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dEsoRdeNado degustando bebidas calentitas en casa

Los que queríais frío estaréis contentos. Yo no lo estoy. ¿Pudiendo vivir en manga corta y bermudas, quién prefiere necesitar 80 capas de ropa para sentirse bien? Nunca lo entenderé, pero es que si lo hiciera, no sería yo, si no otro con diferentes matices. Y me quedo con los míos, que para eso son míos. Vivimos en una sociedad asquerosamente capitalista y materialista, aparte de egoísta, y yo me siento rebelde por los mismos motivos que Jeanette. Pero cuando llega este clima de mierda, se me quitan las ganas de salir más allá de debajo de la mantita del sofá o del edredón. Especialmente aquí donde vivo, en el Templo Húmedo. No, no es que viva en un salón de experiencias sadomasoquistas regentado por una madamme sexagenaria de tetas caídas hasta el tobillo. Pero diríamos que la atmósfera de mi piso se acerca más als Aiguamolls de l'Empordà que a los desiertos de Almería. Es lo que tienen los pisos dEsoRdeNados. ¿Sabéis el anuncio aquél de Gas Natural? Pues me resulta excesivamente familiar. Pero como diría un amigo (y mejor persona), "be Jedi, my friend". Y casi me da pereza hasta el sexo. He dicho 'casi', que conste en acta. Lo que mola realmente en estas épocas es compartir cama con cuerpo ajeno desnudo, lloviendo afuera, y con todo el día por delante para hacer el perro. O el tigre. O lo que haga falta, y dé de sí la imaginación y la flexibilidad corporal de cada uno. Y mi flexibilidad estético-auditiva me lleva hoy a recurrir a clásicos del jazz, que no deja de ser el rock que había cuando no existía el rock. Y si todo tiene un por qué, prefiero no saber el mío. Tengo más que suficiente con disfrutarme y sufrirme. O lo que es lo mismo, vivirme. Un auténtico milagro de la azarosa naturaleza...