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La vida puede llegar a ser gratamente sorprendente. Sin comerlo ni beberlo, estás tranquilamente encerrado en casa en un viernes lluvioso, con tu pijama y tus pocas ganas de salir al mundo exterior, y te llega un sms de la A belga. Sólo 2 semanas después del Primavera Sound, ha venido a diSoRderLand por trabajo, a un festival de diseño, y lo que iba a ser un fin de semana convencional y de curro se va a convertir en vorágine de dESoRden flamenca, capítulo 28. La eterna historia de mi vida. Conocer a encantadores personajes que están como una cabra, y llamar a las fuerzas del caos a arrasar con cualquier atisbo de cordura y sentido común. Combinar según qué espíritus y sus respectivas energías puede llegar a ser peligroso. No lo hagan en sus casas, amiguitos...
200 sms después, me la encuentro apoyada en la pared, cerveza en mano y sonrisa puesta. Ha conseguido darle esquinazo al aguafiestas de su jefe, y nos largamos rambla abajo, poniéndonos al día en inglés de todo a 100. Centenares de guiris después, llegamos al Fantástico y empieza la espiral del caos, alcohol mediante. El camarero nos da un número por cada consumición, y nos advierte que en un rato sortearán abonos para el FIB, libros, camisetas y CD's del festival. Me conozco perfectamente en este tipo de sorteos, y encima con la A belga al lado, sé perfectamente que algo nos tocará. Un rato después, el nº 263 nos da un CD y una camiseta para ella, y el camarero enrollao me da otro CD para mi por la patilla. Al acompañar a mi princesa dEsoRdeNada a fumar, una chica colocadísima pasa dando tumbos. Cuando llega al fondo de la calle, a lo lejos, la vemos en el suelo, y rodeada de gente que intenta levantarla...
Cerramos el garito (por supuesto), y aunque servidor trabaja al día siguiente, no hay cronómetro cuenta atrás que vaya a pararnos. Ella propone KGB, a la fiesta de cierre del festival en el que ha participado, así que subimos para la Vil.la. Al llegar, cola inmensa. ¿Algún problema? No sé cómo narices lo hace, porqué no habla ni papa de castellano, pero convence al portero de que nos deje pasar. Mr. y Mrs. diSoRdeR, my friends. Nos quieren cobrar 30 euros para entrar los dos, así que nos damos media vuelta y salimos. En un momento de confusión, la cojo de la mano, le digo al de la puerta que no nos ha puesto el sello para poder salir, y voilà! Ya tenemos pasaporte gratuíto para meternos en la fiesta. ¿Acaso iban a pararles los pies a dos
expertos en colarse en festivales de rock escondidos en un maletero? La duda ofende, amigos...
Con el reloj acercándose cada vez más peligrosamente a la hora de levantarme para ir a trabajar, el festival del hedonismo no ha hecho más que empezar. La música acompaña, el whisky a galones siempre ayuda, la compañía es inmejorable... se encuentra a amigos belgas con cara de belgas, porqué no puede ser de otra forma. Y en esos momentos de liberación absoluta me siento inmensamente feliz, sintiendo que estoy driblando a la rutina, haciéndole un túnel a todos los mediocres que controlan nuestras existencias, y metiéndole un gol por la escuadra a esta vida que a veces tanto nos putea. Nosotros nos reímos en su cara y le enseñamos el culo. Y al despedirnos no puedo resistirme, y le robo besos furtivos que recibe sonriente. Porqué las grandes noches han de tener grandes finales. Aunque sepamos perfectamente que horas después ella estará a miles de kilómetros con su novia, y yo me arrastraré 10 horas en mi trabajo, habiendo dormido 2. El intercambio de sms ilumina el domingo de penitencia laboral. Y es que la complicidad de dos almas dEsoRdeNadas no se puede pagar con todo el dinero del mundo...