El puente me ha servido para gozar de un fin de semana libre (el primero del año?), y he aprovechado para quemar la noche. Tres noches de cuatro, concretamente. Lo necesitaba com el aire. Antes le decía a La Chica Con Pelo De Chico que no cambiaría mi actuales horarios laborales por nada del mundo, pero son una gran putada para mi vida social. Y hasta que no puedes disfrutar de un fin de semana libre, no recuerdas lo que te estás perdiendo. Es uno de mis mayores puntos de conflicto o insatisfacción vital ahora mismo. Entre semana me cuesta horrores encontrar cómplices para vivir, y eso limita y condiciona un montón. Y te hace sentirte atrapado, o asfixiado por momentos. Y más a mi, que me encanta bailar, o las conversaciones nocturnas, o los personajes que te encuentras y van apareciendo y desapareciendo, las historias inciertas, o los giros de guión de una noche que empieza de una manera o con unas expectativas y acaba de manera totalmente inesperada.
La de anoche es de las de recordar. Bueno, de hecho empezó a media tarde, porqué Bailarina de Burlesque nos había insistido desde hacía tiempo con el 'Ven Tú', una fiesta gratuíta que hacen en Apolo en domingo tarde, rememorando las discotecas de preadolescencia (a las que, por cierto, nunca llegué a ir). Eso de quedar con sol y calor se hizo extrañísimo, y me sentí bastante descolocado. La fiesta en sí fue una mierda en los... 20 minutos que aguantamos? Cuatro de nosotros nos escapamos para cenar algo, y al volver había tal cola que ya fue imposible volver a entrar. Cosa que, dicho sea de paso, tampoco nos provocó ninguna gran pena. Empezamos a pasear hacia el Raval, y como dos de ellos no habían estado nunca, nos fuimos al encantador Marsella a beber absenta. La más fuerte está prohibida, y la que te sirven aquí está rebajada con el ritual del azúcar, el agua y el fuego. Recuerdo haberla bebido hace años en el London con E-Platónica, en nuestra época de máxima efervescencia. Un vaso fue suficiente para comprobar por qué tantos poetas y artistas usaban la absenta para encontrar a las musas...
...por si fuera poco, seguimos nuestra ruta bohemia hacia otro mítico bar: el Pastís. Entrar allí es como coger la máquina del tiempo y aparecer un siglo antes. La estampa nada más entrar ya nos preparaba para los momentos de encantador surrealismo decadente que nos esperaban: en la barra, ese dueño que se gasta una mala hostia considerable. Al otro lado, un señor mayor bebiendo un gin-tonic, que luego nos enteramos que era un doctor de la zona alta de pastón considerable. En el otro extremo de la barra, una mujer de unos cincuenta y largos teñida de rubio, minifalda y medias a la que se iluminó la cara al vernos entrar, y no paraba de mirarnos y sonreírnos. Todavía no tengo claro si era una solterona en busca de carne fresca, una prostituta, o la mujer de alguno de los dos músicos que amenizaban la velada de este tugurio lleno de mil y un detalles en los que fijarte: recortes, fotos, discos, mensajes de tono libertario y cortante (me encantó el 'Refugees Welcome, Erasmus Go Home'), referencias a París, un retrato de Marlene Dietricht... las canciones, el speech que se marcó el señor mayor, sus sollozos cuando le tocaron 'Strangers In The Night', la música francesa que sonó al acabar la actuación... todo ese momento fue como caer por un embudo espacio-temporal donde la vida adquirió un seductor tono decadente, pero genuínamente auténtico. Me sentí enormemente feliz de habernos quedado sin poder volver a entrar al Apolo y estar viviendo aquello...
