LiVing La VidA dEsoRdeNada...

El verano se anima por momentos, y ya he decidido que paso de viajes hasta mi última semana de vacaciones. Si me sale un chollito semi-laboral que implica una semana pagada en París, puta madre; y si no, pinta que Lisboa, sin descartar Dublín o Praga. Pero hay tiempo todavía para decidir, desdecidir y acabar haciendo lo que me venga en gana en ese momento. Y para disfrutar de diSoRderLand. Se me acumulan cervezas pendientes con tanta gente esta semana, que estoy por apuntarme ya el teléfono de alcohólicos anónimos para ir ganando tiempo. A eso deberíamos sumarle alguna que otra interesante cena pendiente y, en una semanita, les Festes de diSoRderLand. No confundir con las fiestas de dEsoRdeN, que no tienen fecha ni caducidad. La de anoche fue extraña. Cena y terracita con G-Cinéfila. Encontrarme en el metro a una efusiva A Pecosilla, el encanto hecho adorable mujercilla de metro y medio. Recorrer media ciudad. Plan inesperado, melodramática casa pop, salvajemente entrañable Familia Adams, y dejar que las cervezas pasen hasta hacerse de día. La empanada de domingo me ha hecho darme cuenta a las 8 de la tarde que tenía el móvil apagado, y que M-Pop me había propuesto a la 1 irnos de cañas y cine. Cosas que pasan en el dEsoRdeN. Quizás mañana. Al final, hemos visto la bazofia de los simios con Colega Malafolla, pero no he acabado de advertir la presencia de Sergio Ramos. La cena del chino me repite un poquito, que es una frase como cualquier otra para enlazar con el siguiente tema: 4 años después de la última vez, me ha escrito la exótica amiga que conocí en Shangai para decirme que viene en octubre. Grata Shangai Surprise. Sobretodo, por inesperada. Y esta es la moraleja vital de esta noche amiguitos: cuando menos te lo esperes, en cualquier esquina, puede aparecer por sorpresa el alma que te cambie la vida...

PD: Han pasado ya 2 años, pero te llevamos en nuestro corazón, Dani. Por mucho que nos hicieras llorar aquél maldito fin de semana de mierda...