Subir a un escenario y comértelo. Dejarte ir, porqué tampoco vale mucho la pena quedarse. Todo da igual, y ya casi nada ni nadie vale la pena ser luchado. La verdadera batalla es la que uno libra consigo mismo, y a partir de ahí, viene todo lo demás. El que espera, desespera. Y ásperas son las arrugas de la realidad. La realidad es la única realidad. Y la mayoría de veces suele ser incomprensible. La gente es indescifrable, y no hay hacker que lo consiga. Lo que antes brillaba ahora tiene polvo encima. El sexo llama, y el cerebro no deja pasar. Y no puedes pretender desencallar algo que no has atascado tú. Como escribía hoy de manera brillante una chica que conozco, "un día descubrí que mi punto fuerte eran mis debilidades, y mi punto débil mis méritos".
Se la leí a una miga, Pio, y la encontré maravillosamente lúcida. Yo ya no sé si es cuestión de simpleza o de sencillez. Pero salvarse a uno mismo debería ser la prioridad.
¿Eso he hecho, Laura? No sé si decirte "lo siento", o "de nada"
4 comentaris:
Esa última frase que escribes, me ronda hace mucho tiempo en mi cabeza. A veces ser simple es el mayor éxito.
Y a veces lo único que queda es salvarte a ti mismo.
Besets
Wow! me has dado una bofetada en la cara así con mucho cariño. Y duele.
Un beso grande
Se la leí a una miga, Pio, y la encontré maravillosamente lúcida. Yo ya no sé si es cuestión de simpleza o de sencillez. Pero salvarse a uno mismo debería ser la prioridad.
¿Eso he hecho, Laura? No sé si decirte "lo siento", o "de nada"
petons
de nada, siempre.
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