cuÉNtaMe 1 CueNtO (#1)

Ángel Bonachón sale de fiesta con sus afables amigos. Cenan en un vegetariano. Beben agua natural, mientras recuerdan el último fin de semana en el campamento de voluntarios para reforestar el bosque. Esta noche Ángel está animado, y casi decidido a decirle a María Casta que le gusta, y que si quiere ir a ver amanecer en la playa. Por ello, se atreve con dos cocktails dulzones que entran muy bien y le ayudarán a deshinibirse. Todo es psicológico, porqué no llevan alcohol. Cuando llegan a la discoteca, a Ángel se le empañan las gafas, como siempre le pasa en estos casos. Como se siente ridículo y no quiere que le vea María, decide irse al lavabo a lavarse la cara y pasarse un poco de papel por las gafas. Cuando va a llegar a la puerta, choca con una chica que sale atropellada del lavabo de mujeres. Las gafas salen volando y los vidrios se resquebrajan. Esa chica sería preciosa si no fumara, piensa al levantar la cabeza y adivinar la figura de la voluptuosa chica que viste de forma estrafalaria. Ella le dice que no se preocupe, que le va hacer ver todo con una claridad que no conoce hasta ahora, y sin necesidad de lentes.

Ángel Bonachón se despierta con una dolor de cabeza terrible. No recuerda casi nada de la noche anterior, pero huele a perfume de mujer. En el suelo ve dos condones usados, y cuando va al lavabo se da cuenta que su prepucio está pegajoso. El aroma le excita y decide masturbarse. Se ducha y baja a comprar el diario. Al volver a casa y ponerse a almorzar lee que una banda de la mafia rumana transplanta cerebros de criminales a pobres desalmados a los que secuestra de manera express para convertirlos y tenerlos a su entera disposición delictiva. "Esas historias son inventos que no creería ni un niño de 5 años", piensa para sí mismo, mientras limpia la sangre de las paredes, tira bragas y sujetadores rotos a la basura, y contempla extasiado cómo actúa la cal viva sobre los despojos de morada carne humana que se amontonan en la bañera.