dijous, 31 d’octubre del 2019
sOViNt
dimarts, 29 d’octubre del 2019
...teAR uS aPArt
La teva presència és un carrusel d'emocions i sensacions d'intensitat elevada a l'escala Richter. Van des de l'eufòria i l'excitació fins a la més gran de les frustracions i impotències. No hi ha massa lloc ni moment per a termes mitjos. I és cert que sempre m'he sentit més còmode en els extrems, o com a mínim més viu. Tu em fas sentir viu, d'això no hi ha dubte. I vull pensar que jo et provoco coses similars, i que si en el fons t'estàs obrint tant a mi i em reveles les teves pornografies emocionals serà perquè em dones certa importància o relevància o significat en la teva vida. Però vida també és dolor, i això és quelcom que també associo a tu. I no tinc clar si això hauria de ser així. No trobo l'equilibri, però potser la clau de tot està en el desequilibri. Ahir llegia un elogi del caos i els avalots amb el que estic molt d'acord. L'ordre i l'equilibri són conservadors, i no permeten l'aprenentatge ni l'evolució. És en el moments d'efervescència i desordre on tot canvia, i segurament necessiti aquesta agitació per alterar l'ordre de les coses i d'una realitat que no és la que jo vull. Gairebé mai la realitat coincideix amb els meus desitjos. Suposo que tampoc amb els teus. Et plantejo una batalla de desitjos i sé que tinc les de perdre, però em van els reptes i les situacions que requereixin d'heroicitats. En el fons sóc un estúpid romàntic amb necessitat d'estúpides utopies en les que no crec. Una més de moltes contradiccions. Tu ets la meva contradicció preferida, això també ho tinc clar. No ets ni sí ni no, sino més aviat el contrari. Trobar-te en aquest garbuix és com trobar la famosa agulla en el paller. Que, com tantes altres coses, no tenim la certesa que existeixi, perquè dubto que ningú hagi estat capaç de trobar-la...
dijous, 24 d’octubre del 2019
SoNRisAs y LágRiMaS
"Se nos han acabado las sonrisas", reza una pintada en esta semana tumultuosa, dentro y fuera. Fuera, la cosa también está que arde. Literalmente. La situación es gravísima, y siento una mezcla de pena y asco por la gente que opina a cientos de quilómetros de distancia sin tener la más mínima idea de lo que pasa aquí. Opiniones basadas en el monorelato interesado que les ha llegado desde el Ministerio de Propaganda en que se han convertido los medios oficialistas. Lo bueno de vivir aquí no es sólo tener también la visión contrapuesta de la propaganda propia, que por supuesto que la hay. Viendo las historias de los unos y los otros te podrías llegar a hacer una idea aproximada, buscando un punto intermedio. Pero la gran ventaja de vivir aquí es que tú mismo ves, vives y sufres lo que ocurre. Y seguramente tenga poco que ver con lo que llega a cientos de quilómetros de distancia. Siempre hay excepciones, y ahí tenéis a medios como El Salto, La Marea, Público o similares, donde encontrar visiones interesantes y verosímiles de una realidad tremendamente compleja. La verdad nunca está en el blanco y negro, sino en los matices. Y esta historia tiene muchísimos matices, que van infinitamente más allá de esas historias de parvulario simplista de buenos y malos que ofrecen la gran mayoría de medios adscritos al Régimen y los verdaderos culpables de toda esta gran obra de teatro que, ahora sí, tras años de echar gasolina irresponsablemente, se ha convertido en un conflicto social y de orden público. Lo que querían, vaya. Culpables que, en el fondo, no son más que marionetas que bailan al son de intereses que van mucho más allá: irresponsables, mediocres, orgullosos, cobardes... sí, hablo de los políticos.
