"Una vez más volvía a empezar de cero. Resulta tedioso, aburrido y sobre todo doloroso tener una vida así, en la que estás recomenzando una y otra vez. Siempre he oído decir que hay que empezar de cero. Que hay que caerse, luchar y levantarse. Cuando uno lleva así tanto tiempo, lo cierto es que las únicas ganas que tienes son las de quedarte en el suelo y no hacer nada. Sobre todo cuando me veía totalmente solo y con mil preguntas que nadie podía responderme...". No sé si hacen falta cuatro millones de golpes como los de Éric, pero es verdad que llega un punto en que parece que no duelan. Y que todo se vuelve tedioso. Y te preguntas qué narices estás haciendo con tu vida. Es una especie de estado de insatisfacción perenne, y tiene el peligro que incluso las cosas disfrutables se conviertan en rutinas que no eres capaz de disfrutar. Te dejas llevar por impulsos que te traicionan, y ya casi ni te importa, porque casi nada te preocupa lo más mínimo. La sensación de aislamiento te da ganas de aislarte todavía más. Es un bucle de dependencia de lo que no tienes. Como una sala de espera de la depresión, pero en que nunca llega el momento de pasar adentro. Desconozco si por resistencia, por cobardía, por orgullo o por dignidad. O quizás sea pura actitud rebelde de decir que por muchos esfuerzos que hagáis por hundirme en el pozo, no me voy a dejar tan fácil. A veces me gusto, y a veces me disgusto. Pero sé que eso le pasa a todo el mundo. Incluso a los que parecen intocables, y aparentan plenitud y máxima felicidad. Sé que todo sería más sencillo con menos sensibilidad y menos complejidad mental. Quizás también haya exceso de sentido crítico, que es algo muy recomendable, pero mejor dosificado. No sé lo que es, pero tanto dEsoRdeN resulta francamente agotador.
dimecres, 14 de març del 2018
cONfuSiOn iS MeSs
"Una vez más volvía a empezar de cero. Resulta tedioso, aburrido y sobre todo doloroso tener una vida así, en la que estás recomenzando una y otra vez. Siempre he oído decir que hay que empezar de cero. Que hay que caerse, luchar y levantarse. Cuando uno lleva así tanto tiempo, lo cierto es que las únicas ganas que tienes son las de quedarte en el suelo y no hacer nada. Sobre todo cuando me veía totalmente solo y con mil preguntas que nadie podía responderme...". No sé si hacen falta cuatro millones de golpes como los de Éric, pero es verdad que llega un punto en que parece que no duelan. Y que todo se vuelve tedioso. Y te preguntas qué narices estás haciendo con tu vida. Es una especie de estado de insatisfacción perenne, y tiene el peligro que incluso las cosas disfrutables se conviertan en rutinas que no eres capaz de disfrutar. Te dejas llevar por impulsos que te traicionan, y ya casi ni te importa, porque casi nada te preocupa lo más mínimo. La sensación de aislamiento te da ganas de aislarte todavía más. Es un bucle de dependencia de lo que no tienes. Como una sala de espera de la depresión, pero en que nunca llega el momento de pasar adentro. Desconozco si por resistencia, por cobardía, por orgullo o por dignidad. O quizás sea pura actitud rebelde de decir que por muchos esfuerzos que hagáis por hundirme en el pozo, no me voy a dejar tan fácil. A veces me gusto, y a veces me disgusto. Pero sé que eso le pasa a todo el mundo. Incluso a los que parecen intocables, y aparentan plenitud y máxima felicidad. Sé que todo sería más sencillo con menos sensibilidad y menos complejidad mental. Quizás también haya exceso de sentido crítico, que es algo muy recomendable, pero mejor dosificado. No sé lo que es, pero tanto dEsoRdeN resulta francamente agotador.
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2 comentaris:
Agotad@s estamos.
La inacción en contra de la acción que muchas veces sólo agota y no lleva a ninguna parte.
Lo que sea que tenga que venir ya vendrá.
Al final todo se va colocando en su lugar, no sirve de nada querer forzar las situaciones.
El cansancio es necesario para dejar de girar en la rueda como un ratón.
Muchas veces EL AISLAMIENTO ES UN DON, como decía el gran escritor alcohólico BUKOWSKY.
Saludos.
Bukowsky era un grande...
salut!
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