ciUtAt MoRtA

Hoy podría hablar del maldito DJ del Sidecar que nos arruinó la noche con sus sesión de mierda en madrugada de Reyes; o de flirteos con las hermanas de Toulousse; o del nerd finlandés que me dejó su gorra un momento; o del paseíllo nocturno, con foto reivinidicativa contra el de los zapatos; o de conversaciones estimulantes de madrugada por whatsapp (quién me ha visto y quién me ve); de que en menos de un día se agotaron las entradas para las sesiones de grabación abiertas al público del nuevo disco de la musa dEsoRdeNada PJ Harvey; de que la primera escucha del nuevo disco de Belle & Sebastian me ha dejado algo frío; de que todo me la sude; o del reencuentro con G-Cinéfila para ir a ver la nueva de Woody Allen, que está correcta y tiene gracia, sin más. Pero aunque voy a hablar de cine, también lo voy a hacer de RABIA, de IMPOTENCIA, de INDIGNACIÓN EXTREMA, o de ASCO REPULSIVO. Que son algunas de las sensaciones que me ha provocado el visionado, por fin, de un documental que hacía tiempo que quería ver: 'CIUTAT MORTA'.

Tampoco quiero explicar muchos detalles del documental en sí para no hacer spoilers, pero a grandes rasgos, se trata de un caso real que ocurrió el 4 de febrero de 2006. Se estaba haciendo una fiesta en un teatro ocupado, hubo incidentes entre gente y la Guardia Urbana, alguien desde lo alto tiró una maceta que dejó en coma a un agente, y a partir de ahí, se produjeron detenciones aleatorias que empezaron a tejer una falsa historia perpetrada y tapada por cuerpos policiales, políticos (empezando por el entonces alcalde de BCN y posteriormente ministro, Joan Clos), jueces y medios de comunicación. El documental explica la trágica historia de los detenidos (meros chivos expiatorios; pero a quién le importa que la policía fuera incapaz de buscar y encontrar al verdadero culpable, si ya tenían cabezas de turco?), y también las torturas, mentiras, racismo y corrupción de las instituciones antes mencionadas. Os juro que, aunque ya conocía la historia a nivel general, ha habido momentos del documental en que me caía la lágrima de la rabia y la empatía que sentía por los afectados al conocer todos los detalles. Eso nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros. A ti, a mi, o a cualquiera de tus/mis amigos, por estar en el sitio inadecuado en el momento inoportuno en manos de locos perversos cuya función, teóricamente, es la de protegernos.

Si no lo habéis visto, de verdad os recomiendo muy mucho que lo hagáis. Estos días lo están haciendo en los Cinemes Girona de Barcelona (sesión de las 20h), y también ha ido girando por festivales de todo el Estado (Donosti incluído; en Malaga o Huelva recibió premios...). También tenéis la oportunidad de verlo por internet a través de Filmin'. Tal y como está el patio, dudo de que podamos a llegar a verlo en las TV públicas (aquí, parece ser que TV3 lo ha vetado, y seguro que por presiones políticas). Seguramente nunca llegaremos a hacernos una idea real de la pocilga en la que se sustenta La Gran Mentira, pero documentales como 'Ciutat Morta' nos ayudan a no perder de vista ni conciencia del auténtico estercolero en el que vivimos, y de lo sucias que tienen las manos los que nos controlan y dirigen.

*D.E.P. Patricia Heras