Si miras las televisiones o los principales diarios estatales, parece que Barcelona y otras ciudades catalanas sean estos días el Ulster, y que hordas de terroristas organizados estén atacando a la policía (cuando veo la victimización que se hace de los cuerpos policiales en algunos diarios y televisiones, o el sonrojante recibimiento que les hacen pandas de paletos manipulados a su vuelta como si fueran héroes de guerra, me pongo de muy mala leche). Es obvio que la pasada semana todos vimos imágenes en mi ciudad que no recuerdo desde el 15M. Por aquél entonces se acusó a policías infiltrados de provocarlos, mezclados entre los 'indignados' que protestaban pacíficamente. Este mismo debate ha vuelto a abrirse estos días. No es ningún secreto (y de hecho hay unos cuantos videos en twitter que así lo demuestran) que hay policías infiltrados en todas las manifestaciones. Aquí también los ha habido. Aseguran también que anarquistas y antisistema han aprovechado las aguas turbulentas para mezclarse por allí enmedio y liarla un poco. Ni lo sé ni lo he detectado, así que tampoco pongo la mano en el fuego (nunca mejor dicho...), en estos tiempos de ruido y desinformación sin contrastar. Pero lo que sí he visto creo que explica en gran parte los disturbios, quemas de contenedores y pedradas de estos días en Barcelona. Como siempre en la vida, el QUÉ es lo menos importante y lo más anecdótico, y lo que realmente importa son los matices y el CÓMO Y POR QUÉ de las cosas.
...y es que, al margen de la gente mayor que siempre ha estado allí desde el principio, y la generación de entre 25-45 años que hemos ido fluctuando más o menos en función de lo que iba pasando, han hecho acto de presencia en todo este circo unos nuevos protagonistas: os prometo que he flipado en las manifestaciones de estos días viendo la movilización, la constancia y la militancia de una generación de chavales y chavalas de 15-20 años que llevan mamando el tema desde que eran, literalmente, niñ@s. Gente joven que ha ido acumulando un sentimiento de frustración al ver las maneras de hacer autoritarias del Estado, las mentiras de sus propios gobernantes de la Generalitat, la violencia de los respectivos cuerpos policiales, y los pocos resultados de todos estos años de protestas cívicas. Chavales y chavalas hartos de ver cómo les llaman de todo sin venir a cuento, cómo encarcelan a sus representantes políticos (si es que tienen edad para votarlos...), o cómo sus padres o sus abuelos son agredidos indiscriminada e injustificadamente, y que han decidido rebotarse (diarios digitales como La Marea o televisiones locales como BTV han hecho estos días interesantes perfiles sobre ell@s). "No es violencia, es autodefensa" es uno de los lemas más repetidos estos días en las manis, y ese es un sentimiento muy generalizado, viendo cómo están actuando estos días Policía Nacional y Mossos ("claro que da miedo, pero pueden más las ganas de cambiar la puta sociedad", dice uno de los entrevistados en BTV).
Podremos cuestionar la idoneidad ética o no de esta reacción (importante esta palabra: estamos hablando de REACCIONES de respuesta a las ACCIONES previas y gratuitas de la policía. Cuando la poli no ha cargado, no ha habido ningún tipo de respuesta violenta) o su inteligencia táctica de cara a la opinión pública que tanto ha preocupado a 'los mayores', pero yo lo que he visto con mis propios ojos estos días siempre ha repetido el mismo patrón: cargas brutales sin venir a cuento, impunidad policial y después, respuestas de la gente joven. Primero con las barricadas de fuego para intentar frenar el paso de las furgonas policiales y protegerse de su salvajismo; y a medida que avanzaban los días, les veías cada vez más preparados, con cascos, gafas rígidas para protegerse de los pelotazos de goma, o mazas para picar las aceras y conseguir piedras con las que responder a la violencia policial. Podrán justificarse o compartirse más o menos estas reacciones, pero a mi me parecen completamente comprensibles, y siento envidia de la dignidad, la valentía y los valores y convicción que están demostrando para intentar cambiar una sociedad y un futuro que no tienen y que pinta cada vez más negro, con un Estado con tics autoritarios que ha perdido completamente el norte.
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