MiEdO y aSCo eN LaS CoRteS

Montañas de basura y toneladas de cinismo. Armadura interior contra la hostilidad exterior. Imágenes de violencia injustificada y desproporcionada en TV. Los perros del terror ahora visten de azul pero siguen pegando en color gris. Quien todavía niegue que vivimos en una pseudodictadura, no se entera de la película. Como decían ayer en la radio, la Guerra Civil no ha acabado, aunque ahora las armas sean otras más sutiles pero igual de dañinas. Hay muy pocas cosas de este país que no me den vergüenza o asco. Tantos millones de habitantes y tan pocas personas con dos dedos de frente. Burbujas musicales para olvidar mi mediocre realidad y alrededores. He decidido que iré a ver a los Black Keys a la capital de la grande y libre, aunque sea sólo 3 días después de unas elecciones que veremos si cambian la historia o si la acaban de encallar más en este país de cangrejos con esvástica. Todo el mundo quiere quedar conmigo cuando no puedo. Ya soy capaz de leer yo solito que la insistencia de L de Lesbiana es sólo amistosa, pero no me importa. Luego, también hay mucho quedador de boquilla que al final siempre se acaba rajando. Hasta hace poco, a este tipo de personas yo también los rajaría. Pero ya llega un punto en que el melasudismo continua expandiéndose como una galaxia sideral. No entiendo tu cambio de actitud, ni tu silencio, ni una excusa barata que me deja tan o más descolocado que cuando me hacías caso. Todo va a la velocidad de vértigo y sigo sin entenderte. En plena euforia nocturna, sólo se me ocurren venganzas carnales, y esa no es nunca la mejor idea. Y sigo coleccionando teléfonos a los que nunca llamaré, porqué con la luz del sol todo cambia de color. Ya todo me da igual, como esta mierda de otoño insípido que no queda más remedio que estrenar. Cuando empieza la época más deprimente del año, todo da igual. Eso, o quizás sea que estoy escuchando demasiado a los Jayhawks estos días...