dijous, 22 de maig del 2025

nO Me cONsigUeS diVeRTir

 



En mitad de uno de estos oasis que me permito una vez a la semana, navego a la deriva rellenando un tiempo perdido que no quiero compartir con nadie más que conmigo mismo. Luchando por mimarme sin caer en antiguos pozos que intento evitar sin demasiado éxito, todo sea dicho. Mi estado de ánimo fluctúa inestable como el resto de este planeta decadente que se cae a cachos. Admito que me encantaría que una fuerza aleatoria arrasara Israel y la convirtiera en la montaña de escombros, muerte y destrucción que esos hijos de la grandísima puta han perpetrado en Gaza, ante el silencio y la inacción de la comunidad internacional que, ahora, 19 meses y 53.000 muertes inocentes después, empieza a despertar tímidamente. El ser humano me da más asco que nunca, que ya es decir. 

Mi visión continúa dándome problemas y sigo sin ver nítido, lo que me tiene bastante mosca. Me ha llegado un aviso en la app del banco de que hay un problema con una de mis tarjetas y me la han bloqueado para compras por internet, pero como hacen horarios de funcionario tendré que esperar a mañana para pedir explicaciones. Y hoy he ido por primera vez en mi vida al podólogo, y la chica que me ha atendido me ha dicho que tengo los pies perfectos, mientras los acariciaba con delicadeza. Debe de ser lo más sensual y tierno que me ha pasado en este año y medio de penurias familiares. 

Y esta noche he seguido la recomendacion de un compañero de curro y he visto 'El Peor Dios', documental muy recomendable sobre Desechables, una de las bandas malditas de la escena punk de los ochenta. Aunque había oído hablar de ellos, desconocía detalles de la historia de "los Cramps de Vallirana", y la historia me he enganchado tanto como su música. Me he quedado con las ganas de haberlos visto alguna vez, con esa fiera escénica llamada Tere al frente...