Hoy escribo por rutina, mientras muero de sueño. Con lo que yo he sido. Últimamente todo tiene que ver con el paso del tiempo y da vértigo. Como si la puerta que estoy a punto de cruzar fuera un punto de inflexión y mi vida anterior no fuera a volver a repetirse. No hay vuelta atrás ni nunca la ha habido, pero cuanto más avanzas más miedo da asumirlo. Nunca he tenido problemas con esto de la edad o el paso del tiempo, pero hay señales inequívocas de que esto va en serio. Empezando por quien más te quieres, que son el preludio de uno mismo. El prólogo de tu propia historia convirtiéndose terriblemente en epílogo y rellenando ese libro que ya poco tiene de blanco. Todo está en la cabeza, pero el cuerpo también hace, por muy joven que te sientas. Nunca me han gustado los cambios, pero son irremediables y siempre parece que vayan a ser a peor, ni que sea al principio de la mutación. Y no, no voy a caer en la tentación facilona de poner el trilladísimo 'Changes' de Bowie...