La rueda no para, a veces casi sin querer, pero ya está llegando un momento en que va sola. Antes pensaba que creo haber encontrado ese punto de aire que me estaba agobiando tantísimo a finales de la pasada temporada. Sigo haciendo cosas y no tengo tiempo para aburrirme, sí, pero también encuentro huecos para mi y mi vida social que tanto estaba dejando de lado. Anoche, en plena chispa etilíca post-In Edit, estuve a punto de explicarle a L de Lesbiana los sueños que tuve con ella antes del verano, y la sensación agradable que me generaron. Pero esa manía de estar más pendiente del móvil que de la conversación me frenaron. Son estas cosas las que no acabo de ver claras con ella; tenemos muchas cosas en común, hablamos cada día, nos vemos varias veces a la semana, y estamos en situaciones relacionales similares, y hay momentos que tengo tentaciones. Pero luego otras cosas o actitudes me frenan. Si no tuviéramos proyectos en común sería más fácil porqué me daría igual, pero no quiero perder lo que estamos haciendo crecer a pasos agigantados en los últimos meses. A todo esto, La Chica Con Pelo de Chico también sigue bastante presente, y aquí sí hay una reciprocidad más clara, aunque también terceras personas pululando alrededor. Bueno, de hecho, yo también tengo otros satélites abiertos, y ya me está bien así, aunque siga la máxima de desear lo que no tengo. Los humanos somos raros de cojones. Mañana entrevistamos a un artista que no me gusta nada, y eso es toda una prueba de fuego. Sacrificios de hacer cosas en equipo, y que ya sabía que me iban a costar horrores de buen principio. Siempre he dudado del trabajo en equipo, porqué coarta la libertad individual y no la deja desplegarse en toda su magnitud. Es obvio que, si en vez de ser tres, fuera yo sólo, haría muchas cosas de manera muy diferente. Y esas renuncias me cuestan de asumir. La única ventaja que le veo al trabajo en equipo es el hecho de repartir la faena, pero uno nunca podrá expresarse al 100% en cuestiones colectivas, a no ser que estén muy delimitadas y diferenciadas las tareas de cada uno. Soy individualista convencido, y dudo que vaya a cambiarlo. Anoche vimos el documental de Blur y hoy he ido a 'The Blank Generation'. Mañana tengo sesión doble. Ojalá este festival durase todo un mes. No me cansaría jamás de ver documentales musicales ni de leer biografías de músicos. Supongo que me hacen imaginarme vidas y experiencias fantásticas que también me habría gustado vivir. Dejar marca en los demás debe ser la leche...
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