I'm oN FiRe

Dicen que Gran Bretaña es gris, fría y lluviosa, pero no para dEsoRdeN y sus poderes sobrenaturales con los fenómenos metereológicos. Algunos dicen que es un tipo afortunado (que seguramente también), pero nunca nadie debería subestimar el poder del dEsoRdeN. Ese que está siempre ahí aunque algunos no lo quieran ver, para hacer de la vida algo imprevisible, desequilibrante y a veces demasiado vertiginoso. Y otras, todo lo contrario, que para algo hablamos de dEsoRdeN. Y así, Londres se convierte en ciudad soleada y calurosa, donde tirarse en Hyde Park a hacer un picnic con siesta; o donde caminar alegremente por el Soho o Carnaby Street; por donde cenar en chino, comer en japo, o tirar de sandwich. Donde visitar el Emirates, perderse por Camden Town, o disfrutar en Hyde Park de un festival a pleno sol con los Vaccines, Beirut, Mumford & Sons o los inmensos Arcade Fire...

Y aunque el tipo se cuelgue y llegue al sprint a Gatwick para no perder su vuelo a Edimburgo, éste se retrasará 2 horas para evitar riesgos, y para que encuentre de casualidad, haciendo tiempo en el Duty Free, la funda que tanto buscaba para su trasnochado Ipod. Y desde que ve a E-Platónica a través de la ventana del autobús, dEsoRdeN revivirá un BUM-BUM que nunca nadie le ha logrado robar igual, y que hace ya casi una década que viene y va como una montaña rusa. Y juntos vivirán 4 días de risas, complicidades y ese sí-pero-no que siempre les ha acompañado. Unas veces en forma de novio, otras en forma de amante dEsoRdeNada, y en este último caso, en forma de polaco que no aparecerá en todo el fin de semana y del que E-Platónica no tiene nada claro qué les va a pasar. Y tras conversaciones en el parque, confesiones, y un deseo irrefrenable a punto de estallar en 1000 pedazos, dESoRdeN consultará contrarreloj con la almohada de E-Platónica, que le chivará con complicidad el todo o nada a seguir: Jon Spencer Blues Explosion en el Ipod para sacarle a su mejor yo, antes de ir a su encuentro para decirle sin tapujos y a la cara que, aunque quizás todavía no se haya dado cuenta, él sabe desde la primera noche de hace ya casi una década que ella es la Miss Acacia dESoRdeNada. Y que si no, tiempo al tiempo. Su amplia sonrisa, su abrazo, su beso cariñoso y su "gracias por ser tan sincero aunque no sea fácil", saben a victoria, aunque sea a medio plazo y sin comisiones. Aunque ella no lo sepa, cuando vuelva a casa, se encontrará flores, tarjeta de desayuno con diamantes, y un CD de Sam Cooke con deberes de 'listening'. Como en las pelis que a ella tanto le gustan. Y dESoRdeN se irá excitado y orgulloso al aeropuerto, con la sensación de haberse quitado un peso de encima, de haber sido fiel a sí mismo, de haber sido justo compartiendo ese chute de vida que ella le provoca, y de haber dado un paso adelante en una relación que corría riesgo de enquistamiento. Y como también es muy posible que la cosa nunca pase de ahí, tiene claro que no se quedará sentado esperando, ni llorando por su mala suerte. Todo lo contrario: dEsoRdeN vuelve de Edimburgo hambriento de vida, y con ganas de seguir gustándose. Porqué sólo aquél que se gusta a sí mismo será capaz de gustar a los que le gustan...