le han llegado al fin, pero no los ha visto y su foto de perfil de whatsapp ha desaparecido... ¿¿?? Se admiten apuestas...
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