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Un fin de semana de locos. En lo laboral, a punto del colapso. En lo futbolístico, con el primer título en el bolsillo, y una humillación al Equipo del Mal incluso mayor que el 5-0 de la ida: dejar en evidencia ante todo el planeta su absoluto complejo de inferioridad. Se saben peores, y se delatan sin complejos. Y celebran empates en casa que les dejan sin opciones de ganar la liga. Y no me extraña, porqué el partido del sábado volvió a dejar patente que unos y otros se encuentran ahora mismo a años luz en lo futbolístico. El fútbol es ese juego que consiste en pasarse el balón hasta conseguir alojarlo en el interior de la portería rival. Algo tan simple y tan complicado a la vez, ¿verdad Mou? Casi 14 millones de euros de ficha anuales para que tu brillante táctica se limite a dejar crecer la hierba y no regarla (gran fair play, el tuyo), encerrarte en tu campo como un equipo que lucha por evitar el descenso, dar patadas como un vulgar equipo de barrio, y llorar maquiavélicamente por un arbitraje que te regaló un penalty que no era y te perdonó uno en contra como una catedral. Además de permitir que Marcelo, Pepe o Khedira acabaran el partido. La cuestión es desviar la atención y que nadie hable de tu fútbol mezquino y barriobajero, 400 millones después. Aún así, me fascina tu capacidad de embaucar a los seguidores de tus equipos. Y la demagógica perversidad de tu discurso. Y tu brillante teatralidad en la gestión de los medios. Lo de la dantesca no-rueda de prensa del viernes, y la respuesta de ayer de que sólo hablabas con los directores de los medios que te hicieron el plante me parece sensacional. Con un par. Tipos como tú me hacen creer que todavía hay vida inteligente en este planeta, y no estoy siendo irónico. Te lo digo de corazón.

Otras consideraciones del Clásico. Perdonamos al Equipo del Mal cuando estaban muertos del todo, pero el empate vendrá muy bien para prevenir excesos de euforia. La final del miércoles, a partido único y en un campo estrecho como Mestalla, será igualadísima. Y muy dura. No hace falta que diga por parte de quién. Pero, aunque mi deseo es clarísimo, pues antes que nada en esta vida soy antimadridista (me ponen enfermo los valores que desprende ese club), no creo que haya un favorito para la final. Más cosas de ayer: el monguito portugués volvió a difuminarse en un partido importante, y sólo el inútil de Muñiz Fernández le permitió tener presencia, regalándole un penalty inexistente y 3 faltas al borde del área que tuvieron tela (para mi sólo fue la de Özil. Por cierto, qué vergüenza para el fútbol que Mourinho dejara en el banquillo a un pedazo de futbolista como el alemán. Qué delicia de jugador, por favor!). Por otra parte, Messi estuvo mal con lo del balonazo al público. El mejor jugador del mundo debe de dar ejemplo, y ahí se le cruzaron los cables (yo habría hecho lo mismo, pero eso no quita que, en frío, no haya que reprobarle una acción así). Lo que me hizo descojonarme es que quien fuera a recriminárselo, haciéndole el gesto de '¿estás loco?' fuera precisamente... Pepe!!!! Jajaja!! Qué huevos!!! Un tipo que debería estar encerrado en prisión por su conducta violenta en todos y cada uno de los partidos que juega. Y que, al parecer, escupió a los jugadores del Barça en el vestuario. Vete a darle lecciones a tu abuela, tarao. Si te limitaras a jugar al fútbol, todo el mundo te habría recordado por lo gran futbolista defensivo que eres, y no por tu juego criminal, digno de un camorrista siciliano.

Y nada, que el miércoles me voy para Valencia. Y espero que toda esta perversa espiral mediática que se ha generado en los últimos meses (básicamente, desde que a algunos les dura el escozor por el 5-0) no tenga consecuencias que tengamos que lamentar todos. Si no me he descontado, he estado presente en 5 finales, y todas fueron jornadas maravillosas de convivencia entre aficiones, y una auténtica fiesta de este deporte que a veces puede ser sensacional, y otras, funesto. Confío que el jueves volvamos con la copa y con un gran recuerdo de la final de Mestalla. Que, por si alguien todavía no lo tiene claro, no estamos hablando más que de fútbol. Un simple juego. Y en la vida hay cosas infinitamente más importantes por las que preocuparse.

Yo, por ejemplo, mañana me voy de concierto...