hOMo... ¿sAPieNs?

El ordenador hace ya como dos semanas que sólo se me enciende en modo seguro, y encima internet me peta a los pocos minutos de empezar a navegar. Si a esto le juntas dos viajes con solo un día de intervalo entre uno y otro, que no paro mucho por casa últimamente, y que no acabo de estar inspirado ni con excesivas ganas de escribir, pues será por eso que no he colgado nada en más de una semana, cosa rara en mi prolífica carrera bloggera. Supongo que todo va por ciclos, y de hecho, lo raro en mí es que lleve casi 3 años escribiendo prácticamente a diario, yo que me canso enseguida de las cosas y de la gente. Esto último me está haciendo reflexionar los últimos días. Me he ido viendo con la Tica P una vez por semana en el último mes y medio, más o menos. Es agradable, muy dulce, nos entendemos bien en la oscuridad, y parecemos llevar bien esta especie de relación de ‘tú a la tuya y yo a la mía’ que no acaba de quedar demasiado definida. A veces me da la sensación que ella esté un pelín más implicada que yo, pero tampoco me aprieta demasiado y me deja mucho aire (lo cual agradezco, la verdad). Me siento bien a su lado, pero tampoco me hace perder la cabeza, y a mí que me gusta vivir todo al 10.000%, no me acaba de llenar del todo el tema. Me sirve para pasarlo bien con ella, pero me da la sensación que la historia no va a pasar de ahí (además, ella puede que deje Barcelona en otoño), y todo eso me hace dudar. Por ella, porqué en ningún caso quisiera que se vaya a meter más a fondo que yo y se pille los dedos. A mí me ha pasado estar en ese otro lado, y nada más lejos de mi intención que hacerle daño a nadie. Y por mí, porqué no sé si darme un poco de tiempo para ver si realmente mis sensaciones pueden crecer, o cortar por lo sano y dedicarme libremente a lo que más me apetece en estos momentos: pasármelo bien, conocer a todas las chicas del mundo y disfrutar de la vida al día, sin más preocupaciones ni compromisos. Supongo que acabé escarmentado de la A lombarda y me está saliendo la cara más libertina y despreocupada. Y, cuando uno se siente así, lo transmite; y parece ser interesante (aunque quizás superfluo) para los que te rodean, y te hacen más magnético, y esa también es una agradable sensación que merece ser vivida en primera persona, ni que sea por un corto espacio de tiempo. Me siento bien en el disfraz de pícaro inquieto, y ahora mismo no querría guardarlo en el armario. Y supongo que en el fondo me pregunto si mi historia con Tica P es compatible con mi intensa actividad nocturna. Y me respondo que sí, y quisiera saber si realmente lo creo así, o si me lo digo a mí mismo porqué me conviene. Reflexiones en voz alta (o letra impresa) para una noche de lunes, con mucho sueño, y a pocas horas de que un compinche de mi querida Nago me saque mi primera muela y un quiste de mi boca pecadora.