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Fin de semana de muerte negra laboral, frío gélido, y salir a medias. Pero lo importante era plantarse en domingo noche, y tener 11 días por delante para mí. Los necesito, sobretodo ante un marronazo de curro que me ha caído para finales de año y que me toca bastante la entrepierna. Pero bueno, ya pensaré en ello cuando llegue. Ahora, conciertos a la vista con el Primavera Club, muchas quedadas pendientes, y una muela de menos que me quitarán mañana. Lo único que pido es que no me pase como la última vez, en que estuve 11 días de baja porqué se me hinchó la boca de manera espectacular, hombre-elefante style. Tengo ganas de que se acabe el año, porqué en lineas generales, este 2012 está siendo tan mediocre como 2011. Y como el 13 es uno de mis números preferidos, por aquellas estúpidas asociaciones mentales confío que el próximo año sea mejor. En 2009 me funcionó el axioma. El grifo de la bañera gotea, y me pone algo nervioso. Todo son gastos últimamente, y encima viene la puta navidad. No puedo parar de escuchar a los Black Keys y el recopilatorio de las girl groups que me pillé en Madrid. Hasta parecen seres adorables y todo...