pAraíSos aRtiFiciALeS (¿eStE tíTuLo No Lo hAbíA puEStO yA aLguNa VeZ? ¿PuedE qUe Me RePitA MáS qUe eL aJo?)

Huí de la realidad el viernes. Ni la asquerosa lluvia consiguió malhumorarme, porqué me iba a encontrar con hermano-ficticio-E y con amigo-secuestrado-por-novia-maligna-H para ver por fin al grupo/droga al que me enganchó Canadian J hace poco más de un año: Eels. David Trueba y Ariadna Gil decidieron copiarnos el plan, pero ya no me indigno, porqué ser un líder de masas tiene estas cosas. Mientras gozaba de un intenso orgasmo auditivo durante el conciertazo, admito que me imaginé en tamaño gigante orinando sobre el edificio de la empresa donde trabajo, para acabar aplastándolo como quien mata un bicho molesto. Cosas de haber visto Godzilla en la adolescencia, supongo, aunque en remake dEsoRdeNado. Seguí el plan de escapismo a la mañana siguiente. Lo primero que me encuentro al subir al AVE, una chica cuya cara me suena con vestidito ye-yé y el libro de mr. E sobre la mesa. Dudo si preguntarle si estuvo anoche en el concierto, o si va a ir al de ese día en Madrid, o incluso si hará doblete. Pero tampoco quiero agobiarla o que se piense que soy el típico plasta que quiere ligar con cualquier excusa barata. Eso sólo suelo serlo en noches de dEsoRdeN extremo. Durante el trayecto habla por teléfono y su voz superfrágil también me suena. Y cuando llegamos y baja una guitarra del portamaletas se me enciende la luz: joder, claro! Es Alondra Bentley, telonera de Eels la noche anterior. Charlo con ella unos minutos, le deseo suerte en el bolo de la noche, y ella me desea que disfrute del show de Los Soberanos. La Chica-Bisagra-diSoRderLand-Madrid se va, y el tiempo se acelera. Es lo que tiene normalmente el cóctel dEsoRdeN-Pueblópolis...

Dejo la maleta en la habitación y ante la incomunicación telefónica me bajo a recorrer las tascas de La Palma. No falla. Mis amigos y Los Soberanos están en El Maño. Tapitas, primeras cañas, y siesta. Hay que coger fuerzas para lo que nos espera. Prueba de sonido, risas y el clásico preconcierto Bodegas Rivas. Españolismo exacerbado que me da algo de alergia, pero buenas tapas y cañitas de calentamiento. Milin y amigo J, y pa'l Siroco falta gente. Estar en la lista siempre queda bonico. Primer JB&Cola de un número indefinido que está por llegar. Concierto divertido y muy apañado, sobretodo tras haber oído la prueba de sonido previa. La Nena en versión light y noviete. Echo de menos a las que faltan. Morena tatuada y con flor en el pelo. Pues va a ser que no es quien pensaba que era. Me río por dentro, y ya puestos, también por allí me sigo remojando. Caos de gente de aquí y de allí. Soberanos borrachos. Mi amigo J me presenta a una chica con vestido ye-yé, que me coge del brazo y me secuestra escaleras abajo. ¿Qué está pasando? Una flor en pelo rubio, y alucino con las conexiones de gente que nunca hubiera imaginado que se conocen entre sí. Besos belloteros, charla bellotera, risas belloteras, tequilas belloteras... y lo que haga falta. Bad boy. Bad girl. No sé quién narices los cría, pero ellos se juntan. Yo también soy un Drácula ye-yé. Ex-novios, lavabos, sms, paseos nocturnos, puertas que se resisten... me encantan las noches de caos que acaban con una gran sonrisa y ecos de mucho dEsoRdeN.

No hay resaca, pero sí fatiga. Sobra trabajo y falta voz. Pero hace un sol radiante y estoy a 600 km. de casa, que son excusas como cualquier otra para quedar para comer en La Latina. Pollo, queso súpercurado, sobremesa de sofá y vinilos, y perspectivas robadas. Paseo al Calderón. Meneo y victoria, aunque un animal desbocado nos deja con mal sabor de boca y al pobre Leo con un tobillo del tamaño de un melón. Charlas telefónicas belloteras, deja vus teenagers, delicias chinas y Trufito, y TV desde la cama. Rebentado en cuerpo, aunque no en alma. Despierto a una tinerfeña, y me voy a Atocha. Empalmo dos calabazas, y se pone a llover en Sol. Amor de Dios. Entrecot. AVE de vuelta, y en 4 discos me planto en diSoRderLand again. Más lluvia y tercera calabaza del día. No encuentro cómplices para las Rrrrocky Mondays del Sidecar, y debe ser una señal: el paraíso queda atrás, y vuelve la realidad. Aunque ningún mediocre con corbata y americana nos pueda quitar ya lo bailao estos días añadidos a nuestro curriculum...