...aunque lo de acabar es un decir, porqué habíamos empezado todo tan pronto, que no era ni la una, y aparecieron refuerzos del Apolo, mientras perdimos a algún primer desertor. Quisimos completar el hat-trick de bares con solera yendo al Kentucky, pero estaba cerrado. Así que optamos por volver a nuestra normalidad musical dirigiéndonos al Manchester. Allí volvió a haber cambio de cromos, con tres tránsfugas y la reaparición de R-Ojos-Claros y su exhuberante y loquísima amiga con nombre de canción de los Stones. Eran los ingredientes que le faltaban a esa noche surrealista para seguir escribiendo párrafos a su historia. A falta de la Chica Con Pelo De Chico, que tras el Apolo se fue directamente para casa, en esta extraña fase de cierta actitud esquiva provocada por su guerra civil interna que me tiene que explicar un día de estos. Me temo que pueda tener que ver con la hipotética reaparición de un capítulo sentimental que se suponía cerrado. Es pura suposición intuitiva, pero es que no logro encontrar otra explicación a su cambio de actitud tan radical hacia mi en estos últimos 10 días en que nos hemos visto varias veces y la he sentido tan distante.
Sea como sea, con el fluír de las musas y los licores nocturnos, del Manchester nos encaminamos hacia Plaça Reial, y una vez allí ya veríamos hacia qué local decantarnos. Y supongo que el karma nos dirigió hacia el ídem, porqué no podía ser de otra manera en una noche así. Hacía tiempo que una chica no me despertaba deseos tan animales como la exhuberante Stones Song, y aunque nos dejó caer mil y una veces durante la noche que tenía novio, nos llevábamos un juego tan evidentemente pícaro que le dije claramente que ¡ay si no lo tuviera...!, tras ella explicarme su dieta de verduras y gimnasio y perfilar con sus manos su escultural silueta. Me invitó a una copa pero a cambio me hizo compartir el maldito jarabe de las lagunas mentales. Y no uno, sino dos. Bailamos los 5 supervivientes como si ni hubiera mañana, y también estuve flirteando con una joven morena que acabó con un tremendo chichón cuando, rato después, un borracho descontrolado la aupó a las espalda y la empotró contra la pared, desequilibrado y descontrolado. Pobrecilla... ya en les Rambles, apareció de no sé donde una sudamericana que quiso darle un beso a Stones Song diciendo lo guapa que era; y ante nuestras risas, esta secundaria por sorpresa remarcó una y mil veces que no era lesbiana, y que tenía un novio que la dejaba satisfecha 15 veces seguidas... conversaciones surrealistas de una noche surrealista que estaba a punto de llegar a su fin, con una última foto de recuerdo. Ya en casa, sólo faltaba deshacerse de los restos del jarabe de las lagunas mentales, y también de recuerdos y deseos libidinosos, y dormir plácidamente.
Las noche de jueves y viernes también habían dado de sí, y el cuerpo pedía tregua y bandera blanca. Pero las pilas estaban recargadas. Aunque volver a visitar las noches dEsoRdeNadas tenga ese punto agridulce por volver a echar de menos toda esa vida sacrificada a cambio de otros privilegios. La situación perfecta no existe, y supongo que será cuestión de meter mano a todo lo que te presente la vida en cada momento y disfrutarlo al máximo. Siempre será más provechoso que perder el tiempo llorando y lamentando las magníficas cosas y momentos que no podemos disfrutar...
2 comentaris:
No acabo de entender una cosa. A los Special Olympics??? Te refieres a lo que sucedió en Barcelona 92 después de los juegos olímpicos y paralímpicos??? La cuestión es, qué paso?
Jaja! No, no, mucho más simple: servidor tenía clarísimo que la mili la iba a hacer la puta madre que parió al ejército, y como quería quitarme el marrón lo antes posible, opté por la objeción de conciencia sin pedir prorrogas ni nada. Me tocó en Special Olympics, y cuando se supo lo del festival y pedí fiesta para ir... me la negaron. Un año aprovechándose de mi tiempo y mi trabajo gratis, y me lo negaron. Puedes imaginarte el enorme odio que sentí entonces (y que sigo sintiendo hoy)... por el año que me robaron, y por esa enorme experiencia vital que también me hurtaron. No se lo perdonaré NUNCA.
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