A veces lo que parece inicialmente un gran logro, acaba por ser una pesadilla. Lo puede ser cuando te ligas a esa chica que está ñam ñam y luego descubres que es una puta esquizofrénica, o también cuando te compras unas camisas chulísimas en las rebajas y, tras lavarlas la primera vez, te das cuenta de que son de las que hay que planchar. Cagonlaputa, en qué maldito momento decidí comprarme estos trozos de tela de mierda, o los pantalones que el día de la boda parecían tan frescos y cómodos, y ahora se asemejan a una mofeta con sarpullido y papada de octogenario. Luego hay quién se extraña de que vaya casi siempre con camisetas y tejanos. Aunque cuenta la leyenda que hay majaras que deben de estar tan aburridos con sus vidas que se planchan los tejanos... o hasta la ropa interior!! Lo veis como tengo razón cuando deseo la extinción de la raza humana? A veces también pasa al revés: lo que inicialmente parece equivalente a bañarse en una piscina de cal viva con la piel llena de heridas acaba por ser algo aceptable, o incluso que te hace feliz a ratos. Pero eso básicamente pasa sólo en las novelas de Corín Tellado, o en las odiosas películas con glucosa de Hollywood sugarglass.
Estos últimos días (para ser exactos, estas dos putas e interminables semanas pasadas; a ver si se les acaban las vacaciones y se vuelven a donde sea, mientras sea bien lejos...) se ha instalado en el piso de abajo una familia francesa en kit completo de papá-francés, mamá-francesa, niñita-francesa y bebé-francés. Éste último se supone que es hijo de papá-francés y mamá-francesa, si bien en mi interior tengo clarísimo que bebé-francés es en realidad retoño de Belcebú y la Pantoja de Puerto Rico, a juzgar por los berridos y llantos insufribles con los que nos deleita en horario Opencor, cada día a cualquier hora. De hecho, desde que llegaron, la escalera ha cogido cierto olorcillo a azufre. Evidentemente, las histéricas que envían fotos de gatitos por mail o facebook ahora saltarán con aquello tan manido de que pobrecito, es un niño, y seguro que tiene calor, o hambre, o le duele un diente. Pero que a nadie se le olvide que a esta pequeña sanguijuela caprichosa, cuando se pone insoportable y llora y da por saco a los demás, acaba con una teta en la boca, y problema resuelto. Encima eso. Cuánta injusticia, oh dios bastardo! La vida es una mar de lágrimas...
Esto me lleva a otra situación que me provoca más indignación que ver a Amaral en el cartel de festivales de música indie (no les perdonaré nunca el plagio blasfemo del 'That Was My Veil' de LA DIOSA. Ojalá el tipo acabe ahogado un día atrancado en su puto gorro y la tipa sufra lo propio ahogada en su propio ego de quiero-y-no-puedo). Hablo de esa estúpida ley no escrita (y seguro que ideada por un cenutrio de proporciones bíblicas...) que permite ser un puto incívico egoísta de tal hora a tal hora. Qué mierda es esa? Si el vecino es un desgraciado que tiene la TV al volumen de un reactor atómico y le suda que pueda estar molestando a las personas de alrededor (en 7 kilómetros a la redonda, concretamente...), por qué cojones no se lo voy a poder decir a la hora que sea? "Hombre, pero es que todavía no son las 22h..." Y????????? Hay alguna ley que permita ser un maldito cretino egoísta de 10h a 22h? Hay alguien capaz de darse cuenta que no todo el mundo tiene una vida estándard con horarios estándard, y no por ello tiene menos derechos que los demás? Verdad que yo me pongo los cascos y procuro no hacer ruido, pensando en los demás, cuando estoy por casa hasta que me voy a dormir a las 5h? Por qué cojones entonces los demás no pueden pensar en mi cuando intento dormir y descansar por la mañana, como he hecho yo con ellos? Por qué está socialmente permitido que un desgraciado tenga la música a todo trapo a las 5 de la tarde? Que un mongoloide entre y salga de su casa dando un portazo que hace temblar todo el edificio? Que una panda de aborígenes con cerebro de neanderthal parezcan celebrar una competición de a ver quién habla y ríe más fuerte en la terraza del restaurante bajo mi casa? No pueden simplemente hablar entre ellos como personas civilizadas? Y os aseguro que no soy un neurótico intolerante histérico que se pone nervioso con el grácil batir de unas alas de mariposa. Hablo de los ruidos EVITABLES con la simple aplicación del respeto y el sentido común. Que no vivimos solos en este mundo, cojones!! Y que suficientes capullos tenemos que torear ya en el día a día como para encima hacernos las cosas más difíciles los unos a los otros.
Al margen de estas menudencias que provoca la convivencia forzosa con descerebrados, todo bien. Aunque entre sueños he vuelto a oír a la criatura satánica esta mañana, como no hacía tanto calor y he podido dormir con la ventana cerrada, enseguida he recuperado el hilo onírico-marmotil. Me he despertado sobre las 12h pasadas, he salido a tomar el sol al balcón, y por la tarde hasta he tenido un arreón to' loco para barrer, fregar, recoger la ropa y conseguir que mi palacio del caos ahora parezca simplemente una casa dEsoRdeNada y ya está. Lo típico que si viene alguien de forma inesperada puedes soltar aquello de "perdona el desorden, pero no esperaba visita", y cuela. Otro protocolo social bastante estúpido, porqué a mi nadie nunca me ha pedido disculpas cuando he ido a su casa y estaba todo asquerosamente ordenadísimo y reluciente y bucólico-pastoril. Si a mi eso molesta, por qué narices no me piden perdón y se arrodillan ante mi entre lágrimas y promesas de "no volverá a pasar, lo juro por Dionisos!!"? Maldito mundo de dictadores sin empatías atípicas...
2 comentaris:
Por cuenta de la falta de tiempo, hacia mucho no venía aquí o mismo aparecía por mi propio blog... Gran error! Al menos me hacer reír! Y no hay nada mejor que cuando si estás cagao tener a alguien te haga reír y pone un poco de senso de humor a todo que le pasa...
Te echo de menos, chavalito!
Un besote!
lo celebro, V.M.! :) Pocas cosas me gustan más que hacer reír (y se me da bastante bien, creo; bueno, no lo creo, lo sé...)
Para cuándo un retorno a diSoRdErLand? ;D
petons!
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