No me gustó y dejé a medias 'Tokyo Blues', pero en cambio estoy disfrutando 'Hombres Sin Mujeres'. A veces la percepción de las cosas la marcan tanto o más las expectativas que una realidad 'objetiva'. La objetividad es una de las muchas grandes mentiras de la sociedad actual. Es curioso que esta sociedad que nos ha tocado sufrir se sustente en tantísimas mentiras. La religión, el trabajo, el amor... una detrás de otra. La verdad da miedo. A veces porqué duele. A veces porqué nos desnuda y nos deja sólo con nuestras muchas miserias humanas. Porqué nos hace ver lo pequeños y miserables que somos en este mundo de falsos triunfadores. Otra mentira más: el éxito. Todo mal enfocado. Nos venden como éxito lo que no es, y como fracaso lo que muchas veces es realmente exitoso. Las mayorías, otra monumental mentira para esconder dictaduras consentidas. Todo lo que sea minoritario, diferente, extraño... es pisoteado, humillado, escondido. Como cualquier cosa, actitud, comportamiento o idea que nos haga reflexionar, o enfocar la vida desde otros prismas. No penséis, incautos, no penséis, que ya está bien así. Cogednos de la manita, que os llevaremos de paseo por donde nosotros queramos. Mierda, mucha mierda. Cada día, en el desgaste de la gota malaya de la rutina, deseo bien fuerte que no se me acabe nunca la única defensa ante tanta mediocridad para mantenerse vivo: la rabia.
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