Este fin de semana anuncié que dejaba otro de mis proyectos profesionales que me ha ocupado casi los últimos 5 años. Estaba saturadísimo, y se había convertido en una rutina y una carga. Hago demasiadas cosas, y hay semanas que me parece estar trabajando los 7 días. Ya hacía tiempo que le daba vueltas a la cabeza, y durante el parón por vacaciones lo vi clarísimo: ha llegado el momento de vivir más para mi, y dejar de hacer tantas cosas por la patilla para los demás. Me siento hiper orgulloso de todo el trabajo realizado, y no me arrepiento en absoluto de todo el tiempo y esfuerzos realizados. Pero el ciclo se ha acabado, y mis fuerzas también. La verdad es que ha sido sorprendente y muy gratificante toda la gente que me ha escrito lamentando que lo dejara pero agradeciendo todo el trabajo, y mostrándome su comprensión por la situación y mis sensaciones y deseos ahora mismo. Muchas veces eso llena muchísimo más que el dinero que uno pueda ganar trabajando. En este caso, 0 euros, porqué es algo que quise hacer desde un principio sin más ánimo de lucro que el personal y el colectivo. Eso de servir a la comunidad es algo muy yankee...
Tengo una semana con planes todos los días, aunque creo que será algo más tranquila que la anterior. Hoy me sentía bastante sereno. He hablado con La Chica Con Pelo De Chico por whatsapp, he planeado una salida colectiva para la semana que viene en el sitio donde celebré mi último cumpleaños, he ido a la piscina a darme un chapuzón y tomar el sol, y luego a ver a mis padres y cenar en su casa. Y acabo de recuperar, por casualidad, a una banda que hacía un montón que no escuchaba y que había puesto por aquí durante una época...
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